La cuesta del euro
La moneda ¨²nica se abre paso en los m¨¢s diversos ambientes venciendo problemas log¨ªsticos y resistencias al cambio
El euro se abre paso a ritmo de v¨¦rtigo, venciendo problemas log¨ªsticos y resistencias al cambio en algunos colectivos, pero con menos dificultades de las que vaticinaban los agoreros. Desde peque?os comerciantes hasta vendedores de la ONCE o monjas de clausura, todo el mundo ha acogido, con resignaci¨®n o curiosidad, con esp¨ªritu constructivo o fatalista, un cambio hist¨®rico contra el que, aunque se quiera, no se puede oponer resistencia.
Un recorrido de 640 kil¨®metros efectuado durante dos d¨ªas (el jueves y el viernes pasado) por cuatro comunidades aut¨®nomas (Madrid, Castilla-Le¨®n, Extremadura y Castilla-La Mancha), por zonas rurales y peque?as ciudades, muestra al euro circulando y a la gente utiliz¨¢ndolo en situaciones muy diversas. La conclusi¨®n es que se entierra a la peseta sin que doblen las campanas y que se recibe a su heredero como a un hu¨¦sped al que nadie invit¨®, pero que, una vez en casa, no da demasiados quebraderos de cabeza y al que se acaba cogiendo cari?o. El principal problema detectado es la escasez en las entidades bancarias de billetes y, sobre todo, de monedas, para cubrir la demanda de un peque?o comercio que necesita cambio en abundancia.
El peque?o comercio se queja de la escasez de euros en los bancos para los cambios
Las monedas de otros pa¨ªses circulan ya introducidas por los visitantes extranjeros
Los vendedores de fruta de un mercadillo de Plasencia manejan los euros con soltura
- Jueves. 8.45 h. Manzanares el Real (Madrid)
En la churrer¨ªa La Rosca de esta localidad de la sierra madrile?a, aut¨¦ntica capital de la Pedriza, el olorcillo de las porras y el chocolate reci¨¦n hecho reconforta a quien huye de la lluvia intensa del exterior. ?urea de Miguel atiende el negocio familiar y asegura que todo marcha de maravilla, aunque el mi¨¦rcoles hubo un poco de l¨ªo. 'Alguna gente', afirma, 'nos quer¨ªa utilizar como banco, pagando por ejemplo con un billete de 10.000 pesetas una consumici¨®n de 300 y pretendiendo recibir el cambio en euros'.
Hab¨ªan tomado sus precauciones. La entrada en circulaci¨®n de la nueva moneda les pill¨® con 300 euros en monedas y 450 en billetes (unas 125.000 pesetas en total) cambiados en diciembre. Hubo que volver al banco por m¨¢s. El marido de ?urea, Manuel Prieto, regresa precisamente de esa misi¨®n especial, con la mala noticia de que s¨®lo entregan paquetes de 25 monedas y la buena de que, pese a todo, ha logrado euros por importe de 27.000 pesetas.
Los precios siguen estables, convertidos con exactitud. El chocolate ha pasado de 225 pesetas a 1,35 euros, y las porras, de 35 a 0,21. La cuenta sube a 590 pesetas o 3,55 euros. Pago con 1.000 pesetas. Me dan la vuelta en euros: 2,46.
Casi puerta con puerta, en La Papeler¨ªa, la propietaria, Carmen Mart¨ªn, sac¨® unos 270 euros (45.000 pesetas) en monedas el 15 de diciembre. A¨²n le quedan unos 120, y est¨¢ a punto de ir por m¨¢s. 'Tengo que darme prisa', dice, 'porque se acaban'. Desde hace un a?o tiene una caja registradora capaz de funcionar en euros, pero hay que adaptarla a la nueva moneda. No hay problemas a la hora de pagar el diario (0,90 euros) con 2 monedas de 100 pesetas: 30 c¨¦ntimos de vuelta.
- 10.15 h. Autopista A-6. Salida de San Rafael (Segovia)
Tras pasar el t¨²nel de Guadarrama, que evita las pendientes del Alto de los Leones, hay que abonar 2,65 euros (441 pesetas). Pago con un billete de 5.000 pesetas. Sin preguntar en qu¨¦ moneda quiero el cambio, me devuelven 27,40 euros: un billete de 20, otro de cinco (que normalmente no tienen los cajeros), una moneda de 2 y dos de 20 c¨¦ntimos. La tarifa ha dado un buen salto el 1 de enero: antes era de 390 pesetas (2,34 euros). Pero la culpa no la tienen ni el euro ni el redondeo, sino la subida del IVA, forzada por la Uni¨®n Europea, del 7% al 16%.
- 11 h. Urraca-Miguel (?vila)
A menos de 20 kil¨®metros de ?vila, esta antigua propiedad del duque de Abrantes, cedida a los colonos durante la dictadura de Primo de Rivera, tiene, seg¨²n el ¨²ltimo censo, 67 habitantes, la mayor¨ªa de ellos jubilados. Como Luis Gonzalo Caballero, de 77 a?os, que, tras una vida de trabajo en el campo, tiene una pensi¨®n de 70.000 pesetas que, inmediatamente, traslada a euros: '7 por 6, 42, o sea, 420'. Ah¨ª se acaba su dominio de la nueva moneda. 'No lo entiendo', reconoce mientras apura una copita de co?¨¢ en el bar Farina, 'pero es que tengo la cabeza muy dura. ?Qu¨¦ es eso de 166? ?Por qu¨¦ no es una cantidad exacta? ?A qu¨¦ viene que nos quiten la peseta? Dentro de 10 a?os, yo seguir¨¦ con ella'. El encargado del bar, Adolfo Gonzalo, hermano del due?o, no se l¨ªa. Calculadora en mano, convierte a la velocidad del rayo. 'El co?¨¢ y el licorcillo de hierbas, 90 c¨¦ntimos, 150 pesetas. Y el caf¨¦ con leche, 75 c¨¦ntimos, 125 pesetas. El cambio, a gusto del cliente'.
Urraca-Miguel no tiene banco, as¨ª que los vecinos se van a ?vila a cobrar la pensi¨®n o esperan a que, a comienzos de mes, vengan de la caja de ahorros a entregarles las cantidades que deseen retirar de sus cartillas. N¨¦stor Ferrero Burguillo, a sus 60 a?os, est¨¢ prejubilado de Motor Ib¨¦rica y le han quedado unas 180.000 pesetas de pensi¨®n (cerca de 1.100 euros). Como no se puede estar quieto, cuida de las 20 vacas charolesas de su mujer, cuyo precio (tras la crisis de las vacas locas) no llega a las 100.000 pesetas (801 euros). Con su perro Chapli de testigo, accede a simular la venta de una de ellas a su vecino Fernando Jim¨¦nez, al que se la rebaja a 90.000 pesetas (540 euros). Parece que el negocio, que no es como para lanzar cohetes, est¨¢ sobre todo en los chotos, que se venden con siete u ocho meses por unas 75.000 pesetas (450 euros).
- 12.40 h. ?vila
En el convento de Santa Mar¨ªa de Jes¨²s, en cuya fachada hay un altorrelieve de San Francisco de As¨ªs acariciando la cabeza a un perro, 19 monjas clarisas de clausura se dedican a la vida contemplativa y a preparar una gran variedad de dulces justamente famosos. El antiguo torno ha dado paso a una reja cubierta con una puertecilla de madera en la que se lee: 'Este a?o no hay bel¨¦n'. Cuando se abre, una guapa y joven monja que no quiere dar su nombre aclara que en Navidad se acab¨® casi todo lo especial para esa ¨¦poca (turrones, mazapanes, etc.), pero que a¨²n quedan los productos 'de siempre', desde mojicones a pastas variadas y de margarina y otras exquisiteces. 'Muy bueno todo, y natural', aclara la sor. La lista de precios figura primero en euros y, entre par¨¦ntesis, en pesetas. Sin redondeos. Rosquillas fritas: 3,10 (516). Bocaditos de almendra, 6 (998). Corazones de Santa Teresa, 7 (1.165). L¨¢stima que se hayan agotado. La compra asciende a 8,80 euros (1.464 pesetas). La religiosa no tiene ning¨²n problema en recibir el pago en pesetas y devolver el cambio en euros. Es lo m¨¢s frecuente. Para eso tiene una calculadora, cambio suficiente recogido en diciembre del banco y una actitud abierta m¨¢s del mundo de aqu¨ª fuera que el de reja adentro.
- 14.50 h. Arenas de S. Pedro (?vila)
En la carta del restaurante El Bodeg¨®n, de dos tenedores, adjunto a la hoster¨ªa y la cafeter¨ªa Los Galayos y a escasos metros del castillo de don ?lvaro de Luna, los precios siguen en pesetas, pero el propietario, Germ¨¢n Mateos, ya est¨¢ terminando la nueva, en euros. Mejor ser¨ªa que tardase, porque algunos precios han subido: 300 pesetas (1,80 euros) el chulet¨®n de ternera, 200 (1,20) el solomillo y 12 (7 c¨¦ntimos) la merluza, ¨²nico caso flagrante de redondeo. 'La mayor¨ªa de la gente', afirma Mateos, 'sigue pagando en pesetas, y las vueltas las damos en euros, excepto que alguien quiera pagar un caf¨¦ con un billete de 5.000. Nadie ha pretendido hacer pagos mixtos, y casi todo el mundo viene con su calculadora. Nosotros pedimos 200.000 pesetas en euros (1.202), la mayor¨ªa en monedas, y los conseguimos sin problemas, pero hoy he ido por m¨¢s y hab¨ªa una cola tremenda en el banco'. La caja registradora funciona todav¨ªa en pesetas, pero uno de estos d¨ªas vendr¨¢n a cambiar el programa. Lo pedimos hace meses, pero la empresa no da abasto y est¨¢ colapsada'.
Un plato de migas, pimientos rellenos con bacalao, salm¨®n, cochinillo, un pudin y dos caf¨¦s conforman una factura de 6.688 pesetas, traducidas a mano en 40,2 euros. Pago con un billete de 50 (¨¦se que dicen que desti?e si se frota con un pa?uelo de papel) y me devuelven 9,80. Nada que objetar.
- 17.15. Villanueva de la Vera (C¨¢ceres)
En esta preciosa localidad de la Vera, entre las cumbres de Gredos y el curso del r¨ªo Ti¨¦tar, y en la misma plaza central -adornada con una hermosa fuente de piedra- en la que se celebra la tradicional fiesta del Pero Palo (este a?o, del 10 al 12 de febrero), una vendedora de la ONCE, albina de nacimiento, coloca sus cupones entre clientes habituales y ocasionales al nuevo precio de 1 euro (166 pesetas) y 2 euros (333) el cuponazo. La poca vista que le queda le basta y sobra a Mar¨ªa Nieves Jim¨¦nez, de 54 a?os, para identificar con exactitud billetes y monedas, sin necesidad de recurrir al tacto y a las m¨¢quinas parlantes que utilizan algunos de sus colegas. Con m¨¢s voluntad que conocimiento, devuelve euros o pesetas a gusto del consumidor y contando con la complicidad de ¨¦ste.
Paulino Mart¨ªn L¨®pez, comprador habitual y vecino de Jara¨ªz, est¨¢ que trina por la nueva pol¨ªtica de precios y premios. 'El premio normal', dice, ha pasado de 5 millones a 2 (12.000 euros), aunque hayan a?adido cinco premios al cup¨®n de 100.000 euros, que ya me dir¨¢ usted lo que pintan. Una idiotez. Y que no me vengan con el cuento de que han bajado el precio (de 200 pesetas a 1 euro). Tampoco me convence lo del cuponazo , ya que el premio normal sigue siendo de cinco millones (30.000 euros), aunque haya un superpremio especial '. Paulino est¨¢ convencido de que la venta disminuir¨¢ dr¨¢sticamente, pero Nieves se encoge de hombros: 'Lo que sea, sonar¨¢'.
- 18.40 h. Garganta la Olla (C¨¢ceres)
Un hermoso pueblecito apenas a cinco kil¨®metros del monasterio de Yuste, al que Carlos V se retir¨® para preparar su tr¨¢nsito a la otra vida tras manejar medio mundo en ¨¦sta. La noche ha ca¨ªdo ya, pero la sucursal de la Caja de Extremadura a¨²n sigue abierta y su director, Jos¨¦ Mateos, asegura: 'El euro nos trae de cabeza. La gente se agolpa y no damos abasto'. Y eso que Garganta la Olla apenas tiene 1.300 habitantes, y que hay tambi¨¦n una oficina con cajero del BCH. No es precisamente Fort Knox, pero la sucursal de la Caja tiene una alarma conectada con una empresa de seguridad, una c¨¢mara de v¨ªdeo y micr¨®fonos. Y eso que, en 20 a?os, nunca ha sufridoning¨²n atraco. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha movido mucho efectivo por aqu¨ª, en ocasiones cantidades de hasta 600.000 pesetas de un golpe, aunque nunca se han visto esos maletines con dinero negro a blanquear de las grandes ciudades. 'Lo m¨¢s curioso', afirma Mateos, 'es que hay gente mayor que insiste en sacar pesetas de sus cuentas y se enfada al recibir euros'.
Art¨ªculos de Regalo Mari Carmen es lo m¨¢s pr¨®ximo a una tienda de todo a cien que hay en Garganta la Olla, aunque ahora ser¨ªa m¨¢s justo llamarlas todo a sesenta c¨¦ntimos. La Mari Carmen que da nombre al establecimiento se maneja con euros sin problemas, con la ayuda de una calculadora, devuelve en euros o pesetas, a gusto del consumidor; redondea si acaso a favor de ¨¦ste y, a pesar de que anda por la mitad de la treintena, recuerda a¨²n cuando, siendo ni?a, su madre la enviaba a comprar detergente Omo, que costaba 14,90 pesetas y ella se quedaba con los 10 c¨¦ntimos de vuelta. Su clienta Victorina Basilio, que pasa de los 70, se remonta a los tiempos en que un pan grande costaba 22 reales (5,50 pesetas) y, tras poner el ¨¦nfasis en que es analfabeta ('no conozco ni los n¨²meros'), admite que teme que le enga?en. La principal queja de Mari Carmen es que, pese a lo que dicen en la Caja, pidi¨® 100.000 pesetas en euros para los cambios en diciembre y s¨®lo le dieron la mitad, y que la falta de efectivo en la nueva moneda se sigue dejando notar.
- 21.40 h. Plasencia
(C¨¢ceres)
En la armoniosa plaza Mayor de esta hermosa ciudad cacere?a, el caf¨¦-bar Danubio, convertido en pe?a del torero local Juan Mora, tarjetitas plastificadas dan los precios s¨®lo en pesetas, aunque en la pared hay carteles que los indican en euros. Se han producido ligeros redondeos al alza, como el botell¨ªn de cerveza, que ha pasado de 160 a 166 pesetas (un euro justo). Pero el due?o, Alejandro Mart¨ªn, de 57 a?os, asegura que precios como los 81 c¨¦ntimos del caf¨¦ o los 3,61 del cubata se redondean a la baja. Lo ¨²nico que admite que ha subido es el vino de Rioja: cinco duros (15 c¨¦ntimos de euro) por copa. El crianza se pone en 1,50. Un botell¨ªn de cerveza, una coca-cola light, un pepito de ternera, una raci¨®n de sepia y otra de croquetas elevan la cuenta a 2.475 pesetas (14,88 euros). Pago en pesetas, y en ellas recibo el cambio.
- Viernes. 8.30 h. Plasencia (C¨¢ceres)
La factura del hotel Alfonso VIII, de tres estrellas, el m¨¢s tradicional de Plasencia, al que sali¨® en el a?o 2000 una competencia en forma de parador, asciende a 112,53 euros, o 18.723 pesetas, a elegir. Incluye dos habitaciones simples, aparcamiento y 7% de IVA. Como el pago es con tarjeta de cr¨¦dito, no cabe duda respecto a la moneda a utilizar. El importe se cargar¨¢ en euros en la cuenta correspondiente. El director del establecimiento, Jes¨²s D¨¢vila, sostiene que todo est¨¢ controlado, ya que, desde el pasado noviembre, hay un sistema de contabilidad en euros que integra el hotel, la cafeter¨ªa, el restaurante y el almac¨¦n. Todas las cuentas van en las dos monedas. Hasta el 28 de febrero, cuando la peseta deje de ser de curso legal. S¨®lo un clinete de la cafeter¨ªa pag¨® en pesetas la tarde anterior. En el restaurante y el hotel, la tarjeta de cr¨¦dito es due?a y se?ora. Unos 3.000 euros (cerca de 500.000 pesetas), sobre todo en monedas, solicitados en diciembre garantizan que no habr¨¢ problemas para devolver el cambio. Los precios, por ahora, no han subido. Pese a este panorama tranquilizador, D¨¢vila tiene claro que habr¨ªa sido mejor el sistema alem¨¢n, el big bang que el 1 de enero confin¨® el marco en el b¨¢ul de la historia.
Los viernes hay mercadillo de frutas, no muy lejos del hotel, y Manoli Mu?oz, que trabaja en un ambulatorio, compra en un puesto en el que, ?milagro?, casi todo vale a 100 pesetas el kilo (60 c¨¦ntimos): naranjas, mandarinas, pl¨¢tanos, manzanas... ?nicamente los pimientos est¨¢n a 200. 'Pero s¨®lo en este puesto', aclara orgullosa la vendedora, Milagros Rabazo, que a lo largo de la semana se recorre la comarca para plantar su chiringuito en otros pueblos. Armada con su calculadora, admite euros y pesetas y devuelve cambio en lo que se le pida. Y si no le cuadra, lo ajusta con una mandarina. Para cubrir azares del destino, sac¨® 400.000 pesetas en euros (2.404), casi todo el monedas. Pero Manoli est¨¢ que trina: 'Yo estaba muy contenta con mis pesetas. Porque haya tres que quieran ir al extranjero, tenemos que pagar todos el pato. Adem¨¢s, en el banco ya no tienen euros. Un desastre, vaya'.
En un puesto cercano, tambi¨¦n con precios que pasmar¨ªan en Madrid o Barcelona, a la compradora Carmen Benito, de 69 a?os, ya no le queda ni una peseta. Ha gastado las m¨¢s de 50.000 con las que entr¨® en el nuevo a?o, y ya s¨®lo se maneja en euros. A Carmen Mateos, de 74 a?os, no tardar¨¢ en ocurrirle otro tanto. Mientras, utiliza dos monederos, uno para euros y otro para pesetas. Este ¨²ltimo est¨¢ ya casi vac¨ªo. La primera lleva un euroconversor. La segunda, una calculadora. A ellas no hay quien les enga?e.
- 11 h. Lagartera (Toledo)
En la plaza de la Constituci¨®n, Francisco Cano, de 79 a?os, padre del propietario de la Exposici¨®n y Venta de Bordados, exhibe con orgullo lo mejor de su producci¨®n: un mantel de cardo deshilado, de 3 por 1,70 metros, que est¨¢ a la venta por 90.000 pesetas (540 euros) y que es el resultado de meses de trabajo de una bordadora de este singular pueblo toledano que pr¨¢cticamente vive del hilo, el dedal y la paciencia. Los nietos de Francisco se han dedicado en los ¨²ltimos d¨ªas a marcar los precios de todos los productos en euros y pesetas, con una conversi¨®n exacta que, a la hora de la verdad, se redondea a favor del cliente, adem¨¢s de alguna rebajilla cuando ¨¦ste lo solicita . Despu¨¦s de haber trabajado m¨¢s de 45 a?os como vendedor por toda Espa?a, a Francisco no le asustan los c¨¢lculos que exige la nueva moneda, y cree que los compradores se adaptar¨¢n tambi¨¦n sin problemas al euro. Con las 100.000 pesetas en euros (unos 600) que sac¨® del banco el d¨ªa 2 cree que podr¨¢ manejarse por un tiempo.
- 12.50 h. Toledo
Para ser jueves, resulta sorprendente la cola que se forma en la Ciudad Imperial ante la taquilla para ver El entierro del conde de Orgaz, las m¨¢s conocida de las pinturas de El Greco, que se expone en la iglesia de Santo Tom¨¦. Los precios figuran en pesetas y en euros (200-1,20) y ya hay visitantes extranjeros que pagan con monedas de euros de otros pa¨ªses. El empleado se niega a mostrarlas porque est¨¢ muy ocupado. Tal vez por ello se equivoca con el cambio que le da a una gu¨ªa que va con 16 turistas. El importe (reducido, por ser grupo) era de 14,43 euros. Pag¨® con 15 y le devolv¨ªan 52 c¨¦ntimos, 5 de menos. Los pagos se efect¨²an en euros o pesetas, y el cambio se devuelve siempre en euros. Como debe ser.
Alain Sieuzac y su esposa, Sylvianne, franceses de Cahors, pagan con monedas de euros de su pa¨ªs, con una de las caras diferente a las espa?olas. Las compraron en su ciudad a mediados de diciembre. Llegaron a Espa?a el 30 de diciembre y sacaron 100 euros de un cajero para las peque?as compras, pero casi todo lo pagan con tarjeta, lo que les ahorra complicaciones. Hasta ahora, admiten, no han tenido ning¨²n problema. Se ayudan con una eurocalculadora ajustada al cambio que a ellos les interesa: 1 euro = 6,55957 francos.Como viajeros impenitentes que son, la circulaci¨®n efectiva del euro les parece una magn¨ªfica noticia, aunque las colas resulten estos d¨ªas un poco molestas.
- 14.20 h. Autov¨ªa 401. Km. 18,400 (Madrid)
En los surtidores de la estaci¨®n de servicio de Repsol, cerca de la localidad madrile?a de Parla, los precios, sorprendentemente, figuran todav¨ªa en pesetas. Funciona el sistema de prepago. El gas¨®leo superdiesel est¨¢ a 113,5 pesetas (0,68 euros) el litro, con la subida de impuestos que entr¨® en vigor el 1 de enero. Compro 4.000 pesetas de combustible (35,24 litros) con un billete de 5.000 pesetas. La vuelta es uno de 1.000. Nada de euros.
El encargado, Timoteo P¨¦rez, dice que no es lo habitual, pero se puede entender que ocurra cuando relata que llevan varios d¨ªas de locura a la caza y captura de euros para el cambio. 'Hoy mismo', se?ala, 'ha habido que ir a cuatro bancos y cajas de la zona para conseguir reunir unos 600 euros. Lo que m¨¢s falta nos hace son monedas de uno y dos'. Por fallarles, les ha fallado hasta Securitesa, la firma que retira las recaudaciones en sus furgones blindados y a la que pidieron en diciembre 2.400 euros para el cambio, que nunca llegaron. En cuanto a los surtidores en pesetas, afirma que la culpa es de que tienen un epro, una especie de chip que tiene que venir de Italia, pero que se retrasa una y otra vez.
As¨ª va el euro. Abri¨¦ndose camino. Circulando cada vez c¨®n m¨¢s naturalidad. Rodando. Captando adeptos. Venciendo resistencias. Mejor de lo esperado. Como no hay quien pueda con ¨¦l, casi nadie le pone ya mala cara. La gente act¨²a como si creyera a los expertos, hartos de repetir que las ventajas multiplican a los inconvenientes.
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