'Decir que el sistema p¨²blico de pensiones va a quebrar es un disparate'
Jaime Montalvo ha asumido la presidencia del Consejo Econ¨®mico y Social (CES) con el apoyo un¨¢nime de los consejeros. Este hombre, nacido en Madrid en 1942, pero con profundas ra¨ªces en Comillas (Cantabria), se considera un defensor del consenso y de escuchar a todo el mundo. El nuevo responsable del ¨®rgano consultivo del Gobierno quiere que la instituci¨®n tenga un mayor protagonismo, sin que los miembros del Ejecutivo entiendan que las eventuales cr¨ªticas suponen una interferencia en sus tareas.
Pregunta. ?Necesita el CES un impulso para ganar influencia social?
Respuesta. Si quiere animar el debate sobre el marco de sociedad que, en lo econ¨®mico y en lo social, queramos construir, y servir de plataforma permanente para el di¨¢logo entre los agentes sociales, evidentemente, el consejo necesita que se impliquen m¨¢s las propias organizaciones que lo componen y potenciar su ¨¢rea de estudios. Y probablemente tener m¨¢s presencia en el ¨¢mbito internacional. Desde luego, necesita una mayor clarificaci¨®n respecto de su posici¨®n institucional en el ¨¢mbito espa?ol.
'Los gobiernos tienen que asumir que la cr¨ªtica es colaboraci¨®n y no una interferencia'
'Las reformas laborales no pueden hacerse de espaldas a los agentes sociales'
P. ?Debe ser el foro del di¨¢logo social especialmente cuando las negociaciones fracasan?
R. Lo que s¨ª que creo es que esta instituci¨®n no debe pretender suplir los ¨¢mbitos normales de concertaci¨®n entre los agentes sociales y de ¨¦stos con el Gobierno. Al mantener un di¨¢logo permanente, puede coadyuvar, pero, salvo que hubiera una petici¨®n expresa de los agentes sociales demandando mayor presencia del CES, no debe interferir. No ser¨ªa bueno para el consejo, ni seguramente para la propia concertaci¨®n. Eso los agentes sociales lo tienen bastante claro: no quieren interferencias del consejo.
P. ?Su actual estructura refleja bien la representaci¨®n de la sociedad civil?
R. Creo que s¨ª. Est¨¢ nucleada sobre todo en los agentes sociales, sindicatos y patronales, y en el grupo tercero tiene presencia de otros sectores. Probablemente faltan exponentes de la sociedad civil, pero es tan amplia que ser¨ªa dif¨ªcil identificar a todos.
P. ?Dentro de esa estructura se escucha a los representantes sindicales en los informes que se emiten?
R. Cuando se aborda un dictamen, todo el peso del debate lo llevan los consejeros, con el apoyo de un equipo t¨¦cnico de bastante buena calidad.
P. En caso de grandes conflictos sociales, ?el consejo debe tener un papel de intervenci¨®n?
R. Es posible, pero al final el consejo debe tener el papel que quieran los agentes sociales. De manera coyuntural s¨ª puede intervenir, y Federico Dur¨¢n [el presidente saliente del consejo] tuvo una excelente intervenci¨®n en el conflicto de Iberia, a t¨ªtulo personal, pero era presidente del CES. El consejo es tambi¨¦n un ¨¢mbito para identificar mejor el conflicto, e incluso las v¨ªas de soluci¨®n.
P. Cuando la OCDE o el FMI emiten sus informes, que son siempre unidireccionales, ?no deber¨ªa haber una visi¨®n alternativa del CES?
R. S¨ª, y es una de las cosas que nos preocupan. Nuestros dict¨¢menes a los anteproyectos de ley son importantes, pero a lo mejor menos que informes de propia iniciativa sobre alg¨²n tema fundamental que preocupa a la opini¨®n p¨²blica. Tenemos la idea de realizar una pol¨ªtica ambiciosa; por ejemplo, se va a analizar la situaci¨®n de los j¨®venes y sus dificultades de acceso a la vivienda y, desde luego, reflexionar sobre los grandes informes de las instituciones financieras internacionales o regionales evidentemente puede ser importante.
P. Cuando algunos gabinetes de estudios dicen que el sistema p¨²blico de pensiones va a quebrar, ?no deber¨ªa el CES emitir su opini¨®n?
R. Cuando se dice que el sistema p¨²blico de pensiones va a quebrar, el CES, y en todo caso su presidente, debe salir al paso diciendo que es un disparate. Porque, aunque pudiera ser verdad, que de ninguna manera lo es, supone generar desconfianza en el poder p¨²blico.
P. En ese tema de las pensiones, ?s¨ª deber¨ªa salir el presidente del CES a calmar las aguas?
R. Cuando se hace esa afirmaci¨®n, por supuesto. La capacidad de un sistema para dar respuesta a los gastos de protecci¨®n social y de pensiones tiene que ver con el crecimiento econ¨®mico. Tambi¨¦n es evidente que la consolidaci¨®n de los sistemas p¨²blicos de pensiones, que son elementos esenciales de nuestro modelo de convivencia, a veces hay que defenderla de los propios defensores de los sistemas p¨²blicos y, m¨¢s all¨¢ del voluntarismo, tiene que haber seriedad y rigor.
P. ?Cree que se ha reconducido bien la mesa de reforma de la negociaci¨®n colectiva con la rectificaci¨®n del Gobierno?
R. En los grandes temas de reforma de las relaciones laborales no tengo ninguna duda de que no pueden hacerse de espaldas a los agentes sociales. Crear legislaciones al margen del acuerdo no va a producir efectos positivos. Los agentes sociales llevan acreditada desde el inicio de la Transici¨®n una clara capacidad de abordar estos temas, con resultados sin duda positivos para nuestro sistema econ¨®mico.
P. Apuntaba antes que quieren reflexionar sobre los grandes informes de organismos internacionales y sacar m¨¢s temas de iniciativa propia, ?hay suficiente personal en el CES para eso?
R. Tenemos un gabinete de estudios de bastante buena calidad, pero insuficiente para abordar los grandes temas que presenta la sociedad. Hay varias v¨ªas de trabajo que debemos desarrollar, por ejemplo, hacer informes sobre el problema de la inmigraci¨®n y el desarrollo del Tercer Mundo, que se pueden hacer en colaboraci¨®n con el CES franc¨¦s. Ya ha habido conversaciones en ese sentido. O con el de Bruselas y los que pueda haber en el Magreb. No descartamos que el gabinete de estudios, junto al personal fijo, est¨¦ abierto a la incorporaci¨®n temporal de especialistas de fuera, con acuerdos con instituciones o universidades.
P. ?Es bueno que proliferen los CES auton¨®micos y provinciales o corren el riesgo de que se les haga poco caso?
R. En la medida en que puedan desarrollar los grandes debates sociales referidos a las zonas donde se crean, eso es bueno. En la medida en que puedan generar confusi¨®n y descoordinaci¨®n, es mal¨ªsimo. Yo espero, sin asumir ninguna funci¨®n de ordenar a nadie, llevar una tarea de articulaci¨®n y coordinaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ tareas puede desarrollar el consejo para ampliar su presencia en el ¨¢mbito exterior?
R. Algunos de los problemas, y antes mencion¨¢bamos la inmigraci¨®n y el desarrollo del Tercer Mundo, se pueden abordar mejor si se hace de una manera conjunta entre diferentes CES europeos, y no es malo que el consejo espa?ol pueda contribuir a marcar ciertas pautas en el debate y en la mejora del modelo de sociedad que se defini¨® en la Cumbre de Lisboa, que opta por el pleno empleo y por definir mecanismos de protecci¨®n social. Pero, adem¨¢s de eso, el CES tiene por lo menos otros frentes importantes, uno es el Magreb. Tambi¨¦n nos toca jugar, respetuosamente, un papel importante en Am¨¦rica Latina, que tiene unas necesidades de crecimiento econ¨®mico y de articulaci¨®n social evidentes. Para esos cometidos, disponer de marcos de di¨¢logo es necesario; tambi¨¦n impulsar instituciones para que en torno a ellas se vayan creando aut¨¦nticos agentes sociales.
P. ?El Gobierno y la oposici¨®n hacen suficiente caso a los dict¨¢menes del consejo?
R. Los gobiernos tienen que ir asumiendo, y se asume desigualmente seg¨²n qu¨¦ personas, que la cr¨ªtica es colaboraci¨®n y no una interferencia. Tengo el convencimiento de que los informes del CES no tienen la utilidad que pod¨ªan tener, ni siquiera en el debate parlamentario. Hay una desigual aceptaci¨®n; personas y ministerios que asumen con respeto las observaciones y otros que piensan que es una interferencia casi inadmisible en lo que son las tareas del Gobierno.
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