Dinamarca cambia de rumbo
Por primera vez en casi 80 a?os, los liberales han desalojado a los socialdem¨®cratas como partido l¨ªder de Dinamarca, siguiendo as¨ª la estela trazada por Noruega. Con su primera mayor¨ªa parlamentaria desde los a?os veinte -98 esca?os contra 77-, las formaciones del centro y la derecha del pa¨ªs n¨®rdico han puesto fin a los nueve a?os de Administraci¨®n de Poul Nyrup Rasmussen, el decano de los jefes de Gobierno de la UE. El primer ministro saliente hizo un c¨¢lculo desastroso al convocar elecciones anticipadas, creyendo que se beneficiar¨ªa de su firme actitud hacia el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre en EE UU. Los votantes no han apreciado el gesto.
Lo preocupante de la victoria del l¨ªder liberal Anders Fogh Rasmussen es que se ha articulado en torno a la inmigraci¨®n, llevada al epicentro del debate por un xen¨®fobo Partido Popular incrustado en el bloque ganador. Poco m¨¢s de un 5% de la poblaci¨®n danesa (5,3 millones) es de origen extranjero, y el pa¨ªs n¨®rdico conoce una prosperidad y tranquilidad envidiables, am¨¦n de su menor tasa de desempleo en 25 a?os. Pero eso no ha impedido que los comicios del martes, primeros en un pa¨ªs europeo desde el 11 de septiembre, hayan girado en torno a la necesidad de frenar la inmigraci¨®n y poner coto a los elevados beneficios sociales que Dinamarca otorga a quienes se establecen en su suelo. Fogh ha prometido estrictas leyes de acogida y asilo, y limitar las ayudas que reciben los inmigrantes, juzgadas excesivas por la mayor¨ªa de los ciudadanos.
Dinamarca tiene una larga tradici¨®n como pa¨ªs de asilo y es un destacado contribuyente en ayuda de las naciones subdesarrolladas. Parece improbable que el estruendoso giro pol¨ªtico del martes se traduzca en un abandono brusco de esos valores. Pero, aunque el jefe liberal ha intentado moderar su mensaje preelectoral y descartado otorgar a sus socios populares alguna cartera gubernamental, es un hecho que para mantener una mayor¨ªa operativa depender¨¢ de los 22 diputados de esta formaci¨®n, la tercera m¨¢s votada. La cuesti¨®n abierta es si el pr¨®ximo primer ministro podr¨¢ gobernar en minor¨ªa con sus aliados conservadores y democristianos o se convertir¨¢ en reh¨¦n de un partido cuyo credo no es tanto el de reformar un marco legal cuanto el de impedir directamente la llegada de nuevos inmigrantes.
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