El euro saltar¨¢ sus propias fronteras

Los tent¨¢culos del euro se extienden m¨¢s all¨¢ de las fronteras de los 12 pa¨ªses que han adoptado la moneda. Adem¨¢s de que los europeos se ahorrar¨¢n, seg¨²n algunos c¨¢lculos, hasta 3.300 millones de euros en comisiones de cambio de divisa cuando viajen por el territorio de la moneda com¨²n europea, se encontrar¨¢n a partir del 1 de enero con otras ventajas, como poder comparar mejor los precios entre pa¨ªses y hacer sus compras en euros en algunos establecimientos de Londres, pese a que el Reino Unido continuar¨¢ con la libra, o de los pa¨ªses de los Balcanes.

Llevar euros en los bolsillos abre nuevas posibilidades a la hora de viajar. Los turistas ser¨¢n de los primeros en notar el cambio. En las pr¨®ximas vacaciones de Semana Santa o las de verano, los espa?oles ya no tendr¨¢n que llevar una calculadora para saber cu¨¢nto habr¨ªa costado en pesetas la cena que acaban de pagar en un restaurante franc¨¦s, alem¨¢n o italiano. La nueva moneda tambi¨¦n circular¨¢ en Andorra, San Marino, M¨®naco y el Vaticano, territorios que carecen de divisa propia. Y todo apunta a que pasar¨¢ lo mismo en los pa¨ªses de los Balcanes, que hasta ahora ten¨ªan como divisa de referencia el marco alem¨¢n, y Suecia y Dinamarca, que mantienen estrechas relaciones econ¨®micas con un socio del euro, Finlandia. Si pasan unos d¨ªas en Londres, capital del euroescepticismo, podr¨¢n pagar en euros en algunos establecimientos, aunque el cambio ser¨¢ devuelto en libras esterlinas.

M¨¢s all¨¢ del Viejo Continente, el euro ser¨¢ la moneda de los territorios de ultramar franceses. De hecho, los habitantes de la isla de Nueva Caledonia, en la zona del Pac¨ªfico, se convertir¨¢n, por una pura cuesti¨®n horaria, en los primeros que comprar¨¢n y vender¨¢n en euros. A trav¨¦s de Francia y Portugal, la divisa tambi¨¦n se abrir¨¢ camino en algunos territorios de ?frica.

Sin comisiones

Comodidades aparte, la principal ventaja repercutir¨¢ en los bolsillos. No habr¨¢ que pagar comisiones por cambio de moneda, que en la actualidad suelen ser del 3% en los bancos y de hasta un 5% en los hoteles. En la otra cara de la moneda, las perjudicadas, las casas de cambio de divisa extranjera, ven c¨®mo se desvanecen dos terceras partes de su negocio. Los turistas tampoco tendr¨¢n que deshacerse de las ¨²ltimas monedas -las casas de cambio s¨®lo admiten billetes- antes de volver a su pa¨ªs. Como todos los gastos ser¨¢n en la misma moneda, las comparaciones entre unos y otros pa¨ªses ser¨¢n inevitables y, en teor¨ªa, los productos tur¨ªsticos se abaratar¨¢n. Algunos sectores, como el del autom¨®vil, tambi¨¦n tienen motivos para temblar. Un coche puede costar entre un 20% y un 30% m¨¢s en un pa¨ªs europeo que en otro.