Soldados de Estados Unidos atacan por tierra el feudo de los jefes talibanes
Comandos de EE UU asaltan un aeropuerto y una residencia del mul¨¢ Omar al sur de Afganist¨¢n
Dos objetivos, unos 200 soldados, ataque casi simult¨¢neo en plena noche y retirada inmediata. La operaci¨®n lanzada en la madrugada de ayer por las tropas de Estados Unidos, la primera con uso de infanter¨ªa en el interior de Afganist¨¢n, ofrece una muestra de lo que ser¨¢ la guerra en las semanas venideras: un peligroso juego del gato y el rat¨®n, en el que el Ej¨¦rcito m¨¢s poderoso del mundo se disfraza de guerrilla y se dedica a hostigar y agotar a los talibanes. La operaci¨®n se sald¨® con dos muertos y cinco heridos, todos por accidente, por parte estadounidense; los talibanes negaron haber sufrido bajas en los combates. Ayer prosegu¨ªan los ataques a¨¦reos sobre Kandahar, al sur de Afganist¨¢n. Seg¨²n testigos en Kabul, citados por la agencia Reuters, anoche se pod¨ªa o¨ªr el sonido de helic¨®pteros sobrevolando la capital, al tiempo que los talibanes desplegaban carros blindados por las calles.
'Esos soldados no habr¨¢n muerto en vano', afirm¨® el presidente George W. Bush al conocer, desde Shanghai, el resultado de la incursi¨®n. Las v¨ªctimas mortales se produjeron durante el aterrizaje de un helic¨®ptero Blackhawk, utilizado para la cobertura y el transporte de tropas, en una zona despoblada de la regi¨®n paquistan¨ª de Beluchist¨¢n, a unos 25 kil¨®metros de la frontera afgana. El general Richard Myers, jefe del Estado Mayor, explic¨® que 'la oscuridad y la nube de polvo levantada por las h¨¦lices' fueron, probablemente, las causas de que el helic¨®ptero se estrellara al intentar posarse en tierra. Adem¨¢s de los dos muertos hubo tres heridos en el accidente.
Otros dos soldados sufrieron lesiones leves durante un salto en paraca¨ªdas dentro de Afganist¨¢n. Myers rechaz¨® como 'totalmente falsa' la afirmaci¨®n de un portavoz talib¨¢n en el sentido de que el Blackhawk accidentado hubiera recibido impactos de disparos durante la incursi¨®n. 'Todos nuestros aparatos regresaron tras la operaci¨®n', asegur¨®.
El general Myers se neg¨® a dar detalles sobre la operaci¨®n. Explic¨® que hab¨ªa consistido en un ataque 'coordinado' contra dos objetivos 'alejados entre s¨ª': un aeropuerto al sur del pa¨ªs (neg¨® que se tratara del de Kandahar) y un 'puesto de mando' en el que en alg¨²n momento hab¨ªa residido el l¨ªder de los talibanes, mul¨¢ Mohamed Omar. 'Encontramos resistencia, como era de esperar, pero se cumplieron los objetivos', coment¨®. Seg¨²n el general, las fuerzas de asalto, constituidas b¨¢sicamente por los Rangers, quiz¨¢ con miembros de la unidad de ¨¦lite Delta Force, se llevaron de regreso 'informaci¨®n' y 'algunos objetos que est¨¢n siendo analizados'.
Las caracter¨ªsticas del despliegue permanecen en secreto. De las im¨¢genes proporcionadas por el Pent¨¢gono se deduce, sin embargo, que al menos una parte de las tropas sali¨® del portaaviones Kitty Hawk, convertido en base flotante para las fuerzas especiales, e hizo escala en Pakist¨¢n. Desde all¨ª, los soldados, estimados en unos 200, volaron hacia los objetivos, unos en avi¨®n para lanzarse en paraca¨ªdas, otros en helic¨®ptero. El repliegue se efectu¨® probablemente con helic¨®pteros. 'Hemos utilizado diversos veh¨ªculos a¨¦reos', se limit¨® a decir el general Myers, quien s¨®lo precis¨® que entre ellos hab¨ªa varios AC-130, un avi¨®n de combate derivado del H¨¦rcules con capacidad para transportar tropas.
El general Tom Franks, jefe de las operaciones en Afganist¨¢n, confiaba quiz¨¢ en encontrar al mul¨¢ Omar en el centro de mando asaltado. Esa instalaci¨®n no hab¨ªa sido bombardeada para que su equipamiento (los 'objetos' capturados y sometidos a an¨¢lisis) permaneciera intacto. El mul¨¢ no estaba y la resistencia talib¨¢n no fue demasiado intensa. El Pent¨¢gono estima que hubo bajas entre los talibanes, pero los portavoces del r¨¦gimen guerrillero-religioso lo negaron. Seg¨²n el ministro de Educaci¨®n y portavoz talib¨¢n, Amir Jan Muttaqi, hacia medianoche (hora local), varios helic¨®pteros estadounidenses se posaron en la monta?a de Baba Sahib, al oeste de Kandahar; 'los talibanes se acercaron y les obligaron a retirarse'.
Myers afirm¨® que los objetivos de la operaci¨®n se hab¨ªan cumplido. Esa escaramuza inicial result¨® modesta y fue poco m¨¢s que un tanteo, pero, seg¨²n el jefe del Estado Mayor estadounidense, constituy¨® un mensaje muy claro para los talibanes: 'Podemos atacar cualquier objetivo en Afganist¨¢n, a la hora que nos parezca y de la forma que nos convenga'.
Muy significativo sobre el tipo de guerra que se libra en Afganist¨¢n es el aparente intercambio en las posiciones tradicionales de ambas fuerzas enemigas. Los talibanes, habituados a la guerrilla, se ven forzados a un papel pasivo; el Ej¨¦rcito de EE UU opta por emplear t¨¢cticas guerrilleras, aunque respaldadas por fuego a¨¦reo y ejecutadas por soldados que disponen de armas y sistemas de comunicaci¨®n tecnol¨®gicamente muy avanzados.
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