'Un edificio no puede ser una joya intocable'
Los ¨²ltimos Premios Pritzker, Jacques Herzog y Pierre de Meuron, estrechan cada vez m¨¢s lazos con Espa?a. En Santa Cruz de Tenerife, Barcelona y ahora Madrid, donde van a rehabilitar, entre La Fundaci¨®n Thyssen y el Centro de Arte Reina Sof¨ªa, un gran edificio para albergar la sede art¨ªstica de la Fundaci¨®n La Caixa, quedar¨¢ constancia de una nueva etapa de su producci¨®n que comprende desde la forma de los edificios hasta su escala.
Alcanzada la cima de su carrera como arquitectos con el ¨¦xito de la Tate Modern en Londres y despu¨¦s de realizar sonados proyectos en Estados Unidos, Jacques Herzog y su socio Pierre de Meuron (Basilea, 1950) obtuvieron el Premio Pritzker la pasada primavera. Hoy consideran que el galard¨®n cierra una etapa y con sus nuevos proyectos de gran escala se plantean empezar de nuevo y reconsiderar su manera de trabajar. Espa?a tendr¨¢ un papel protagonista como escenario de esa transformaci¨®n: para Santa Cruz de Tenerife han dise?ado la remodelaci¨®n del puerto y la Fundaci¨®n ?scar Dom¨ªnguez; en Barcelona construir¨¢n el emblem¨¢tico Foro para la ciudad de 2004, y en Madrid comenzar¨¢n, pronto y frente al Museo del Prado, las obras de la nueva sede de exposiciones de la Fundaci¨®n La Caixa.
'No creo que el siglo XXI est¨¦ preparado para una t¨¢bula rasa como la que supuso el movimiento moderno a principios del siglo pasado'
PREGUNTA. En su discurso de aceptaci¨®n del Premio Pritzker defini¨® su arquitectura como el resultado de no saber qu¨¦ hacer, pero s¨ª saber qu¨¦ no hacer.
RESPUESTA. Todav¨ªa hoy nos es m¨¢s f¨¢cil saber lo que no queremos hacer que lo que queremos hacer. Vivimos una ¨¦poca en la que uno no puede levantarse un d¨ªa e inventar un estilo o construir unas ideas que partan de cero. La renovaci¨®n completa es absurda y adem¨¢s imposible. No creo que el siglo XXI est¨¦ preparado para una t¨¢bula rasa como la que supuso el movimiento moderno a principios del siglo pasado. Le Corbusier fue un h¨¦roe de la vanguardia, ¨¦l cre¨ªa que una nueva arquitectura har¨ªa posible un nuevo paisaje urbano, una nueva cultura y, consecuentemente, un nuevo hombre. Hoy, esas ideas parecen ingenuas, ilusorias. A nosotros nos parece m¨¢s l¨®gico basar nuestras decisiones en las dudas, en el cuestionamiento y en la investigaci¨®n. Nos interesa m¨¢s construir credibilidad que utop¨ªas e ilusiones. Creemos en una arquitectura s¨®lida, fundamentada, capaz de ser un elemento necesario, imprescindible para nuestra cultura y, por tanto, capaz de sobrevivir y permanecer.
P. Cuando empezaron a construir, optaron por experimentar con las pieles de los edificios y hoy est¨¢n llevando esa experimentaci¨®n hasta la forma de los mismos.
R. Siempre nos ha preocupado averiguar cu¨¢l es el potencial de la arquitectura, que tiene muchos componentes. La materia es uno de ellos, y decidimos empezar por ah¨ª. Hoy hemos llegado a tal nivel de experimentaci¨®n e investigaci¨®n en ese punto que nos sentimos preparados para iniciar otros experimentos: con el color, con la forma.
P. ?Por qu¨¦ deciden investigar ahora las formas? ?Consideran agotado el repertorio de materiales?
R. Consideramos agotada la reducci¨®n de la forma. La hemos trabajado tanto que hemos llegado a hacer arquitecturas casi invisibles. Por otro lado, la Tate Modern de Londres marca un punto clave en nuestra trayectoria. El espacio era el ¨²nico protagonista de ese proyecto. Se trataba de explotar el potencial espacial de un edificio existente y de hacer posible un uso masivo y variado por parte del p¨²blico. El proyecto se alejaba de los trabajos cuidadosos, elitistas y casi de orfebres que nos sol¨ªan encargar. Por supuesto que prestamos atenci¨®n a los materiales y utilizamos vidrios galvanizados y otros de nuestros recursos habituales, pero los detalles eran anecd¨®ticos. Lo importante all¨ª es que decidimos hacer una arquitectura de simulaci¨®n: enmascaramos, difuminamos y hasta escondimos los l¨ªmites entre el edificio original y el nuevo. Quer¨ªamos que la gente lo usara como un espacio, no como una reliquia, la procedencia de las partes era indiferente. La nueva Tate es m¨¢s un trabajo de urbanismo que un museo.
P. Adem¨¢s de la expresividad de las formas, est¨¢n investigando el efecto en la arquitectura de factores biol¨®gicos.
R. Las huellas, el paso del tiempo y el uso y abuso del edificio es algo que, entendemos, el arquitecto debe prever. No se trata s¨®lo de hacer un edificio que se conserve f¨¢cilmente, se trata de explorar con libertad todas las posibilidades creativas que pueden incidir en la arquitectura. En la vida, en las ciudades, hay p¨¢jaros. Al dise?ar uno puede ignorarlos, tratar de vencerlos o hacer un edificio con el que tambi¨¦n los p¨¢jaros puedan relacionarse. Los p¨¢jaros son como la gente. Juegan y se posan en el exterior del edificio de la misma manera que la gente utiliza el interior. Se trata de trabajar con los p¨¢jaros y con la gente en lugar de proteger el edificio de los p¨¢jaros y de la gente. Un edificio no puede ser una joya intocable.
P. Muchos de sus proyectos anteriores s¨ª parec¨ªan peque?as joyas.
R. Es cierto, pero eran peque?as. Con lo peque?o, y sobre todo con lo privado, uno puede hacer lo que quiera, edificios escult¨®ricos o inmuebles delicados. La arquitectura p¨²blica es otra historia. Para empezar es imposible controlar el edificio de la misma manera que controlas todos los detalles de una peque?a galer¨ªa, pero adem¨¢s un gran edificio tiene obligaciones que un arquitecto debe asumir. No hay que verlo como una concatenaci¨®n de obst¨¢culos. Todo lo contrario. El reto es mayor. De repente, y con cincuenta a?os, tenemos que pensar de otra manera. Eso es fascinante. Tratamos de hacerlo lo mejor posible, pero hay que ser realistas: un estadio de f¨²tbol debe ser un espacio s¨®lido, robusto y resistente para poder sobrevivir como edificio. Al hacer el de Basilea, algunos cr¨ªticos nos acusaron de haber sido infieles a nuestro ideario, de abandonar el cuidado artesano en favor de la industria, de sacrificar el detalle por la forma. Nada de eso, simplemente hab¨ªamos cambiado de escala. Si la arquitectura debe jugar un papel en la cultura, y debe jugarlo, los arquitectos debemos ser capaces de realizar grandes proyectos con poco dinero.
P. Sin embargo para ustedes la belleza es algo fundamental.
R. Es la clave para la supervivencia de la arquitectura, por eso nos ha preocupado tanto. Piense en por qu¨¦ han sobrevivido los edificios centenarios. O porque estaban ocultos en la jungla o porque la gente los adoraba. Piense en algunas fr¨¢giles construcciones japonesas de madera, bamb¨² y hasta de papel. Si no las cuidaran como si fueran de oro no podr¨ªan sobrevivir. La belleza obra esa especie de milagro en el que el papel se cuida como si fuera oro.
P. Al arte actual no parece preocuparle mucho ese argumento.
R. La belleza abarca un amplio campo de posibilidades, y a nosotros nos interesa en toda su amplitud. Hay cosas brutales y provocativas que son hermosas. Con la arquitectura sucede lo mismo que con la gente. ?Qu¨¦ hace a una persona atractiva? Su carisma, su f¨ªsico, sus movimientos, su misterio...
P. El Foro de Barcelona ser¨¢ el edificio m¨¢s emblem¨¢tico de una nueva zona de la ciudad cuando, hasta ahora, su arquitectura hab¨ªa sido callada, discreta, alejada de los emblemas.
R. Al proyectar edificios de gran escala nos dimos cuenta de que si no propon¨ªamos al cliente parte del programa, parte del uso de su edificio, ¨¦l y nosotros ¨ªbamos a fracasar. Un edificio tan grande no puede ser s¨®lo un contenedor, tiene que contener algo, pensarse para diversas actividades. En el Foro de Barcelona habr¨¢ congresos, exposiciones, conciertos y espect¨¢culos, pero habr¨¢ periodos muy largos en los que no suceda nada y un edificio no puede vivir s¨®lo una semana al mes. Adem¨¢s, los conciertos y las exposiciones atraen s¨®lo a un tipo de gente, y eso tampoco es bueno para un edificio. Un edificio grande no puede ser monofuncional. Para que pase a formar parte de una ciudad debe ser abierto y vivo y quedar implantado, biol¨®gicamente implantado, en su ubicaci¨®n. S¨®lo as¨ª la gente lo har¨¢ suyo. Un edificio grande vac¨ªo es un fracaso.
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