Tres ba?os y 16 traslados ag¨®nicos en 373 d¨ªas
Los dos secuestrados tienen muy claro cu¨¢l ha sido el peor momento de los 373 d¨ªas que dur¨® su agon¨ªa: la primera vez que les trasladaron. Ya llevaban ocho meses en el mismo zulo infecto -'mucho peor que el de Ortega Lara, ¨¦se al menos ten¨ªa un colch¨®n'- y sab¨ªan que la cosa se complicaba. Cuando les obligaron a salir de esa covacha que ya era casi su hogar, pensaron inmediatamente que era para matarles. Lo relata Jos¨¦ Antonio Tremi?o: 'No nos avisaron de nada. Se oy¨® por primera vez un coche. Tocaron en la puerta y el guardi¨¢n, Toro, entr¨® sin capucha. Entonces nos abri¨® el candado de las cadenas y nos sac¨®. Hab¨ªa mucha gente. Uno nos dijo: 'No problem, Espa?a'... Nos bajaron a una zanja, estrecha, y nos dejaron solos a los dos. Pensamos que nos mataban. Nos quedamos esperando y cerramos los ojos'. Tercia Francisco Rodr¨ªguez: 'Para m¨ª, eso era un paso fronterizo. Pero no lo sab¨ªamos. Yo empec¨¦ a tocar los laterales, not¨¦ que la tierra me llegaba hasta el hombro. Y me dije 'esto es la fosa'. Me puse a rezar esperando un tiro, los dos lo esper¨¢bamos casi como una liberaci¨®n'. Pero no. 'Por el otro lado de la zanja nos sacaron; yo creo que era un intercambio, en una frontera, nos entregaron a otro grupo de terroristas', dice Tremi?o. S¨®lo all¨ª les dejaron lavarse por primera vez, en un r¨ªo, despu¨¦s de ocho meses. Se han lavado tres veces en 373 d¨ªas. ?sta fue la peor, pero hubo otras 15 salidas y cambios de escondite. Y en cada una de ellas, les dominaba la sensaci¨®n de que les esperaba la muerte.
No recuerdan ni un solo momento bueno, aunque con cierto cari?o Rodr¨ªguez narra c¨®mo se las apa?aron, cuando no les daban tabaco, para robar hojas de t¨¦ y apurar las colillas para liar cigarros con papel de peri¨®dico. Y la salsa que hac¨ªa con leche sobrante, hojas de cebolla, mantequilla, un poco de vodka, y que calentaba con la vela.
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