Abdul Haq planeaba un alzamiento de jefes tribales contra el r¨¦gimen talib¨¢n
El veterano combatiente trat¨® de huir a caballo tras una emboscada que result¨® mortal
Hasta en su tr¨¢gico final ha habido un detalle de romanticismo de los que arropan a los h¨¦roes de las leyendas. Al descubrirse emboscado, Abdul Haq trat¨® de escapar a caballo. Y es que el veterano combatiente se hallaba de nuevo en el terreno duro y monta?oso de su Afganist¨¢n natal, donde ni siquiera los helic¨®pteros norteamericanos de la Operaci¨®n Libertad Duradera supuestamente enviados para su rescate pudieron salvarle. El respetado comandante de la resistencia contra los sovi¨¦ticos muri¨® ejecutado por traidor horas despu¨¦s.
Haq ten¨ªa 43 a?os y la convicci¨®n de poder unir a suficientes jefes tribales pastunes y talibanes moderados como para abrir un segundo frente terrestre contra el r¨¦gimen de los cl¨¦rigos rigoristas desde el este del pa¨ªs. Y con esa misi¨®n se hab¨ªa adentrado en Afganist¨¢n el pasado domingo. Como past¨²n, cre¨ªa poder ganarse la confianza de sus pares y romper as¨ª el bloqueo pol¨ªtico que provoca el recelo hacia la Alianza del Norte en el sur de Afganist¨¢n.
Es el segundo de los siete grandes muyahidin afganos que desaparece este a?o. En septiembre, en v¨ªsperas de los ataques terroristas en EE UU, Ahmed Shah Masud muri¨® en un atentado que se atribuye a Osama Bin Laden. 'Se est¨¢n cargando a los m¨¢s moderados', coment¨® a EL PA?S una fuente diplom¨¢tica que calific¨® el hecho de 'duro golpe para el proceso de Roma'. Haq estaba considerado como el responsable militar de ese plan. Y tambi¨¦n se encontraba en inmejorable situaci¨®n para hacer de puente entre los pastunes y la Alianza: su hermano Qaadir es uno de los jefes militares del norte.
Haq se hab¨ªa hecho un nombre como muyahid (literalmente, el que hace la yihad, combatiente, luchador) durante los a?os de la ocupaci¨®n sovi¨¦tica (1979-1989). El ataque a un dep¨®sito de municiones del Ej¨¦rcito Rojo le granje¨® fama de valiente. En aquellas batallas, el entonces joven comandante result¨® herido una veintena de veces, la m¨¢s grave de ellas en 1987, cuando le estall¨® una mina que oblig¨® a amputarle un pie. Otro artificial lo sustituy¨® enseguida y continu¨® luchando.
Cuando los muyahidin tomaron Kabul en 1992, el guerrero honesto que hab¨ªa en ¨¦l se sinti¨® defraudado con las rivalidades pol¨ªticas que estallaron entre sus compa?eros de armas y se retir¨® a Jalalabad. All¨ª estableci¨® una peque?a compa?¨ªa a¨¦rea que hac¨ªa viajes a Dubai. La llegada al poder de los talibanes cuatro a?os m¨¢s tarde le empuj¨® al exilio de Peshawar, la ciudad fronteriza paquistan¨ª que acoge a un mill¨®n de afganos.
No fue un exilio dorado. Sus intentos de organizar una alianza de oponentes moderados a los talibanes llegaron a los o¨ªdos de sus rivales pol¨ªticos y no gustaron. Hace dos a?os, su esposa, su hijo de 11 a?os y un guardaespaldas eran asesinados en su propia casa. Haq decidi¨® poner tierra de por medio, aparc¨® sus intenciones pol¨ªticas y se traslad¨® a Dubai, donde sigui¨® manteniendo negocios.
Los atentados del 11 de septiembre le hicieron volver y desenterrar sus planes de unir a jefes tribales y antiguos comandantes que ¨¦l sab¨ªa alejados de los fanatismos del r¨¦gimen talib¨¢n. Muri¨® en el intento.
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