Los verdaderos h¨¦roes de la guerra
A mano, casi sin protecci¨®n, los miembros de una ONG local comienzan el desminado de una zona de Afganist¨¢n
Es un trabajo de precisi¨®n y no apto para cardiacos. Unos metros m¨¢s adelante se oye una explosi¨®n y Eshaq ni siquiera levanta la vista de su meticuloso ara?ar la tierra en busca del artefacto met¨¢lico que acaba de detectar. Ha sido una mina explosionada bajo control por uno de los equipos que desde el pasado s¨¢bado tratan de limpiar los m¨¢rgenes de la carretera que lleva a la base a¨¦rea de Bagram y aeropuerto provisional de Kabul, a 50 kil¨®metros al norte de la capital. A mano, sin m¨¢s protecci¨®n que un chaleco especial y una careta de pl¨¢stico, localizan y desentierran las minas para destruirlas.
Una hilera de piedras pintadas de blanco y rojo a lo largo de la carretera se?ala que los hombres de Halo Trust, una de las ONG dedicadas al desminado de Afganist¨¢n, est¨¢n en acci¨®n. Cada 10 metros, una bandera roja marca la presencia de uno de los compa?eros de Eshaq. Sentados en el suelo, tantean la tierra con el mismo cuidado de quien busca una lentilla. 'Las minas est¨¢n muy pegadas a la carretera', informa Rahmatullah para hacer ver el peligro. Rahmatullah, de 38 a?os, es el supervisor de esta operaci¨®n.
En total, 14 equipos de 22 desminadores manuales cada uno, todos afganos, tratan de localizar y destruir las 9.000 minas que calculan han quedado enterradas en esta zona de unos cien kil¨®metros cuadrados. Afganist¨¢n es uno de los pa¨ªses m¨¢s minados del mundo y los ¨²ltimos combates no han hecho sino a?adir le?a al fuego. En esas circunstancias es dif¨ªcil decidir la prioridad. 'Recibimos las peticiones de los residentes y nos guiamos por varios criterios, como el que se trate de una ¨¢rea residencial, de abastecimiento de agua, de cultivo, carretera o camino rural transitado', explica Rahmatullah.
'En los 10 d¨ªas pasados ha habido otros tantos accidentes debido al regreso de los habitantes de la zona, y la mayor¨ªa de las v¨ªctimas han sido mujeres', apunta. Y eso a pesar de los cursos de prevenci¨®n que ofrecen a las poblaciones locales. Cada d¨ªa logran destruir una media de cinco o seis minas. 'Es un trabajo muy lento, porque es muy peligroso para los trabajadores', justifica Rahmatullah. Trabajan seis horas diarias, cinco ahora durante el Ramad¨¢n, y descansan 10 minutos cada media hora. 'Si las condiciones meteorol¨®gicas no cambian, podremos limpiar esta zona en unos dos o tres meses', asegura.
Sin embargo, las temperaturas han empezado a bajar y en las pr¨®ximas semanas la nieve y el hielo pueden impedir la tarea. 'En esta primera fase contamos con la informaci¨®n y los mapas que nos han facilitado los comandantes de la Alianza del Norte', justifica, 'el mayor problema es que los talibanes se han ido y tenemos ante nosotros un terreno totalmente desconocido'. 'No sabemos qu¨¦ m¨¦todo han utilizado o cu¨¢ntas l¨ªneas de minas han tendido', manifiesta preocupado, a la espera de una investigaci¨®n t¨¦cnica que est¨¢ estudiando las posiciones militares que tuvieron antes de retirarse, los accidentes que se han producido y las informaciones de la poblaci¨®n local, para reconstruir su localizaci¨®n.
Pero incluso la informaci¨®n que obtienen de la Alianza del Norte es incompleta. 'Hay una parte de la carretera en la que hay 10 minas antitanque debajo del asfalto, pero el comandante que tiene el plano se encuentra fuera de Kabul y tenemos que esperar a que vuelva para poder limpiarla y abrirla al tr¨¢fico', lamenta.
Mientras tanto, la poblaci¨®n local no puede regresar a sus hogares y sus tierras. 'Les negamos el acceso', asegura Rahmatullah. 'Ayer mismo hubo un accidente, con un muerto y un herido, en el distrito de Kalakan, a cuatro kil¨®metros de aqu¨ª', subraya. 'Hay minas antipersona, minas antitanque, bombas trampa, pero las peores son las minas conectadas a cargas explosivas o bombas de aire', explica Rahmatullah en referencia a aquellas que al ser activadas detonan otras cargas bien por ignici¨®n, bien por efecto de la onda expansiva. Incluso han encontrado minas enterradas debajo del asfalto.
'Dos d¨ªas antes de que empez¨¢ramos a trabajar, 20 personas resultaron muertas cuando un autob¨²s provoc¨® el estallido de una mina antipersona que a su vez estaba conectada a una de esas bombas de aire y m¨¢s munici¨®n'. Rahmatullah sabe de qu¨¦ habla. Antes de llegar a supervisor pas¨® cinco a?os sacando minas. 'S¨ª, las primeras semanas pas¨¦ miedo, pero, despu¨¦s de encontrar la primera, supe que pod¨ªa hacerlo', confiesa sin darle mayor importancia.
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