Cicatrices de la crisis
La recesi¨®n ha transformado a Argentina en un pa¨ªs con paro, pobreza, violencia y desilusi¨®n
'Han sido demasiados a?os barriendo la basura debajo de la alfombra', asegura el contable Armando Mangieri, de 52 a?os, un ciudadano medio argentino. Desde su peque?o despacho en el centro de Buenos Aires, este contable ha visto en qu¨¦ se ha convertido su pa¨ªs tras angustiosos a?os de crisis econ¨®mica y c¨®mo empresarios humildes que confiaron en muchas promesas se han arruinado. 'No quieren m¨¢s nada, s¨®lo sobrevivir; porque perdieron todo lo que ten¨ªan y est¨¢n endeudados. Todos tienen la fantas¨ªa de irse de aqu¨ª como si esta tierra estuviera maldita', dice.
Argentina arrastra 40 meses de recesi¨®n. El ¨²ltimo paquete de medidas anunciado la semana pasada por el Gobierno de Fernando de la R¨²a, pendiente ahora de la aprobaci¨®n del Fondo Monetario Internacional y de un acuerdo con las provincias, ha llevado algo de ilusi¨®n a los argentinos. Pero la crisis ya ha golpeado fuerte. S¨®lo uno de cada tres argentinos tiene trabajo estable, los otros dos est¨¢n subocupados o bien desocupados. Cada a?o m¨¢s de 500.000 personas descienden de la clase media a la categor¨ªa de pobres en un pa¨ªs con m¨¢s de dos millones de indigentes.
La familia Mangieri impuso el d¨¦ficit cero en casa la semana pasada. Armando Mangieri, casado, con cuatro hijos y un t¨ªtulo de contable de la Universidad de Buenos Aires, no tuvo que esforzarse para convencer a los suyos del recorte de gastos. En realidad, sus hijos se han apretado el cintur¨®n hace tiempo. Los discos son copias piratas, las luces se apagan cuando no son estrictamente necesarias y los libros de estudio se fotocopian. Cada uno avisa al otro cuando habla demasiado por tel¨¦fono. Este a?o no habr¨¢ vacaciones.
La violencia crece con la penuria. En los ¨²ltimos dos a?os, la familia Mangieri sufri¨® cuatro robos. El ¨²ltimo, hace s¨®lo 10 d¨ªas, cuando el padre llegaba a su casa y fue asaltado y secuestrado en su propio coche. Le pegaron, le amenazaron de muerte, le hicieron recorrer los cajeros autom¨¢ticos de los bancos para sacarle el poco dinero que ten¨ªa y, despu¨¦s, le abandonaron, sin coche y de madrugada, en un barrio de las afueras.
Los asaltos son continuos. En la provincia de Buenos Aires las rejas con las que se protegen las casas son recientes. Algunos vecinos las cruzan por arriba con alambres de p¨²as. El pasado fin de semana, uno de los cr¨ªmenes habituales salt¨® a las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Esta vez la v¨ªctima era el marido de una popular presentadora de televisi¨®n. Muri¨® tras recibir 15 pu?aladas.
Argentina no tiene ya nada para vender, salvo el territorio. Las empresas del Estado fueron liquidadas en los a?os noventa. La escasa riqueza que produce el pa¨ªs se ha concentrado en los grupos econ¨®micos multinacionales que explotan los recursos b¨¢sicos, como el petr¨®leo, el gas, la miner¨ªa, la agricultura y la pesca o dan servicios m¨¦dicos, telef¨®nicos, de gas natural, agua o el¨¦ctricos, a valores que aumentan peri¨®dicamente seg¨²n cl¨¢usulas establecidas en los contratos de concesi¨®n.
'Este pa¨ªs fue saqueado por la corrupci¨®n; la lista de ministros y funcionarios criminales es interminable, pero peor a¨²n es la complicidad de la justicia, porque nunca se conden¨® a nadie', explica Mangieri, para quien los problemas del pa¨ªs vienen de lejos. Ahora que ya padeci¨® el alfonsinismo y despu¨¦s de 10 a?os de menemismo, con el peronista Carlos Menem en el poder, dice: 'Puedo descargar la bronca contra quienes nos robaron en la cara, pero no eludir la responsabilidad que tuvimos como sociedad, porque fueron muchos a?os de barrer la basura debajo de la alfombra; se acept¨® todo a cambio de una promesa de bienestar que nunca se cumpli¨®'.
La deuda p¨²blica argentina se estima en unos 140.000 millones de d¨®lares y la especulaci¨®n financiera ha sido otro de los buenos negocios de los ¨²ltimos. Se calcula en unos 100.000 millones de d¨®lares el dinero que una minor¨ªa de argentinos mantiene depositados, de forma legal o ilegal, fuera del pa¨ªs. Para asegurar el pago de la deuda externa, el nuevo plan econ¨®mico persigue un ahorro de 4.000 millones de d¨®lares de los 11.000 millones que tiene que pagar en 2002 como intereses de la deuda mediante un canje voluntario de los bonos.
Los 20 minutos que dura el trayecto que Mangieri realiza cada d¨ªa de casa al trabajo bastan para hacerse una idea de la 'decadencia argentina', cuenta. 'Nunca se han visto tantos pibes abandonados, descalzos, harapientos, pidiendo limosnas; tantas personas durmiendo en los umbrales; tantos vendedores ambulantes; tantos padres con sus hijos revisando los tachos de la basura al final del d¨ªa. Yo, que me eduqu¨¦, como todos, en la ilusi¨®n del pa¨ªs que era un crisol de razas, como nos dec¨ªan en la escuela, asisto impotente al desastre'.
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