El rechazo a los presupuestos abre en Navarra el debate sobre una alternativa a UPN

?Existe alternativa progresista al encubierto gobierno de coalici¨®n que desarrollan UPN y CDN en Navarra? ?Es factible alcanzar en 2003 una mayor¨ªa parlamentaria sin contar con los votos de Batasuna?

Las claves de la pol¨ªtica navarra pasan ahora mismo por desentra?ar estas preguntas, que todos los partidos pol¨ªticos se hacen, desde que el Ejecutivo conservador de UPN viera c¨®mo su proyecto presupuestario para 2002 era rechazado. La inherente pr¨®rroga presupuestaria resalta su inhabilitaci¨®n como interlocutor ¨²nico de los agentes sociales, municipios y colectivos sociales.

Nunca en la ¨²ltima d¨¦cada se hab¨ªa vislumbrado en Navarra una mayor imagen de debilidad de un gobierno y nunca, seg¨²n la oposici¨®n, ha estado tan cerca la posibilidad de una alternativa que desplace a la derecha del Gobierno de Navarra tras siete a?os consecutivos en el poder.

UPN, con 22 esca?os en un Parlamento de 50 miembros, ha padecido una dur¨ªsima traves¨ªa del desierto en 2001, viendo c¨®mo numerosas de sus iniciativas legislativas eran rechazadas por la c¨¢mara, ha sido incapaz de sacar adelante las cuentas del 2002 y se empe?a ahora en gobernar por decreto repescando las medidas que el Parlamento navarro rechaz¨®.

Su actitud de negociar las nuevas habilitaciones presupuestarias y los futuros suplementos de cr¨¦dito con el CDN de Juan Cruz Alli, su escisi¨®n natural, han llevado a los socialistas a considerar que UPN ha formado de facto un gobierno de coalici¨®n para salvar el resto de la legislatura.

'La situaci¨®n se est¨¢ aclarando y frente a una derecha que tiende a consolidarse como aut¨¦ntica coalici¨®n encubierta, debemos fortalecer una movida progresista capaz de asumir el gobierno en 2003', repite el secretario general del PSN-PSOE, Juan Jos¨¦ Lizarbe.

Los nacionalistas de EA-PNV e IUN-NEB, con quienes el PSN viene coordinando su trabajo parlamentario, han indicado su deseo de trabajar en el mismo sentido. Incluso Alli considera 'leg¨ªtima' y 'l¨®gica' la aspiraci¨®n socialista de liderar un cambio pol¨ªtico en Navarra, al que tambi¨¦n los convergentes han sido expl¨ªcitamente invitados. S¨®lo Batasuna desde?a el ofrecimiento del PSN-PSOE. Su portavoz, Pernando Barrena, insiste en que esas llamadas son un pronunciamiento 'de cara a la galer¨ªa'.

La postura radical es l¨®gica puesto que el PSN no cuenta con Batasuna para conformar un gobierno alternativo. 'Mientras no se desliguen con claridad del terrorismo de ETA y acepten las reglas democr¨¢ticas jam¨¢s se contar¨¢ con ellos', subrayan fuentes de la Ejecutiva de Lizarbe.

Bisagra parlamentaria

No obstante, a tenor del actual reparto parlamentario en Navarra, es explicable el argumento de Batasuna, dado que sus siete parlamentarios son una bisagra indispensable para obtener mayor¨ªas parlamentarias. A los 11 esca?os del PSN, se suman 6 de EA-PNV e IUN-NEB, lo que configura un bloque de 17, enfrentado a los 25 esca?os que suman UPN-CDN. Para derrotar a la derecha, el bloque opositor ha necesitado siempre de los votos de la extinta Euskal Herritarrok, escindidos en Batasuna (7) y Batzarre (1).

?De d¨®nde proviene, entonces, el optimismo del bloque progresista ante las expectativas electorales de 2003?

Fundamentalmente de dos factores: la desaparici¨®n del mecanismo de elecci¨®n autom¨¢tica de presidente de Navarra, tras la reforma del Amejoramiento del Fuero y la previsible p¨¦rdida de peso electoral de Batasuna. El primero beneficiaba siempre al candidato de la lista m¨¢s votada. El segundo convirti¨® al radicalismo independentista en ¨¢rbitro parlamentario de Navarra. Ambas circunstancias incrementan las expectativas de cualquier candidato alternativo en las elecciones auton¨®micas 2003.