Crece la inquietud en Pakist¨¢n
La llamativa falta de logros de EE UU tras cuatro semanas de bombardeos preocupa al r¨¦gimen de Islamabad
Cuatro semanas despu¨¦s de que Washington comenzara su ofensiva de bombardeos contra los talibanes y Al Qaeda, la llamativa ausencia de logros por parte de los norteamericanos y la aparente falta de coherencia sobre la estrategia a¨¦rea y terrestre de Washington y sus objetivos generales de guerra provocan una inquietud creciente en Pakist¨¢n y la regi¨®n, seg¨²n funcionarios paquistan¨ªes y diplom¨¢ticos occidentales y de Naciones Unidas en Islamabad y Peshawar.
En la cuarta semana de bombardeos, las l¨ªneas talibanes a las afueras de Kabul y en el norte no se han venido abajo como predec¨ªa Washington; ninguna gran ciudad afgana ha ca¨ªdo en manos del Frente Unido antitalib¨¢n (FU), y no ha habido deserciones entre las filas de la direcci¨®n talib¨¢n, pese a los fren¨¦ticos esfuerzos de los servicios de informaci¨®n estadounidenses y paquistan¨ªes para conseguirlo.
Todav¨ªa entra gran cantidad de provisiones en Afganist¨¢n para las tropas talibanes
Seg¨²n los refugiados afganos que llegan a las ciudades fronterizas paquistan¨ªes de Peshawar y Quetta, la moral de los talibanes se ha fortalecido y han podido reunir a m¨¢s soldados para la lucha, si bien muchos son reclutas forzosos, y no voluntarios. Mientras tanto, la cruzada contra la guerra de los partidos isl¨¢micos y movimientos pacifistas de todo el mundo va adquiriendo fuerza a medida que las im¨¢genes de v¨ªctimas civiles de los ataques a¨¦reos estadounidenses se transmiten por las ondas.
Decenas de miles de miembros de clanes paquistan¨ªes est¨¢n moviliz¨¢ndose para entrar en Afganist¨¢n y luchar a favor de los talibanes, lo cual supone una intensa presi¨®n para el Gobierno del presidente Pervez Musharraf. 'Los talibanes han logrado crear la impresi¨®n, dentro de Afganist¨¢n, de que est¨¢n fortaleci¨¦ndose y que, si consiguen resistir unas semanas, hasta la llegada del invierno y el Ramad¨¢n, habr¨¢n derrotado a Estados Unidos en su ofensiva', ha declarado un afgano que encabeza una organizaci¨®n no gubernamental afgana en Peshawar y que viaja con frecuencia a su pa¨ªs.
El problema esencial es la falta de una estrategia claramente definible, pese a que los norteamericanos han dicho en repetidas ocasiones que su objetivo es eliminar a la direcci¨®n talib¨¢n y a la de Al Qaeda. 'La disparidad entre lo que pretende conseguir EE UU y los problemas que implica lograr ese objetivo plantea varios dilemas fundamentales', explica un embajador europeo en Islamabad. Uno de esos dilemas es que a EE UU le gustar¨ªa que las principales ciudades del norte de Afganist¨¢n cayeran en manos del FU y quedaran libres del control talib¨¢n. Ahora bien, al mismo tiempo, desconf¨ªa de ayudar al Frente a conseguir ese objetivo, porque teme que sus caudillos lleven a cabo salvajes represalias con las que las fuerzas norteamericanas quedar¨ªan indirectamente relacionadas. La tercera parte del dilema es que Estados Unidos no est¨¢ dispuesto a emplear sus propias fuerzas de tierra para liberar esas ciudades.
Asimismo, a Estados Unidos le gustar¨ªa que Kabul cayera lo m¨¢s pronto posible para que pueda asumir el poder un nuevo Gobierno de transici¨®n, tal vez con un mandato de la ONU que contribuir¨ªa de forma decisiva a minar la autoridad de los talibanes entre sus apoyos fundamentales del sur del pa¨ªs. Pero tambi¨¦n aqu¨ª se encuentra con un dilema crucial: o el FU libera Kabul despu¨¦s de que EE UU lance bombardeos masivos contra las l¨ªneas talibanes o la toma corre a cargo de tropas de tierra norteamericanas; sin embargo, Washington no est¨¢ dispuesto a usar ninguna de las dos cosas.
En la franja sur, habitada por tribus del grupo ¨¦tnico past¨²n, del que procede la mayor¨ªa de los talibanes, a EE UU le agradar¨ªa ver un levantamiento antitalib¨¢n entre dichas tribus, pero hasta ahora no se ha producido. Al mismo tiempo, los jefes pastunes leales al ex rey Zahir Shah, que han entrado en Afganist¨¢n para fomentar ese tipo de revuelta, no cuentan con el respaldo de Estados Unidos ni est¨¢n recibiendo protecci¨®n a¨¦rea. Aunque uno de esos jefes, Abdul Haq, fue capturado y ejecutado por los talibanes la semana pasada, hay otros que est¨¢n en el interior del pa¨ªs y que se quejan amargamente de la falta de apoyo log¨ªstico de EE UU.
En definitiva, el problema consiste en que, por una serie de razones, EE UU es reacio a emplear a las fuerzas antitalibanes que est¨¢n sobre el terreno, pero no est¨¢ dispuesto a dedicar un gran n¨²mero de soldados de tierra norteamericanos para realizar esas tareas; como consecuencia, hay una situaci¨®n militar de punto muerto que sirve para envalentonar a¨²n m¨¢s a los talibanes y a Al Qaeda.
Las repercusiones de este punto muerto se hacen sentir especialmente en Pakist¨¢n, que ha proporcionado tres bases a las fuerzas estadounidenses y ahora se siente muy vulnerable. 'No estamos al tanto de lo que intentan hacer los americanos, y nos preocupa el aumento de bajas civiles en Afganist¨¢n, que est¨¢ teniendo consecuencias pol¨ªticas cada vez mayores en Pakist¨¢n', dice un alto funcionario de dicho pa¨ªs. El 29 de octubre, el general Tommy Franks, jefe del Mando Central estadounidense y encargado de dirigir la guerra, estuvo varias horas en Islamabad para entrevistarse con Musharraf. Las autoridades paquistan¨ªes dicen que le expresaron su preocupaci¨®n por la estrategia norteamericana y la vulnerabilidad de Pakist¨¢n.
Hasta la semana pasada, las manifestaciones antigubernamentales de partidos fundamentalistas isl¨¢micos para criticar la decisi¨®n del presidente Musharraf de apoyar la campa?a de EE UU contra los talibanes estaban en clara disminuci¨®n. Sin embargo, a medida que han aparecido en la televisi¨®n cada vez m¨¢s im¨¢genes de v¨ªctimas civiles en Afganist¨¢n, las manifestaciones han vuelto a aumentar. El domingo pasado, el fundamentalista Jamaat el Islami celebr¨® una gigantesca concentraci¨®n en Lahore, la capital de la provincia de Punjab, que hasta ahora hab¨ªa permanecido tranquila. El jefe de Jammat, Qazi Hussain Ahmad, urgi¨® al Ej¨¦rcito a derrocar a Musharraf y dijo que piensa organizar pronto una marcha de un mill¨®n de hombres hacia Islamabad, con el fin de hacer una sentada hasta que dimita el Gobierno. En la frontera entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n est¨¢ habiendo un tenso pulso, con 10.000 militantes que est¨¢n deseosos de cruzar para ir a luchar junto a los talibanes.
Fuentes diplom¨¢ticas occidentales dicen que Washington va a intentar reforzar el ¨¢nimo de Pakist¨¢n mediante un amplio paquete de ayudas y pr¨¦stamos cuando el presidente Musharraf se re¨²na con el presidente Bush el 10 de noviembre en la ONU. Por su parte, las autoridades norteamericanas han expresado su frustraci¨®n porque Islamabad no ha conseguido atraer a desertores talibanes pese a las promesas en ese sentido y porque, a pesar del cierre oficial de fronteras decretado por Pakist¨¢n, todav¨ªa entran grandes cantidades de alimentos, combustible y otros pertrechos en Afganist¨¢n que van a parar a las tropas talibanes. En Peshawar, los responsables occidentales y afganos de las organizaciones de ayuda dicen que los miembros militantes de las tribus, la mafia local del transporte y los partidos isl¨¢micos todav¨ªa se las arreglan para enviar cientos de cargamentos de comida y combustible para el Ej¨¦rcito talib¨¢n. 'Los talibanes se est¨¢n aprovisionando para el invierno y tienen f¨¢cil acceso a todo lo que hay en Pakist¨¢n. El Gobierno no hace nada para impedirlo', dice el jefe de la ONG afgana antes mencionado.
Aunque todos los pa¨ªses lim¨ªtrofes con Afganist¨¢n forman parte de la alianza encabezada por EE UU, cada uno de ellos manifiesta una opini¨®n cada vez m¨¢s ruidosa sobre qu¨¦ afganos deben formar el nuevo Gobierno en Kabul. Sus posturas y las intimidaciones que se lanzan unos a otros est¨¢n debilitando la alianza y proporcionando a los talibanes otra ventaja propagand¨ªstica con sus luchas entre vecinos. No obstante, en los ¨²ltimos d¨ªas, existen indicios de que la situaci¨®n sobre el terreno puede mejorar. Estados Unidos est¨¢ lanzando fuertes bombardeos contra las posiciones talibanes alrededor de Kabul y Mazar-i-Sharif. En el norte, tres jefes cuyas desavenencias les hab¨ªan impedido tomar esta ciudad, dicen que ahora est¨¢n unidos y que van a lanzar una ofensiva m¨²ltiple conjunta para capturarla.
Mientras tanto, Ismail Jan, que dirige las fuerzas del FU en el oeste del pa¨ªs, declaraba el 28 de octubre que sus tropas hab¨ªan repelido un contraataque talib¨¢n en Qala Nau, 130 kil¨®metros al este de Herat, que Jan pretende capturar. Jan ya ha bloqueado las carreteras de la ciudad, con lo que ha aislado a los talibanes y ha cortado las rutas de suministro desde Herat hasta las fuerzas talibanes en el norte del pa¨ªs. Todav¨ªa est¨¢ por ver si estos nuevos avances del FU van a desembocar en una mayor cooperaci¨®n a¨¦rea por parte de Estados Unidos.
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