El r¨¦gimen talib¨¢n afirma que Bin Laden est¨¢ a salvo de los bombardeos
Los afganos ignoran los llamamientos a la 'guerra santa' y huyen en masa de las ciudades
Veinticuatro horas despu¨¦s del primer ataque sobre Afganist¨¢n, anoche volvieron a repetirse los bombardeos angloamericanos, que en esta ocasi¨®n se concentraron sobre Kandahar y Kabul. Dispuestos a resistir y vengar la agresi¨®n, los talib¨¢n anunciaron una guerra santa. Pero la mayor¨ªa de los afganos no tienen ni fuerzas ni ganas para m¨¢s batallas y abandonan las ciudades. En una repetici¨®n de las escenas del domingo, televisiones de todo el mundo conectaron anoche en directo con Al Yasira, la ¨²nica fuente de im¨¢genes dentro de Afganist¨¢n, para ver los fuegos provocados por los misiles. El embajador talib¨¢n en Pakist¨¢n, Abdul Salam Zaif, afirm¨® que Bin Laden est¨¢ sano y salvo.
A¨²n no se hab¨ªan contado los muertos causados por los ataques del d¨ªa anterior. En una conferencia de prensa ofrecida en Islamabad, el embajador de los talib¨¢n en Pakist¨¢n, Abdul Salam Zaif, hab¨ªa hablado de 20 v¨ªctimas mortales; el ministro de Educaci¨®n y portavoz del Gabinete, Amir Khan Muttaqi, elev¨® esa cifra a 25, seg¨²n la agencia AIP, y el viceministro de Salud, Mohamed Abbas, dijo que eran ocho.
Las discrepancias dan una idea de las carencias del r¨¦gimen talib¨¢n, que ni siquiera cuenta con un sistema coordinado de comunicaciones. Los relatos period¨ªsticos fueron m¨¢s precisos: la primera noche de ataques da?¨® aeropuertos y edificios estrat¨¦gicos en las principales ciudades afganas, seg¨²n los corresponsales locales de las agencias de noticias internacionales.
'Hasta donde yo s¨¦, las consecuencias son tan graves que nadie puede precisarlas', manifest¨® el embajador Zaif. 'Han alcanzado casas cerca del aeropuerto de Kabul y han muerto mujeres, ni?os y ancianos', asegur¨®. El diplom¨¢tico tambi¨¦n dijo que sus bater¨ªas antia¨¦reas hab¨ªan derribado un avi¨®n atacante y que hab¨ªa 'rumores sobre otros tres'.
Encastillados en su postura de no entregar a Osama Bin Laden, el hombre cuya b¨²squeda y captura ha desencadenado todo este revuelo internacional, los talib¨¢n han decidido lanzarse a la yihad, la guerra santa. No han explicado con qu¨¦ armas, pero las informaciones que llegan de dentro del pa¨ªs hablan de que han reforzado su presencia en la frontera con Uzbekist¨¢n y sus defensas al norte de Kabul, donde la Alianza del Norte espera abrirse paso al amparo de las operaciones a¨¦reas estadounidenses.
'Los cl¨¦rigos promulgaron un edicto llamando a la yihad, y nuestro pueblo lo est¨¢ poniendo en pr¨¢ctica', declar¨® el ministro de Informaci¨®n, Qudratullah Jamal, con una presencia de ¨¢nimo que se dir¨ªa que son ellos quienes llevan la delantera. 'Viven en otro mundo', explic¨® a EL PA?S un diplom¨¢tico que estuvo destinado en Kabul meses atr¨¢s. 'Sus convicciones son muy profundas, se asemejan a las de los primeros comunistas, y nuestros razonamientos pragm¨¢ticos no les hacen mella'.
Pero el sonido de las bombas s¨ª que hace mella entre la poblaci¨®n civil, y muchos afganos decidieron ayer no seguir arriesg¨¢ndose y abandonar las ciudades. En la capital, Kabul, seg¨²n relatos de residentes, no circulaba un coche. Im¨¢genes de Kandahar, obtenidas de forma clandestina por la cadena CNN, mostraban una ciudad fantasma.
'El ataque de la noche pasada fue una violaci¨®n y un acto terrorista', volvi¨® a repetir ayer el embajador Zaif. El diplom¨¢tico, que volv¨ªa a expresarse en pasto a trav¨¦s de un int¨¦rprete, calific¨® lo ocurrido de 'desgracia y deshonor para el mundo isl¨¢mico'. Zaif reiter¨® que tanto su l¨ªder, el jeque Mohamed Omar, como el buscado Bin Laden hab¨ªan sobrevivido a los ataques, aunque asegur¨® no tener contactos con este ¨²ltimo. 'En las actuales circunstancias, es una obligaci¨®n de todos los afganos y de todos los musulmanes dentro de Afganist¨¢n defender nuestro pa¨ªs'.
Zaif tambi¨¦n anunci¨® la pronta salida de su pa¨ªs de Yvonne Ridley, la periodista brit¨¢nica detenida d¨ªas atr¨¢s por entrar ilegalmente en Afganist¨¢n. Ridley, de 43 a?os, lleg¨® al paso fronterizo de Torkhan hacia las siete y media de la tarde, despu¨¦s de seis horas de viaje desde la capital afgana. Anoche se la esperaba en la ciudad paquistan¨ª de Peshawar.
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