Espa?a s¨®lo ofrece una plaza de residencia por cada 8 mayores que no se valen por s¨ª mismos
El Imserso se?ala que en 10 a?os har¨¢ falta el triple de camas para este grupo de poblaci¨®n
El envejecimiento pasa factura. La creciente longevidad provoca un aumento de las personas que no pueden valerse por s¨ª mismas. Ahora, 825.000 mayores padecen dependencia grave y s¨®lo existen 100.000 plazas residenciales adecuadas. Seg¨²n el director general del Imserso, Alberto Galer¨®n, en 10 a?os har¨¢n falta 200.000 camas asistidas m¨¢s. Costar¨¢n medio bill¨®n de pesetas. 'Pensar que el problema de la dependencia se puede resolver s¨®lo con los mecanismos del Estado es una solemne tonter¨ªa', sostiene Galer¨®n. Pide a familias y empresas que se impliquen.
Espa?a necesita triplicar en una d¨¦cada el n¨²mero de plazas en residencias para personas mayores dependientes. Ahora s¨®lo existen unas 100.000, pr¨¢cticamente la mitad del total. As¨ª lo ha asegurado el director general del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso), Alberto Galer¨®n, en las jornadas El papel de las personas mayores en la sociedad y los retos del envejecimiento. Se celebraron el jueves y el viernes en Madrid, organizadas por el grupo de comunicaci¨®n J¨²bilo.
'No todo se puede fiar al Estado. La sociedad entera tiene que implicarse para crear 200.000 plazas residenciales m¨¢s en diez a?os para enfrentarnos al reto de la dependencia', afirm¨® Galer¨®n. Cifr¨® en medio bill¨®n de pesetas el coste de las plazas necesarias en una d¨¦cada. Sin embargo, en medios empresariales se manejan c¨¢lculos econ¨®micos que duplican esa cantidad. En 2010 habr¨¢ m¨¢s de siete millones de mayores de 65 a?os.
'Inviable para el Estado'
'Para el Estado y las Comunidades Aut¨®nomas es inviable pasar a medio bill¨®n desde los 18.000 millones de pesetas que dedican cada a?o a la asistencia residencial de mayores dependientes', detall¨® Galer¨®n a EL PA?S. El responsable del Imseros, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, sostiene que en el problema de los mayores que requieren ayuda debe implicarse toda la sociedad, especialmente 'las familias y las empresas privadas con y sin ¨¢nimo de lucro'.
Debido al panorama demogr¨¢fico, marcado por el descenso de los nacimientos y el aumento de la esperanza de vida, el problema crecer¨¢. Pero ya es amplio: dos de cada diez personas mayores de 65 a?os son depedientes (1,4 millones en total). As¨ª lo afirm¨® en las jornadas el subdirector general del Plan Gerontol¨®gico, Jes¨²s Norberto Fern¨¢ndez. Sin embargo, la reciente encuesta sobre discapacidad del Instituto Nacional de Estad¨ªstica establece que el 32,2% de los mayores padece alg¨²n tipo de limitaci¨®n f¨ªsica o mental. Por su parte, el director general del IMSERSO cifra en 825.000 los mayores que sufren una dependencia fuerte (12, 6%).
La mayor¨ªa de las personas que han superado la edad de jubilaci¨®n y no pueden valerse permanecen en casa, casi siempre al cuidado de las mujeres de la familia. Pero el modelo est¨¢ amenazado por la creciente incorporaci¨®n femenina al mercado laboral, entre otros factores. Los servicios de atenci¨®n a domicilio (112.797 usuarios en 1999, seg¨²n el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales), la teleasistencia (48.574), los centros de d¨ªa (7.103 plazas), y las residencias son alternativas comunes. Pero no siempre est¨¢n disponibles. A veces la oferta es insuficiente, otras resulta inaccesible para la clase media.
En el caso de las residencias, la escasez es palpable. Seg¨²n el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, existen 198.358 camas, de las que 78.141 son p¨²blicas o concertadas (ver gr¨¢fico). S¨®lo en torno a la mitad est¨¢n destinadas a personas que no pueden valerse.
En las residencias con dinero p¨²blico menudean las listas de espera. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, 18.130 personas han pedido su ingreso y de ellas, 8.500 aguardan plaza desde m¨¢s de tres a?os. En los centros privados, las tarifas resultan disuarias para muchos. Una plaza asistida cuesta entre 250.000 y 300.000 pesetas mensuales, seg¨²n la cifra manejada en las jornadas. En los centros p¨²blicos, el precio se establece bajo varios criterios, entre ellos el nivel de ingresos.
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