La enfermedad de la novela
En primer lugar quisiera mostrarme de acuerdo con las ideas expresadas por la escritora Nuria Amat, pero tambi¨¦n desear¨ªa hacer algunas puntualizaciones, desde luego subjetivas, sobre su art¨ªculo La enfermedad de la novela (EL PA?S, martes 13 de noviembre). Estoy de acuerdo en lo esencial, y esto es por varias razones. En el panorama actual de la novela se repiten, como ella dice, de pasada, formas, estereotipos, mitos y f¨®rmulas que de manidos ya se han gastado, y sin embargo, la utilizaci¨®n de recursos novedosos se recluye o a autores cuya escritura es original de por s¨ª como Cela o Umbral, o a autores cuya forma de envolver los argumentos hasta envolverte en la trama psicol¨®gica del personaje es dif¨ªcil de superar, como Mars¨¦.
Imaginemos que deseas desahogarte seg¨²n esa idea que postula el psicoan¨¢lisis en los renglones ('escribo como callo', citando a Maalouf), pues cuando te entren ganas de escribir despu¨¦s de haber sido lector durante alg¨²n tiempo debes cuestionarte si lo haces para ti o para los dem¨¢s, y francamente, me aterra la idea, como a muchos supongo, de parecer tan vulgar como bastantes de los que leemos a veces.
Es por esto por lo que me siento (con miedo y mucho cuidado) a opinar sobre la novela hist¨®rica o pseudohist¨®rica, ya que, si bien es cierto que se pueden cometer anacronismos o caer en inexactitudes, creo que los bienes que se consiguen son mayores que los males. Como todos sabemos, la cultura que conocemos, fanatismos al margen, proviene de la amalgama de muchas culturas fermentado en el crisol de los siglos, ergo todos, de uno u otro modo, conocemos ciertos mitos, leyendas y sagas ¨¦picas que forman la parte de la mente que a¨²n cree en los RR. MM., y pienso que esta parte tan importante es la que despierta tras leer una historia novelada, quiz¨¢ no exacta, pero que aun por ello despierta nuestro esp¨ªritu cr¨ªtico y reaviva nuestra memoria.
Para qu¨¦ vamos a hablar de las sagas de Arturo Perez Reverte o de Patrick O'Brian, que est¨¢n basadas en fuentes de la ¨¦poca. En resumen, dentro del panorama actual, y en mi opini¨®n, quiz¨¢ las novelas que tratan de alg¨²n modo el tema hist¨®rico son las que menos bajan el inter¨¦s del lector, aunque s¨®lo sea porque se elige el mito o el periodo hist¨®rico m¨¢s af¨ªn a los gustos propios. Y para comerme el coco, de nueve a ocho y de lunes a viernes basta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.