Altos cargos de la Administraci¨®n de Pujol ingresan en la Fundaci¨® Barcelona
La Fundaci¨® Barcelona, adscrita al nacionalismo moderado y creada por dirigentes roquistas de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica (CDC) en 1989, se ha ampliado con 17 nuevas incorporaciones entre las que figuran la del director de la Corporaci¨®n Catalana de Radio y Televisi¨®n, Miquel Puig; la directora del gabinete del presidente, Carme Alcoriza; los parlamentarios de CiU Maria Eug¨¨nia Cuenca e Ignasi Guardans y el presidente del Puerto de Barcelona, Joaquim Tosas.
Estos ingresos fueron anunciados el pasado jueves durante una cena, en la que se presentaron como nuevos integrantes a Joan Laporta, que fue portavoz del grupo de opini¨®n barcelonista L'Elefant Blau; Jordi Conejos, decano del Colegio de Economistas; Pere Ibern, profesor de organizaci¨®n de empresas de la Pompeu Fabra; Enric Pujadas, socio del publicitario Llu¨ªs Bassat, y el escritor ?lex Susanna, entre otros. Fuentes de la Fundaci¨® Barcelona desvincularon estos nuevos ingresos de cualquier maniobra pol¨ªtica. 'No queremos tener ning¨²n tipo de acci¨®n pol¨ªtica, sino mostrar la vitalidad de la sociedad civil catalana', dijeron en medios de la fundaci¨®n. Su funci¨®n, por tanto, es actuar como lobby social y tener un foro para el debate y la reflexi¨®n, aunque en medios pol¨ªticos se les relaciona con el sector moderado de CDC.
El documento m¨¢s conocido de la fundaci¨®n -presidida por Antoni Gelonch, ex secretario general de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC), y cuya vicepresidencia ocupa Josep Maria Via, que fue secretario del Gobierno de CiU- lleva por t¨ªtulo Por un catalanismo renovado. Fue hecho p¨²blico en julio de 1998, y en ¨¦l se aboga por la superaci¨®n de nacionalismo identitario y por la renovaci¨®n del mensaje catalanista. Se trata de uno de los primeros documentos nacionalistas que parte de los propios errores y carencias y que plantea el catalanismo como un elemento transversal, sin patrimonializaci¨®n pol¨ªtica.
El texto en cuesti¨®n tuvo especial importancia en su momento porque fue publicitado por Jordi Pujol el mismo d¨ªa en que CiU -de la mano del entonces secretario general de CDC, Pere Esteve- alumbraba en Barcelona junto al Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Bloque Nacionalista Galego la Declaraci¨®n de Barcelona, un documento de nacionalismo duro que propugnaba la soberan¨ªa compartida para las nacionalidades hist¨®ricas.
Con vistas al congreso de CDC que se celebr¨® en Cornell¨¤ en noviembre de 2000, algunos integrantes de la Fundaci¨® Barcelona se agruparon en torno a Catalanisme i Progr¨¦s, una plataforma que intentaba contrarrestar la creciente influencia del soberanismo en Converg¨¨ncia Democr¨¤tica. Al final hubo pacto entre ambas corrientes y no se produjo enfrentamiento. Todos cerraron filas tras el nuevo secretario general, Artur Mas, quien propugn¨® una ejecutiva de s¨ªntesis.
Ahora, con ese inter¨¦s en el catalanismo transversal, los integrantes de la Fundaci¨® Barcelona se han volcado en el debate y la reflexi¨®n interna. De hecho, desde 1989 casi un centenar de personalidades han pasado por el foro de la asociaci¨®n. Josep Piqu¨¦ y Pasqual Maragall, as¨ª como Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, han sido algunos de los que han desfilado por los coloquios de la fundaci¨®n, que aspira a suscitar debates como ha sucedido con el reciente documento del C¨ªrculo de Econom¨ªa, en el que se critica la falta de inversi¨®n p¨²blica en Catalu?a.
Del medio centenar largo de integrantes de la fundaci¨®n solamente una decena est¨¢n en la pol¨ªtica activa, que no es su prioridad, seg¨²n fuentes de la asociaci¨®n. Con los 17 nuevos ingresos, la fundaci¨®n quiere activar el debate y estrechar los v¨ªnculos de la sociedad civil.
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