Una biograf¨ªa retrata a Pl¨¢cido Domingo a trav¨¦s de 81 personajes
Helena Matheopoulos sostiene que es el gran tenor de los ¨²ltimos a?os
Es el tenor del mundo del espect¨¢culo. As¨ª lo intenta probar Helena Matheopoulos, autora de Pl¨¢cido Domingo, mis personajes, mi vida (Editorial Ma Non Troppo), un retrato del divo madrile?o, que acaba de aparecer en Espa?a. En su trabajo, la escritora griega asegura que Domingo es el tenor del ¨²ltimo cuarto del siglo XX, como Caruso lo fue antes, y que traslada a su cuerda la revoluci¨®n que comenz¨® la Callas en el mundo de la ¨®pera.
Si como tenor Enrico Caruso es la gran figura de la primera parte del siglo XX, Pl¨¢cido Domingo lo es en los ¨²ltimos 25 a?os. As¨ª arranca Pl¨¢cido Domingo, mis personajes, mi vida, una biograf¨ªa que ha sido autorizada por el tenor. Y hay m¨¢s. Si Maria Callas inici¨® la revoluci¨®n de la ¨®pera como soprano dando al espect¨¢culo cantado credibilidad dram¨¢tica con la fuerza de una actriz proverbial, Domingo hace lo mismo en su registro de voz. Helena Matheopoulos, escritora, ex periodista, hoy directora de proyectos vocales de la Philarmonia Orchestra de Londres, conoci¨® a Pl¨¢cido Domingo, que hoy tiene 60 a?os, en 1969, cuando ¨¦ste cant¨® en Londres un R¨¦quiem de Verdi. 'Desde entonces le he seguido incondicionalmente. Le he visto cantar Otello 30 veces -un personaje al que dir¨¢ adi¨®s en la Scala de Mil¨¢n el pr¨®ximo 7 de diciembre-, el don Jos¨¦ de Carmen, diez, o Parsifal, cinco'.
Son tres de sus papeles fundamentales, junto a Cavaradossi, de Tosca; Sans¨®n, de Sans¨®n y Dalila, o Hermann, de La dama de Picas... As¨ª, hasta los 81 que Domingo ha cantado sobre un escenario en 3.000 actuaciones, por no hablar de los que ha llegado a grabar, que se elevan a 114 en sus 42 a?os de carrera cumplidos.
?Un superhombre? Pues, a juzgar por los testimonios de su m¨¦dico, es algo parecido. 'El ritmo de trabajo de Pl¨¢cido es anormal. Lo logra por su incre¨ªble capacidad de concentraci¨®n, que tiene mucho que ver con los m¨¦todos zen', se?ala. Eso y una complexi¨®n f¨ªsica ¨²nica. 'Su m¨¦dico asegura que sus c¨¦lulas deben segregar algo especial para afrontarlo', cuenta Matheopoulos. Su f¨ªsico, unido a un entorno familiar que desde siempre le ha proporcionado seguridad, a su voluntad, a un esp¨ªritu de principiante y a la sensaci¨®n de estar en constante lucha con su voz, ya que naci¨® para bar¨ªtono y se fue haciendo tenor, son parte de sus secretos. Tambi¨¦n una buena planificaci¨®n: 'Pl¨¢cido asegura que una de sus claves es una agenda bien pensada', dice la autora.
Pero, aparte de una organizaci¨®n bien planificada, lo que le lleva a cantar a estas alturas cuando pensaba que ya iba a estar fuera de los escenarios, y a ser director de orquesta y responsable art¨ªstico de dos teatros de ¨®pera: Washington y Los ?ngeles, est¨¢ su mujer. Marta Domingo, soprano mexicana con quien cant¨® en sus inicios, y sus tres hijos, Jos¨¦, fruto de su primer matrimonio a los 16 a?os, y Pl¨¢cido y ?lvaro, de su actual esposa, son un apoyo constante. 'Marta es un ser excepcional con quien prepara sus personajes, le aconseja y tiene un gusto exquisito'.
Matheopoulos cree que es un misterio su retirada, pero que puede producirse en cualquier momento. 'Ahora nunca cierra una fecha a dos a?os vista. Cuando le hablan de cuatro a?os, responde: '?Qui¨¦n sabe d¨®nde estar¨¦?'. Y apunta uno de sus arrepentimientos art¨ªsticos. 'Siente no haber podido hacer nunca Trist¨¢n e Isolda. Tiene previsto grabarlo, pero las exigencias f¨ªsicas no van a poder dejarle cantarlo en un escenario', asegura.
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