'Fuego amigo' sobre el capit¨¢n Jason
Segunda parte del relato del jefe de un pelot¨®n de fuerzas de EE UU que actu¨® durante seis semanas en Afganist¨¢n
'Nos avisaron de que los talibanes hab¨ªan lanzado desde Kandahar hacia el norte a un grupo enorme de personas para recuperar Tarin Kot', dijo el capit¨¢n Amerine, quien recuerda haberse puesto inmediatamente tenso, sobre todo porque los afganos quer¨ªan tomarse su tiempo para comer antes de prepararse para la batalla. 'Me obligaron a sentarme y comer algo'.
Con un peque?o grupo de afganos, el grupo V de las Fuerzas Especiales estableci¨® un puesto de observaci¨®n en las afueras de la ciudad mientras el convoy talib¨¢n se acercaba en la madrugada del 18. Llamaron a la aviaci¨®n estadounidense, que empez¨® a atacar a los veh¨ªculos. 'No ten¨ªamos escasez de aviones, ten¨ªamos escasez de veh¨ªculos que bombardear', dijo Amerine. 'Si acaso, los pilotos se sintieron decepcionados porque no quedaba nada. Fue estupendo escucharlo por la radio... Uno de ellos dijo: 'Estamos listos para jugar, tengo X bombas y estoy buscando acci¨®n'.
El sargento de primera Daniel Petithory, de 32 a?os, de Massachussets, que muri¨® luego por una bomba perdida, dirigi¨® el ataque a¨¦reo. 'Es un arte', se?al¨® Amerine. 'Y ese tipo era el mejor que yo haya visto jam¨¢s. Hay que ser capaz de describir la escena para el avi¨®n... Uno se sienta all¨ª con un mapa. Su conocimiento de la zona, su capacidad para usar un mapa y su habilidad para utilizar las palabras correctas, para dirigir el avi¨®n hacia un lugar concreto, son vitales para que el avi¨®n d¨¦ en los blancos'.
Unos diez o veinte combatientes talibanes fueron capturados mientras maniobraban en el lado Este de la ciudad. Despu¨¦s revelaron que sus ¨®rdenes eran no s¨®lo retomar la ciudad, sino matar a algunos residentes, incluso mujeres y ni?os, para que eso sirviera de ejemplo a los rebeldes. 'Salvamos aquella ciudad', dijo despu¨¦s Amerine. Aqu¨¦l era el momento del que estaba m¨¢s orgulloso.
'Cuando hicimos retroceder a ese convoy, los altos jefes religiosos se acercaron al cuartel general de Hamid... y dijeron que de no haber estado all¨ª los estadounidenses estar¨ªamos todos muertos', record¨® Amerine. 'A partir de aquel momento, b¨¢sicamente nuestra relaci¨®n con las tribus pastunes fue s¨®lida. Hamid me dijo que se hab¨ªa corrido la voz hasta Kandahar'.
Durante la siguiente semana y media, la aviaci¨®n sigui¨® atacando los convoyes talibanes que intentaban romper la l¨ªnea de defensa que rodeaba Tarin Kot. Cada vez acud¨ªan m¨¢s voluntarios a la zona y la fuerza de Karzai contaba ya con miles de ellos. 'Hamid estaba haciendo arreglos por todas partes para que se pasaran de bando o se rindieran', dijo Amerine. 'En lo que a m¨ª concierne, el mejor instrumento de la guerra fue su tel¨¦fono'.
EE UU lanz¨® m¨¢s armas a los insurgentes, aunque por aquel entonces Karzai ten¨ªa ya un tesoro de armas de los talibanes. Hacia el 1 de diciembre, la fuerza se traslad¨® hacia el sur, donde ten¨ªan planeado reagruparse. Los talibanes siguieron retir¨¢ndose ante ellos sin enfrentamientos serios. Como la carretera hacia Kandahar parec¨ªa cada vez m¨¢s despejada, las fuerzas de Karzai, con las tropas estadounidenses, llegaron m¨¢s all¨¢ de lo previsto, y alcanzaron las afueras de Seyyed Mohamed Kalay, a unos 48 kil¨®metros de Kandahar. Durante dos d¨ªas y dos noches las tropas estadounidenses lucharon sobre el terreno mientras los aviones lanzaban bombas al sur del r¨ªo. 'El fuego empez¨®, fuego de ametralladoras; la verdad es que fue un tiroteo bastante intenso', dijo Amerine. 'Seguimos avanzando con mis hombres, pidiendo ataques a¨¦reos cuando era necesario... Llegados a aquel punto, algunos de nuestros hombres tuvieron que disparar'. Uno de los soldados fue herido en el hombro y tuvo que ser evacuado en helic¨®ptero.
En la ma?ana del 5 de diciembre, el ¨¢rea norte del puente parec¨ªa segura en gran medida, aunque los aviones segu¨ªan bombardeando las posiciones talibanes que estaban a m¨¢s de dos kil¨®metros de distancia. En una colina que estaba atestada de gente, Karzai esperaba una delegaci¨®n de las proximidades de Kandahar para discutir otra rendici¨®n, y hab¨ªa llegado un nuevo grupo de soldados estadounidenses que estaba contemplando el bombardeo. Entonces 'la bomba cay¨® de improviso y nos machac¨®', dijo Amerine, que fue lanzado por los aires, recibi¨® metralla y sufri¨® una perforaci¨®n de t¨ªmpano. Resultaron muertos Davis, Petithory y el sargento Brian Cody Prosser, de 28 a?os y natural de California, uno de los que acababan de llegar. Karzai, que estaba en una casa al pie de la colina, sufri¨® un corte en la cara.
'Un par de veces me he tomado un descanso en cuanto he podido para pasarme por all¨ª y desahogarme llorando', record¨® Amerine. 'El haber tenido a mis ¨®rdenes a aquellos chicos fue un gran privilegio, as¨ª que incluso en medio de las l¨¢grimas ten¨ªa que darme cuenta de que hab¨ªamos hecho mucho, y eso era algo a lo que pod¨ªa aferrarme... Fue un final horrible, pero la rendici¨®n de Kandahar estaba cerca y mi amigo era presidente de Afganist¨¢n'.
? The Washington Post / EL PA?S
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