Un Tour sin monta?as ni azafatas
Eddy Merckx convenci¨® a los dirigentes de Qatar para acoger, desde ayer, a los mejores ciclistas en la primera carrera del Golfo
Para aquellos que pensaban que era imposible organizar una carrera ciclista sin misses en la salida y sin azafatas en el podio he ah¨ª una refutaci¨®n: ayer, en una carrera de primer nivel, con cracks como Laurent Jalabert y Jan Ullrich entre los participantes, al ganador, el potente sprinter italiano Ivan Quaranta, no le entregaron los trofeos correspondientes, ni le vistieron con los maillots oro y plata, las guapas correspondientes, sino un serio y barbudo jeque ¨¢rabe. Nadie se rasg¨® las vestiduras. Bienvenidos al Tour de Qatar, al ciclismo global del siglo XXI, al ¨²ltimo invento de los organizadores europeos para conquistar mercado en pa¨ªses sin tradici¨®n ciclista. Mientras, algunas carreras de gran tradici¨®n, como la Par¨ªs-Niza, corren peligro de desaparecer por falta de patrocinio.
En Qatar, emirato del golfo p¨¦rsico, pa¨ªs artificial regado por el petr¨®leo, nada es imposible. O casi nada. Tienen campos de golf, oasis en el desierto, donde se celebra un torneo del circuito europeo; tambi¨¦n tienen pistas de tenis y organizan un torneo de la ATP. Proyectan construir un circuito de automovilismo para celebrar carreras de f¨®rmula 1 y en 2006 organizar¨¢n los Juegos Asi¨¢ticos, pero lo que nunca conseguir¨¢n jeques y emires de Qatar, por mucho petr¨®leo que siga manando de sus tierras, ser¨¢ un Tourmalet, o un puerto digno de una carrera ciclista. As¨ª, se han dejado convencer por Eddy Merckx, gran vendedor, de lo bonito que ser¨ªa organizar su propio Tour; han logrado que el ¨²nico y verdadero Tour, el Tour de Francia les monte la carrera, con sus vallas, sus podios, sus comisario, su savoir faire, sin azafatas, pero no han podido evitar que las cinco etapas previstas (desde ayer hasta el viernes) sean todas llanas, lisas, a posta para velocistas. Tan regulares como la temperatura, veintipocos grados.
Los 120 participantes, m¨¢s jueces, publicitarios, ch¨®feres, organizadores, directores, mec¨¢nicos y dem¨¢s pasar¨¢n cinco d¨ªas en el mismo hotel, en el mejor de Qatar, el Sheraton de Doha, en el paseo mar¨ªtimo. Llevar¨¢n una vida regalada en jaula de oro. A escasos metros de la llegada de todas las etapas, en la misma recta.
A diferencia del Tour de Burkina Fasso, otra carrera ex¨®tica organizada por el Tour en la que, envueltos en pobreza corren africanos y europeos de tercer nivel, la participaci¨®n en Qatar es de alto nivel y toda europea. Quince equipos, entre ellos el Telekom o el CSC-Tiscali de Jalabert, amigos del Tour. Tambi¨¦n est¨¢n, m¨¢s bien forzados, otros equipos que a¨²n no tienen la invitaci¨®n para el Tour bueno y que saben que una buena disposici¨®n hacia los proyectos globales de los organizadores puede decidir en caso de duda. Y todo ello para el disfrute de unos pocos. 'Como mucho, 30 en la meta', dice Mart¨ªn Perdiguero, un madrile?o rapidillo que fue quinto ayer y que lleg¨® 'flipando'. 'Se nos ha cruzado un camello', dijo. Y alucin¨®.
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