Saviola arregla un mal partido
Los dos goles del delantero argentino dieron el empate al Bar?a ante un discreto Galatasaray
Incapaz por la v¨ªa futbol¨ªstica, el Barcelona atrap¨® por el camino an¨ªmico un empate frente a un rival menor como es el Galatasaray, torturado adem¨¢s por el ¨¢rbitro, que por momentos se puso la zamarra de local. No hay m¨¢s cera que la que arde en el Camp Nou.
BARCELONA 2| GALATASARAY 2
Barcelona: Bonano; Puyol, Andersson, Christanval, Coco; Rochemback (Overmars, m.45), Xavi (Gerard, m.45), Cocu; Kluivert; Saviola y Rivaldo. Galatasaray: Mondrag¨®n; Perez, Capone, Korkmaz, Emre, Hakan Unsal; Fleurquin, Ayhan (Suat, m.51), Bulent (Sergen, m.85), Ergun; Karan. Goles: 0-1. M.5. Karan se anticipa a Andersson y Bonano tras un centro de Ergun. 0-2. M.41. Fleurquin resuelve en el ¨¢rea peque?a tras un rechace de Bonano. 1-2. M.49. Saviola aprovecha un pase de Overmars tras un centro de Gerard. 2-2. M.66. Centro de Overmars desde la izquierda, toca Rivaldo con el pecho y fusila Saviola. ?rbitro: Markus Merk (Alemania). Expuls¨® con roja directa a Capone (m. 62) y a Unsal por doble amonestaci¨®n (m.91). Mostr¨® tarjeta amarilla a Ayhan, Cocu, Rochemback y Karan. Camp Nou. 55.000 espectadores.
Incapaz por la v¨ªa futbol¨ªstica, el Barcelona atrap¨® por el camino an¨ªmico un empate que refrenda la impotencia y desorientaci¨®n azulgrana con independencia de la competici¨®n en juego. No pudo anoche con el Galatasaray, un equipo menor, muy sedentario, torturado adem¨¢s por el ¨¢rbitro, que por momentos se puso la zamarra de local. No hay m¨¢s cera que la que arde en el Camp Nou. Como si hubieran quedado embrujados, los futbolistas se han quedado sin juego, y el entrenador no encuentra remedio, as¨ª que va cambiando, tocando, improvisando, remendando sobre la marcha. Falto de cordura, ayer le redimi¨® el voluntarismo y el inter¨¦s de Saviola por ser el amo del cotarro. Tras conceder dos goles, el conjunto marc¨® otros dos, ambos del argentino, para salvar el resultado que no el partido, poca cosa si se atiende al discurso del segundo acto y un bot¨ªn apetecible si se tiene en cuenta el primero.
El arranque azulgrana result¨® tan descorazonador como el final de Vitoria. Hasta el tridenteha perdido el efecto revitalizador que se le atribu¨ªa en momentos de apuro. La flojera defensiva obliga al equipo a jugar con retrovisor y tambi¨¦n a contracorriente. El Galatasaray marc¨® en la primera jugada del partido. Un excelente servicio con el interior del pie de Ergun fue cabeceado por Umit Karan con la complicidad de Bonano y Andersson, que se comieron el centro y la pelota para desdicha del grupo barcelonista, que se desvertebr¨® de mala manera.
Presa de un ataque de nervios, el Bar?a se entreg¨® a Rochemback, un acto de rendici¨®n futbol¨ªstica en toda regla, como bien sab¨ªan los turcos, que taparon a Xavi con la marca de Ayhan. Descabezados e impacientes, los azulgrana se enredaron de mala manera, incapaces de ligar una jugada, nerviosos por el escenario, temerosos de encadenar otra derrota. El paisaje foment¨® el ego¨ªsmo de Rivaldo, Saviola y Kluivert frente al raciocinio y organizaci¨®n que pretend¨ªa el Galatasaray.
M¨¢s por inercia que por juego, el Barcelona remat¨® unas cuantas veces a porter¨ªa, signo evidente de la debilidad turca y tambi¨¦n de la imprecisi¨®n azulgrana. Pero el marcador no se mov¨ªa y, la verdad, nadie se lament¨®, pues el ejercicio barcelonista no parec¨ªa merecer la recompensa del gol. Falto de extremos, el Bar?a se estrangul¨® ante el balc¨®n del ¨¢rea, pese a la contribuci¨®n de los laterales en el juego por las bandas. Los delanteros, removidos una y otra vez por el entrenador, aparec¨ªan siempre puestos del rev¨¦s. A la que la jugada demandaba la intervenci¨®n r¨¢pida de Saviola, aparec¨ªa Rivaldo y frenaba. Cuando la acci¨®n exig¨ªa el latigazo del brasile?o, se cruzaba Kluivert y tocaba. Y en el momento en que el holand¨¦s orientaba la pelota al primer toque para la llegada de Rivaldo o Saviola, aparec¨ªa Rochemback.
El Galatasaray respondi¨® al circo del Barcelona con un segundo gol tan fr¨ªo como el primero y que parec¨ªa dejar el partido a expensas m¨¢s que nada de un acto heroico azulgrana, as¨ª que Rexach se decidi¨® a ir a la brava: retir¨® al medio centro verdadero (Xavi) y al postizo (Rochemback), puso el grupo al mando de Cocu y estir¨® la alineaci¨®n con las piernas de Overmars y la llegada de Gerard. Una declaraci¨®n de guerra: fuera centrocampistas y a por el intercambio de golpes.
Saviola agradeci¨® la nueva propuesta y en menos de 10 minutos ya hab¨ªa rematado tres veces, y una a la red. El gol dio intensidad al partido, y sobre todo aire y ritmo al Barcelona, que jugaba igual de desprotegido, m¨¢s expuesto que nunca a recibir un tercer gol, pero ten¨ªa m¨¢s presencia ofensiva que nunca. El ¨¢rbitro se contagi¨® de la ansiedad azulgrana y expuls¨® a Capone sin venir a cuento con media hora todav¨ªa por jugar. Terreno abonado para las correr¨ªas del Bar?a, que de nuevo, al igual que contra el Athletic, se enfrentaba con cuatro delanteros a un rival que se hab¨ªa quedado con 10 jugadores.
Saviola empat¨® en el momento justo, cuando ya se llevaba m¨¢s de una hora de juego, tiempo para respirar un poco y recuperar fuerzas para el esfuerzo final. El Galatasaray se desquici¨® y qued¨® a merced de las embestidas del Bar?a. Pero los azulgrana acompasaron m¨¢s sus llegadas. De manera sorprendente, el empate acab¨® por sedar al Barcelona, que recuper¨® los tics del primer tiempo y se olvid¨® de las bandas, justamente desde donde hab¨ªan llegado los goles de Saviola. El partido se apag¨® de manera fulminante, como si se hubiera ido la luz, con 15 minutos por jugar, seg¨²n indicaba el marcador. Apareci¨® de nuevo el equipo tieso, desganado y alelado, y la hinchada se qued¨® con la boca abierta, sin saber si el empate era bueno o malo, pues hoy no tiene ni una sola pista para saber qu¨¦ puede exigirle a su Bar?a. Parece como si comenzara la temporada y, consecuentemente, como si se hubiera fichado a Saviola como redentor.
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