37 minutos de una persecuci¨®n guiada por tel¨¦fono m¨®vil
Reconstrucci¨®n de la huida de los dos etarras que atentaron en Madrid con un coche bomba y su posterior detenci¨®n
Aitor Garc¨ªa Aliaga y Ana Bel¨¦n Engu¨¦s est¨¢n apostados al final de la calle de Coraz¨®n de Mar¨ªa, a unos 75 metros de la calle de Cardenal Sil¨ªceo, donde han aparcado previamente un coche con 25 kilos de dinamita. Tienen una visi¨®n perfecta de los coches que circulan por la zona y esperan la llegada del objetivo, cuya identidad desconocen. S¨®lo saben que viaja en un coche oficial de color verde oscuro al que han hecho un seguimiento anterior. A las 9.08, los dos terroristas ven acercarse el veh¨ªculo en el que viaja Juan Junquera, secretario general de Pol¨ªtica Cient¨ªfica del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa. Cuando el coche del alto funcionario va a girar por Cardenal Sil¨ªceo, accionan el dispositivo.
La bomba afecta a 95 personas, pero ellos desconocen si han acertado con su objetivo, porque inmediatamente se dirigen al veh¨ªculo que tienen aparcado en doble fila. Otro automovilista los ve, sospecha, sigue al veh¨ªculo, un Ford Escort blanco y marca el 092 de la Polic¨ªa Municipal. 'Le he visto salir corriendo de donde la bomba. Les sigo'.
- Calle de Bristol. Los dos terroristas bajan por la calle de Bristol, circulan bajo la Nacional II (carretera de Barcelona) en direci¨®n a la Avenida de Badajoz. El tr¨¢fico es a esa hora bastante denso, quiz¨¢ por eso el testigo no tiene dificultades en seguirles. Los dos terroristas contin¨²an por la Avenida de Badajoz en direcci¨®n al Barrio de la Concepci¨®n. Dejan el Tanatorio a la derecha y contin¨²an unos 300 metros hasta girar por la calle de Mart¨ªnez Villerga, una v¨ªa no demasiado ancha con coches aparcados en doble fila, por lo que la velocidad no puede ser muy alta.
- Boca de metro. Es tal vez en ese momento cuando los dos activistas podr¨ªan observar que alguien les persigue, como ha relatado el testigo. La calle de Mart¨ªnez Villerga desemboca en Virgen del Val. En la esquina hay una boca de metro y un quiosco de la ONCE. Son aproximadamente la 9.30. Aliaga y Engu¨¦s est¨¢n pr¨®ximos a su primera parada, apenas a 500 metros del lugar, donde piensan abandonar el coche en el que circulan para hacerlo estallar y borrar la huellas.
Toman Virgen del Val en direcci¨®n a la calle de Arturo Soria, pero inmeditamente giran a la derecha por una nueva calle, Bater¨ªas, una calle tan nueva que ni siquiera tiene la placa del Ayuntamiento de Madrid. Es una empleada de la gasolinera la que indica su nombre. 'Ser¨ªan la 9.20 de la ma?ana cuando vimos a un grupo de polic¨ªas que estaban en el descampado de ah¨ª enfrente. V¨ª que hablaban con dos chicos que permanec¨ªan en el suelo. Yo no sab¨ªa lo que hab¨ªa pasado, pero enseguida les dejaron en paz. Yo creo que eran estudiantes. Pero tampoco me fij¨¦ mucho porque a esa hora ten¨ªa mucho trabajo'.
- Gasolinera. La gasolinera est¨¢ ubicada en la calle de Estrecho de Corea, justo donde desemboca la calle de Bater¨ªas. Y a unos 25 metros se encuentra el descampado donde los dos terroristas acaban de dejar el coche. 'Aqu¨ª aparcamos habitualmente las furgonetas', relataba ayer un empleado de una pasteler¨ªa pr¨®xima. 'Tenemos una nave al lado y solemos dejar tambi¨¦n nuestros coches. De hecho a dos compa?eros se los han estropeado un poco'.
Una vez localizado el veh¨ªculo, la polic¨ªa usa varias descargas para cerciorarse de si lleva explosivos. La primera la ponen en el maletero, pero no se abre; ya con la segunda logran abrirlo. No hay nada. Se dirigen entonces a la puerta del acompa?ante. La primera descarga que utilizan abre la puerta. En el interior no encuentran nada, pero la guantera est¨¢ cerrada. Una primera detonaci¨®n, mediante el robot, no surte ning¨²n efecto. Un polic¨ªa, protegido previamente, es el encargado de colocar una segunda carga. Es entonces cuando se produce una gran explosi¨®n que afecta a alugunos veh¨ªculos estacionados en el descampado.
Aliaga y Engu¨¦s caminan por la calle de Doctor Vallejo, perpendicular a Estrecho de Corea, donde se encuentra la gasolinera. Doctor Vallejo es una calle tranquila, poco transitada y repleta de chal¨¦s, unas casas adosadas que tienen m¨¢s de 40 a?os. Es muy probable que casi nadie se cruzara con ellos. La polic¨ªa les segu¨ªa ya muy de cerca. Los terroristas conocen muy bien la zona. Saben que muy cerca se encuentra la calle de Arturo Soria y tambi¨¦n la calle de Alcal¨¢. Adem¨¢s tienen dos pisos francos muy pr¨®ximos -en Virgen de la Consolaci¨®n y en la Avenida de Donostiarra- desmantelados la pasada madrugada.
- Jos¨¦ del Hierro. Llegan a la calle de Jos¨¦ del Hierro, cruzan por un paso de cebra y caminan en direcci¨®n a Arturo Soria. Ignoran que la polic¨ªa est¨¢ a punto de cogerles. Toman la primera calle a la derecha (Mandarina) y en el cruce con Circonia se les acaba la aventura. En el cruce de estas dos calles, frente al bar JmJ, son detenidos.
- Detenci¨®n junto al bar. 'Vimos subir corriendo a muchos polic¨ªas y apuntar a dos personas. ?l levant¨® las manos. Ella pos¨® las suyas donde est¨¢ ese coche y abri¨® las piernas. No estuvieron m¨¢s de tres o cuatro minutos. No se resistieron'. Lo cuenta el hijo del due?o del bar. 'Ella llevaba un traje pantal¨®n y el pelo rojo muy corto, y el un traje gris. A ¨¦l se lo llevaron en un coche y a ella en una furgoneta. No sab¨ªamos qu¨¦ pasaba. Pens¨¢bamos que hab¨ªan atracado Caja Madrid. No hab¨ªamos o¨ªdo lo del atentado, pero luego nos dimos cuenta de que probablemente eran los del coche bomba'.
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