El retorno de Dios
Los positivistas del siglo XIX cre¨ªan en la desaparici¨®n de la religi¨®n.
Ahora, en el umbral del siglo XXI, consternados por el encono isl¨¢mico, no lo dir¨ªamos. Pero adem¨¢s, en ?frica, en Asia, en Am¨¦rica Latina, los fieles cristianos llenan ahora las iglesias. Juan Pablo II consigue reunir a miles de j¨®venes en el Vaticano con motivo de la clausura de las Jornadas Mundiales de la Juventud 2000, y despu¨¦s del 11 de septiembre ha crecido la asistencia religiosa en Estados Unidos, donde ya antes nueve de cada diez personas afirmaban orar regularmente, y tres de cada cuatro declaran hacerlo diariamente. The Religious Movement Homepage, a cargo del soci¨®logo Jeffrey K. Hadden, de la Universidad de Virginia, registra un total de casi 200 religiones y cultos, muchos de los cuales se encuentran ganando adhesiones a lo ancho del mundo.
En un pa¨ªs tan racionalista como Francia, tres de cada cinco ciudadanos creen en la astrolog¨ªa y una mitad acepta como verdad a los visionarios y espiritistas
Hasta el ateo Debray publica 'Dieu, un itin¨¦raire', alegando que la religi¨®n es una fuente de conocimiento indispensable en la condici¨®n humana, y Dios, una fuerza de acci¨®n formidable
La irracionalidad, la entrega a lo misterioso, parece un fen¨®meno de reacci¨®n contra el desencanto general del mundo, globalizado, censado, explorado hasta la hartura. En un pa¨ªs tan racionalista como Francia, tres de cada cinco ciudadanos creen en la astrolog¨ªa, y una mitad acepta como verdad a los visionarios y a los espiritistas. Por si fuera poco, hoy los fil¨®sofos, los soci¨®logos, los semi¨®logos, los periodistas, hablan cada vez m¨¢s de Dios o de Jes¨²s, de los ¨¢ngeles o del juicio final, y hasta el ateo R¨¦gis Debray publica Dieu, un itin¨¦raire (Dios, un itinerario), alegando que la religi¨®n es una fuente de conocimiento indispensable en la condici¨®n humana, y Dios, una fuerza de acci¨®n formidable. ?Sustituci¨®n de ideales? ?Decadencia de lo real?
Dentro de Internet proliferan las homil¨ªas, y seg¨²n un estudio elaborado por el soci¨®logo Christof Wolf, de la Universidad de Colonia, en enero de 2000 hab¨ªa cuatro millones de p¨¢ginas en Internet con el t¨¦rmino 'Dios'. 'Ni el sexo ni la pornograf¨ªa', afirma, 'son tan dominantes en Internet'. El servicio de b¨²squeda Altavista revelaba por esa misma fecha que exist¨ªan un total de seis millones de p¨¢ginas conteniendo la palabra 'religi¨®n'.
A finales de los a?os sesenta, Dios parec¨ªa muerto y enterrado. Despu¨¦s de los Nietzsche, Marx, Freud y otros 'maestros de la sospecha', los nuevos fil¨®sofos, psic¨®logos, soci¨®logos y polit¨®logos cre¨ªan tambi¨¦n, con la rotundidad del hierro, en la muerte de Dios. Pero los mismos que esos a?os predec¨ªan los funerales divinos y el fin de las religiones han vuelto en estos a?os a reconocer su regreso. En 1968, el soci¨®logo norteamericano Harvey Cox escribi¨® una obra de gran referencia titulada La ciudad secular. Menos de treinta a?os despu¨¦s, en 1994, el mismo publicaba El regreso de Dios, analizando el ¨¦xito de grupos pentecostistas en megal¨®polis de Suram¨¦rica, ?frica, Asia y en los pa¨ªses avanzados. De la misma manera, el islam¨®logo Gilles Kepel (autor de La jihad. Expansi¨®n y declive del islamismo. Pen¨ªnsula, 2001, subrayaba en La revancha de Dios (1992, Anaya Muchnick) la fuerte aparici¨®n de fen¨®menos religiosos identitarios. Suced¨ªa en el juda¨ªsmo con el ascenso en Israel de corrientes ortodoxas y 'partidos negros'; suced¨ªa en el islam con la revoluci¨®n iran¨ª y la acentuaci¨®n de los grupos isl¨¢micos; suced¨ªa en el cristianismo con el ¨¦xito de corrientes evang¨¦licas protestantes y la nueva evangelizaci¨®n militante del papa Juan Pablo II.
Con la racionalidad moderna se pensaba que la cuesti¨®n del 'porqu¨¦' se disipar¨ªa ante la interrogaci¨®n del 'c¨®mo'. Pero las sociedades modernas son sociedades de cambio r¨¢pido y desestabilizador, de inseguridad y riesgos, de soledad y desconciertos. En pleno capitalismo de ficci¨®n, Dios regresa con la autoridad de no haber dicho la ¨²ltima palabra.
Dos sistemas de validaci¨®n deber¨ªan confirmar las dos tendencias, 'blanda' y 'dura', que ahora se perciben en el mundo.
Entre las tendencias blandas, una religi¨®n que no es del todo una religi¨®n es la new age. La new age ser¨ªa la clase de espiritualidad flexible acorde con nuestros tiempos port¨¢tiles, pero, seg¨²n los m¨¢ximos especialistas, el pentecostismo ser¨¢, ante todo, la religi¨®n del siglo XXI. Se trata de una fast religion, de f¨¢cil asimilaci¨®n y pr¨¢ctica, apta para el Primer o el Tercer Mundo, afectuosa, emocional, sensacionalista, participativa. Un ejemplo del marketing religioso donde tambi¨¦n se alista la tendencia a los sincretismos o 'religiones de bricolaje'. El individuo contempor¨¢neo de pa¨ªses posindustriales toma de aqu¨ª y de all¨¢ en los estantes del supermercado de las religiones, siendo las combinaciones con el budismo las m¨¢s apreciadas.
La calidad m¨¢s 'hard'
Al lado de estas validaciones blandas o de ocasi¨®n se encuentra, no obstante, la calidad m¨¢s hard. Puede tratarse de los radicalismos en las religiones tradicionales, pueden ser las variadas sectas que llevan hasta el suicidio colectivo o el fundamentalismo en el islam. El fundamentalismo isl¨¢mico es una reacci¨®n que enarbola a Al¨¢ contra el despojamiento de creencias que les ha infligido la secularizaci¨®n y la modernizaci¨®n, pero, a su vez, la crisis de nuestra modernidad (o la posmodernidad) ha acarreado en Occidente la disoluci¨®n de las principales teor¨ªas filos¨®ficas que manten¨ªan haber liquidado la religi¨®n, desde el cientifismo positivista al hegelianismo o el marxismo. Hoy, por tanto, ya no son posibles razones fuertes para ser ateos o para negar la religi¨®n.
Todos estamos acostumbrados al hecho de que el desencanto del mundo ha producido tambi¨¦n un desencanto radical de la idea misma de desencanto o, en otros t¨¦rminos, la desmitificaci¨®n se ha vuelto contra s¨ª misma, reconociendo tambi¨¦n como mito el ideal de la liquidaci¨®n del mito (Vattimo). La quiebra, pues, de los grandiosos proyectos para construir en este mundo sociedades perfectas ha prestado un auge a la tendencia religiosa. En muchos, la mirada hacia adelante, hacia el futuro -que en la ¨¦poca moderna hab¨ªa sustituido gradualmente a la mirada hacia lo alto-, vuelve a elevarse de nuevo, pasando de la historia a la eternidad, de la inmanencia a la trascendencia, de lo relativo a lo absoluto, de lo racional a lo fant¨¢stico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.