Un monte con muchas tablas
Esta suave ladera que desciende de las Guarramillas a Cotos recuerda al primer esquiador de la sierra
En 1902, varios alumnos de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza se quedaron tan impresionados despu¨¦s de pisar la nieve de la sierra de Guadarrama y de leer Hacia el Polo, el relato de la ardua traves¨ªa de fondo a trav¨¦s de Groenlandia de Fridtjof Nansen, que encargaron a un ebanista que les hiciera unos esqu¨ªes. Aquellas ingenuas tablas, como recordar¨ªan mucho despu¨¦s, 'eran de unos 30 cent¨ªmetros de ancho y 50 de largo y, claro est¨¢, no sirvieron para deslizarse'.
Su suerte cambiar¨ªa s¨®lo unos meses m¨¢s tarde, cuando tropezaron en El Paular con El Noruego. Aquel joven de pelo rubio y escaso, ojillos brillantes y gran mostacho se llamaba Birger S?rensen, hab¨ªa nacido en 1878 en Fredrikstad y llevaba ya un tiempo en Madrid dirigiendo la sucursal de la empresa familiar Compa?¨ªa de Maderas S?rensen Yakhelln y Cia., cuya central estaba en Barum, en Christiania, la regi¨®n donde pr¨¢cticamente se hab¨ªa inventado el esqu¨ª.
S?rensen acud¨ªa con frecuencia a la sierra para supervisar sus pedidos de madera
S?rensen, que acud¨ªa con frecuencia a la sierra para supervisar sus pedidos de madera a la Sociedad Belga de los Pinares de El Paular, sinti¨® tal simpat¨ªa por aquellos chalados, que no s¨®lo se prest¨® a iniciarles en los resbaladizos misterios del esqu¨ª, sino que ¨¦l mismo les construy¨® las primeras tablas en sus talleres de la calle de Argumosa. En 1910, uno de sus alumnos m¨¢s aventajados, Manuel Gonz¨¢lez de Amez¨²a, presid¨ªa ya el Club Alpino Espa?ol.
Ese mismo a?o, a los 32 de edad, S?rensen muri¨® en Madrid de fiebres tifoideas. Hoy no lo recuerda ning¨²n esquiador (tal vez porque lo que ¨¦l hac¨ªa, deslizarse erguido, con los pies muy juntos y los brazos abiertos, sin bastones, y cargar una y otra vez con las pesadas tablas monte arriba, no se parec¨ªa en nada al actual esqu¨ª de telesilla y cafeter¨ªa), pero ha quedado memoria de su origen en la que fue su cuesta favorita: la loma del Noruego, la que cae suavemente desde el alto de las Guarramillas -hoy m¨¢s conocido como Bola del Mundo- hasta el puerto del Paular, ahora Cotos a secas.
En busca de esta loma, salimos del puerto de Navacerrada por la calle asfaltada que sube desde el aparcamiento a la estaci¨®n inferior del telesilla de la Bola, para enseguida enlazar por la izquierda de ¨¦ste con una pista de hormig¨®n -el viejo camino de los Ventisqueros- que nos conduce en cosa de una hora al alto de las Guarramillas, donde se alza la emisora de televisi¨®n de la Bola del Mundo.
Nada m¨¢s rebasar este edificio por la izquierda, viramos al norte atra¨ªdos por un cacharro plateado con aspecto de pluvi¨®metro, y que resulta ser un panel de orientaci¨®n donde se identifica el medio centenar de monta?as a la vista, incluidas Pe?alara y Cabezas de Hierro, primera y segunda alturas madrile?as (2.428 y 2.380 metros). El r¨ªo Lozoya, al noreste, y el Manzanares, al sureste, se dejan ver en los embalses de Pinilla y de Santillana, dignos espejos de tanta alteza. En los d¨ªas claros se ven hasta los montes de Toledo, que quedan a 150 kil¨®metros de aqu¨ª.
Siempre con la referencia visual de Pe?alara, bajamos hacia el norte por la l¨ªnea cimera de la loma del Noruego siguiendo las ondulaciones del sendero entre los enebros rastreros. A la derecha llevamos las pistas de Valdesqu¨ª, y viendo la tersa faz del alto Guadarrama erizada de hierros, no podemos dejar de preguntarnos cu¨¢ndo seguir¨¢ esta estaci¨®n los pasos de Valcotos, que en 1999 fue la primera del mundo en desmantelarse por motivos conservacionistas, un hecho sin precedentes en la historia del esqu¨ª moderno, el cual se ha desviado tanto del limpio deporte que practicaban S?rensen y compa?¨ªa como un superpetrolero de un barco vikingo.
Tras dos horas de pl¨¢cido y panor¨¢mico descenso desde la Bola -que suman tres desde el inicio-, arribamos al puerto de Cotos. Para volver al puerto de Navacerrada, usamos el tren de v¨ªa estrecha que fue impulsado y sufragado, entre otros socios, por Gonz¨¢lez de Amez¨²a, el alumno aventajado de Birger S?rensen, El Noruego.
![Dos monta?eros contemplan el horizonte de Guadarrama desde la loma del Noruego.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LCXNJVH5G4V66CAOJIJXPUBGBM.jpg?auth=0946e62203b855c81172d6a2a3c598090a067faf71d16a832af1b6fbff59f014&width=414)
Marcha con raquetas de nieve
- D¨®nde. El puerto de Navacerrada dista 60 kil¨®metros del centro de Madrid yendo por la carretera de A Coru?a (A-6) y desvi¨¢ndose en Villalba por la M-601. Se puede ir en tren de Cercan¨ªas (Renfe, tel¨¦fono 902 24 02 02) haciendo transbordo en Cercedilla, y en autobuses de la empresa Larrea (tel¨¦fono 91 530 48 00), que salen desde Moncloa.
- Cu¨¢ndo. Marcha de ocho kil¨®metros -s¨®lo ida- y tres horas de duraci¨®n, con un desnivel de 400 metros -puerto de Navacerrada, 1.860 metros; Guarramillas, 2.268- y una dificultad media-baja. Cualquier ¨¦poca es buena para efectuarla, incluso despu¨¦s de nevadas intensas, pues en tal caso puede hacerse con raquetas de nieve contactando con Idyma (calle de R¨ªos Rosas, 54, 3?, tel¨¦fono 91 554 62 73).
- Qui¨¦n. Juan Pablo Avis¨®n es autor de Las mejores excursiones por la sierra de Guadarrama, gu¨ªa editada por la editorial El Senderista (Mayor, 80; tel¨¦fono 91 541 71 70) en la que se describe una variante mucho m¨¢s dura de esta ruta -16 kil¨®metros; cuatro horas y media-, cerrando el circuito entre los puertos de Cotos y Navacerrada por el camino viejo de El Paular y el arroyo de las Pintadas.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Mapa Sierra de Guadarrama, a escala 1:50.000, de La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38; tel¨¦fono 91 534 32 57).
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