Un ¨¦xito labrado al calor de la liberalizaci¨®n energ¨¦tica
Enron naci¨® en 1985 de la fusi¨®n de dos compa?¨ªas cuyos principales activos eran gasoductos. Por aquel entonces, la regulaci¨®n del mercado de la energ¨ªa era muy estricta. Pero, m¨¢s adelante, Kenneth Lay, su presidente y fundador, aprovech¨® el cataclismo de la liberalizaci¨®n del sector de la energ¨ªa en Estados Unidos para transformar a la oscura Enron de los tubos en una firma especializada en la intermediaci¨®n entre productores y vendedores.
En un principio, el fundador lo hizo comerciando con energ¨ªa y luego extendiendo el negocio a todo lo que fuera comprable y vendible: electricidad, agua, metales, papel, seguros crediticios, banda ancha para Internet. Enron cre¨® cientos de l¨ªneas de negocio que hac¨ªan realidad el credo de los noventa de que las compa?¨ªas deb¨ªan olvidarse del peso de activos s¨®lidos para transformarse en creadoras de mercados en los que negociar y hacer fortunas.
Una idea perfecta y en armon¨ªa con los tiempos de la burbuja financiera, que los mercados compraron con pasi¨®n. La cotizaci¨®n de Enron pas¨® de 20 d¨®lares en 1997 a 90,56 en agosto de 2000, poco antes de que uno de sus m¨¢ximos ejecutivos, Jeffrey Skilling, anunciara la intenci¨®n de Enron de sobrepasar a Exxon Mobil como primera empresa energ¨¦tica del globo.
Carrera fulgurante
Entre el 15% y el 20% del gas y de la electricidad de Estados Unidos se negociaba en la bolsa energ¨¦tica de Enron, que se hab¨ªa encaramado al s¨¦ptimo lugar en el ranking de la revista Fortune que agrupa a las 500 principales empresas. En la pasada primavera, Lay fue recibido por el vicepresidente Dick Cheney para discutir en privado la ordenaci¨®n del sector de la energ¨ªa en Estados Unidos.
La crisis de 2001 atac¨® por todos los flancos unos cimientos con muchos puntos d¨¦biles, y un a?o despu¨¦s, de los 90,56, la cotizaci¨®n de Enron hab¨ªa bajado a la mitad, momento en que Skilling, elevado a consejero delegado en febrero, dej¨® la compa?¨ªa alegando razones personales y sin levantar sospechas.
Nada relacionado con Enron suscitaba recelo. Lay, presidente del consejo, volvi¨® a tomar las riendas, y en octubre present¨® unos resultados demoledores para el tercer trimestre: p¨¦rdidas de 1.000 millones de d¨®lares en malas inversiones m¨¢s otros 1.200 en una reducci¨®n de capital relacionada con operaciones desarrolladas con veh¨ªculos financieros de cuya existencia s¨®lo los m¨¢s altos directivos ten¨ªan conocimiento.
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