La angustia de crecer

De David Grossman (Jerusal¨¦n, 1954) se hab¨ªan editado tres novelas en castellano: La sonrisa del cordero, V¨¦ase: amor y Chico zigzag. Hay que se?alar que, aunque El libro de la gram¨¢tica interna se traduzca ahora, m¨¢s de tres a?os despu¨¦s de la ¨²ltima, es en realidad anterior, pues se public¨® en su original hebreo en 1991, tres a?os antes que Chico zigzag, y es la tercera novela del israel¨ª. La aclaraci¨®n no es gratuita, ya que Chico zigzag y El libro de la gram¨¢tica interna parecen muy relacionadas entre s¨ª. No s¨®lo comparten rasgos argumentales y tem¨¢ticos, como tener ambas de personaje central a un adolescente y tratar en el primer plano de la narraci¨®n el rito de paso a la madurez, sino que es posible observar entre ellas una relaci¨®n m¨¢s ¨ªntima que sobrepasa lo literario e invade lo an¨ªmico. Dejando a un lado las similitudes y el primoroso estilo de su autor, son tan radicales las diferencias de tono que guardan entre s¨ª que pareciera que Chico zigzag hubiera surgido de la necesidad de Grossman de liberarse imaginativamente de las claustrof¨®bicas densidades a que le hab¨ªa conducido su inmersi¨®n previa en el mundo de Aharon Kleinfeld, el ni?o de 12 a?os protagonista de El libro de la gram¨¢tica interna. Todo nos lleva a esa conclusi¨®n. El libro de la gram¨¢tica interna parece amasado con las m¨¢s apesadumbradas turbiedades del agobio existencial. No le falta humor, pero un humor oscuro que crece en el retru¨¦cano de la iron¨ªa, con vuelta amarga que aunque explore matices festivos, y hasta fr¨ªvolos, siempre incluye un poso demasiado gravoso.

No es extra?o que as¨ª suceda. El libro de la gram¨¢tica interna combina la narraci¨®n en tercera persona con la narraci¨®n en primera persona, pero es esta ¨²ltima, a trav¨¦s de la voz del ni?o, la que lleva el peso del relato, de tal forma que toda la historia se contagia de la personalidad de Aharon Kleinfeld, un ni?o fantasioso que, cuando sus amigos m¨¢s cercanos, de los que antes era cabecilla, empiezan a ejercitarse en el juego amoroso y a sentir inter¨¦s por la pol¨ªtica, renuncia a imitarlos, neg¨¢ndose a ingresar en un mundo adulto que no comprende y que condena desde todos los puntos de vista, pero del que tampoco consigue salir indemne, ya que la crisis de estima suscitada por su impotente rebeld¨ªa lo sumerge en un estado que lo conduce al autismo y a la autolesi¨®n. El libro de la gram¨¢tica interna es una novela que se detiene m¨¢s en las razones de sus personajes para actuar que en la acci¨®n en s¨ª misma, pues lo que trata es de desvelar el punto de fricci¨®n en el que la realidad choca con la l¨®gica ¨ªntima de las personas, desvelar no para descifrar o explicar sino para denunciar la magnitud de la sima, declinando, por imposible, toda esperanza de modificar algo que se toma por inexorable. Es una novela depresiva (todo lo contrario que Chico zigzag), y David Grossman no ahorra matices para dejarlo claro; la estructura circular y obsesiva, en la que cada conflicto es analizado y reanalizado, el ritmo premioso y repetitivo, as¨ª como la potente carga simb¨®lica en la que se trasluce una nada complaciente meditaci¨®n sobre el callej¨®n sin salida israel¨ª, lo confirman. Por todo ello, fuera del original¨ªsimo personaje de Aharon, la principal responsabilidad de su efectividad literaria reposa en la trabaz¨®n de la prosa y en la capacidad metaf¨®rica exhibidas por Grossman.