Luna llena
Puede que Steve Swallow (Nueva York, 1940) no sea el solista m¨¢s ameno del mundo, pero acompa?a con imaginativa discreci¨®n y es un compositor espl¨¦ndido, plasmado en sus magn¨ªficos ¨²ltimos discos, Real book, Deconstructed y Always pack your uniform on top. Contienen piezas libres de esa marca Berklee que tiende a hacer norma de la rareza alambicada y, no pocas veces, algo tortuosa. Muy al contrario, cuando el veterano bajista se sienta a escribir tiene muy en cuenta el blues, y procura dise?ar melod¨ªas reconocibles, ritmos expl¨ªcitos y armon¨ªas de complejidad razonable que invitan a la improvisaci¨®n. Parece sencillo tocarlas, pero hay que ser muy bueno para explotar todas sus posibilidades. Seguramente por eso, Swallow lleva de acompa?antes a dos formidables gestores expresivos. S¨®lo tres m¨²sicos sobre el escenario; no hace falta m¨¢s cuando la entrega est¨¢ en constante pleamar y las ideas en permanente luna llena.
Steve Swallow Trio
Steve Swallow (guitarra baja de cinco cuerdas), Chris Potter (saxo tenor) y Adam Nussbaum (bater¨ªa). San Juan Evangelista. Madrid, 30 de noviembre.
Vaya por delante que la f¨®rmula de tr¨ªo sin piano resulta tan temible para el instrumentista como para el oyente. Al menor descuido provoca una aridez desolada que termina aturdiendo de pura linealidad. Buen conocedor de ese peligro, Chris Potter se encarg¨® de llenar sus solos de picos, crestas y rugosidades varias. Se notaba que quer¨ªa probar todos los sabores de la ca?a de su saxo tenor, desde el humor ¨¢cido a la espiritualidad de regusto amargo. Por supuesto, no ocult¨® que Sonny Rollins y John Coltrane son nombres de importancia capital para ¨¦l, pero s¨®lo hasta donde empieza a mandar su identidad. Supo desdoblarse sin perder empaque, y estuvo eminente en el blues: una maravilla de saxofonista.
Adam Nussbaum tambi¨¦n asombr¨®. Sali¨® en manga corta, como para demostrar que en sus elegantes malabarismos con las escobillas y baquetas no hay truco. Sus ritmos enlazaron al vuelo con las l¨ªneas fornidas de Swallow. En alg¨²n momento pareci¨® que el tr¨ªo no pod¨ªa apretar m¨¢s la tuerca, pero siempre encontr¨® rosca para penetrar en el n¨²cleo de preciosos temas como el que abri¨® la sesi¨®n, Eiderdown, una antigua composici¨®n de Swallow que interes¨® a los mism¨ªsimos Bill Evans y Stan Getz. Las mu?ecas fuertes y flexibles de Nussbaum, los dedos libres de Swallow y las llaves maestras de Potter brindaron un concierto de solidez, pero nunca herm¨¦tica.
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