Un siglo de Escuela Moderna

El proyecto pedag¨®gico de Francesc Ferrer Guardia cumple cien a?os

Se cumple ahora un siglo de la creaci¨®n de la Escuela Moderna por el pedagogo catal¨¢n Francesc Ferrer Guardia. La efem¨¦ride ha pasado inadvertida. A Ferrer se le recuerda por su dram¨¢tico final: fue fusilado en el castillo de Montju?c, en Barcelona, el 13 de octubre de 1909, acusado de haber instigado la Semana Tr¨¢gica, y su ejecuci¨®n removi¨® las conciencias de toda Europa y aire¨® la imagen de una Espa?a inquisitorial y retr¨®grada. El pensador anarquista Piotr Kropotkin dijo: 'Ahora ya est¨¢ muerto, pero nuestro deber es retomar su trabajo, continuarlo, propagarlo y atacar los fetiches que mantienen a la humanidad bajo el yugo del Estado, del capitalismo y la superstici¨®n'.

Ferrer cre¨® la Escuela Moderna en 1901. Su modelo pedag¨®gico romp¨ªa el hasta entonces absoluto control clerical de la ense?anza, introduc¨ªa el laicismo y acababa con la separaci¨®n de sexos. Su pedagog¨ªa se basaba en la 'evoluci¨®n real y psicobiol¨®gica del ni?o individualizado'. La ciencia sobre los ni?os, cre¨ªa Ferrer, 'no se ha de emplear contra ellos, sino a favor del desarrollo espont¨¢neo de sus facultades a fin de que puedan buscar libremente la satisfacci¨®n de sus necesidades f¨ªsicas, intelectuales y morales'.

Eran tiempos de grandes cambios y el proyecto despert¨® enseguida un enorme inter¨¦s, incluso entre la burgues¨ªa republicana m¨¢s radical. Los planes escolares y los libros de la Escuela Moderna se vend¨ªan como rosquillas en las sociedades obreras y populares, y no s¨®lo en las de car¨¢cter anarquista. El ¨¦xito fue fulgurante, hasta el punto de que tres a?os m¨¢s tarde, en 1904, la Escuela Moderna ya ten¨ªa 47 sucursales en Catalu?a y se extend¨ªa por el resto de Espa?a.

La reacci¨®n del poder pol¨ªtico y de la Iglesia fue brutal. 'Espa?a no necesita hombres que sepan, sino bueyes que trabajen', dijo el ministro Bravo. En Barcelona, el obispo Urquinaona pidi¨® el cierre de las escuelas laicas porque, dijo, 'los ni?os salen de ellas en condici¨®n de monstruos que s¨®lo piensan entregarse sin freno a los arrebatos de sus pasiones'. La presi¨®n del clero y las clases dominantes llev¨® incluso a que intelectuales como Miguel de Unamuno descalificaran a Ferrer llam¨¢ndole 'mamarraho, loco, tonto y criminal', aunque m¨¢s tarde se desdijera. Finalmente, en junio de 1906 acab¨® la experiencia. La Escuela Moderna fue obligada a cerrar sus puertas por orden gubernativa.

La obra de Ferrer, vista ahora con la perspectiva de un siglo, combina aspectos ciertamente ingenuos e incluso dogm¨¢ticos -a fuer de ser antidogm¨¢ticos- con sorprendentes matices cr¨ªticos. Por ejemplo, pone en evidencia la pretendida neutralidad del modelo escolar franc¨¦s de la III Rep¨²blica, por su car¨¢cter burgu¨¦s de clase, su contenido alienante y patri¨®tico y su organizaci¨®n jer¨¢rquica y burocratizada. 'Dios es sustituido por el Estado', escribi¨® sobre el modelo franc¨¦s.