Cortando las olas

Splashdown transmite una sensaci¨®n parecida a la admiraci¨®n colectiva que produc¨ªa la excelente representaci¨®n infogr¨¢fica de los dinosaurios en la pel¨ªcula Parque Jur¨¢sico. Con el filme de Spielberg los cin¨¦filos, y los no tan cin¨¦filos, se percataron de que la industria del s¨¦ptimo arte hab¨ªa dado un paso adelante, que hab¨ªa evolucionado un poco m¨¢s. El divertido y veloz juego de carreras de motos acu¨¢ticas creado por Rainbow Studios muestra una generaci¨®n en tiempo real del agua y su comportamiento que deja boquiabierto a quien lo ve, perdiendo inicialmente cualquier inter¨¦s por el juego y centrando la atenci¨®n en observar la espectacular forma en que se presentan los l¨ªquidos. Primero sorprende por el aspecto gr¨¢fico al reflejar la luz, producir brillos y actuar como espejo al tiempo que no deja de moverse produciendo ondas y olas en todas direcciones. Luego sorprende m¨¢s por el aspecto f¨ªsico, pues las motos de agua interact¨²an con el agua como lo har¨ªan en la realidad, generando estelas que, por ejemplo, un corredor puede utilizar como rampas para realizar saltos. Splashdown demuestra que el mundo del videojuego ha evolucionado un poco m¨¢s, gracias, tambi¨¦n, al enorme potencial de las actuales videoconsolas.

En la pr¨¢ctica, el t¨ªtulo distribuido por la resucitada Atari, permite ser jugado en distintas variantes de competici¨®n. En el modo carrera el usuario compite por liderar la clasificaci¨®n y en su trayectoria desbloquear¨¢ nuevos circuitos y opciones que posteriormente podr¨¢ usar en los modos 'Arcade'. Esta otra forma de jugar se centra m¨¢s en la diversi¨®n con carreras en un ¨²nico circuito, 'Contrarreloj' o la prueba 'Vuelta Libre' en la que priman las piruetas que el piloto sea capaz de realizar sobre su 'Sea-Doo'. Esta variante de motos acu¨¢ticas en las que el piloto va sentado son las elegidas para participar en este t¨ªtulo. Las 'Sea-Doo' tienen ya 10 a?os de historia y han sido popularizadas por el fabricante canadiense Bombardier, inventores tambi¨¦n de la moto de nieve y cuyo nombre debe ser el m¨¢s recordado en verano cuando, en una pl¨¢cida playa, en lugar de escuchar el agradable ir y venir de las olas s¨®lo se oye el estridente y repetitivo ruido producido por una de estas m¨¢quinas del demonio.

El jugador observa la acci¨®n desde detr¨¢s del piloto control¨¢ndole de una forma bastante intuitiva con el mando de la consola. No es suficiente conocer qu¨¦ hace cada bot¨®n para realizar las piruetas, adem¨¢s hay que ser capaz de coger la suficiente velocidad y altura, algo dif¨ªcil en mar abierto donde las olas son realmente un obst¨¢culo a batir. Si se completan los ejercicios con ¨¦xito la puntuaci¨®n aumenta y es lo que determina qui¨¦n vence en las pruebas 'Vuelta Libre' e 'Imitaci¨®n'. ?sta ¨²ltima es especialmente entretenida si se disputa contra un jugador humano gracias a la opci¨®n para dos usuarios que posee el juego.

Hay 15 escenarios repartidos por todo el mundo donde discurren las pruebas, aunque, como ya se ha dicho, no todos est¨¢n disponibles al empezar a jugar. Incluso hay un escenario secreto. Dos de los circuitos son cubiertos, conocidos como 'indoor', uno de ellos situado en Madrid, donde se celebran las pruebas 'Desaf¨ªo' del modo Carrera. En esta competici¨®n, en la que s¨®lo participan dos pilotos corriendo simult¨¢neamente, quien resulta derrotado pasa a formar parte del equipo ganador. El gancho para hacerse con todos es que cada corredor posee una cabriola propia que s¨®lo ¨¦l sabe ejecutar y por la que los jueces otorgan la mejor puntuaci¨®n. De esta forma el jugador va aumentando el n¨²mero de pilotos disponibles, hasta un total de nueve. As¨ª, abriendo circuitos, consiguiendo nuevos personajes e incluso distintos trajes de neopreno para ellos, el juego va emanando el incentivo necesario para que la vida del mismo se alargue m¨¢s all¨¢ de las carreras r¨¢pidas.