Cornell¨¤ o el anhelo de tener un nuevo Sarri¨¤
A¨²n resonaba el estruendo de la demolici¨®n de Sarri¨¤, en septiembre de 1997, cuando la directiva del Espanyol ya so?aba con construir un nuevo estadio propio. Poco importaba que el club blanquiazul hubiese firmado, tan s¨®lo un mes antes y a escondidas, un contrato con el Ayuntamiento de Barcelona para pasar a disputar sus encuentros en el estadio ol¨ªmpico de Montju?c. Ni siquiera que, en los inicios, la junta se esforzara por vender la nueva sede con gran entusiasmo. 'Montju?c es el futuro', lleg¨® a afirmar el ex presidente Francisco Perell¨®. Lo cierto es que, desde el mismo d¨ªa en que el Espanyol se qued¨® sin su mitificada casa y pas¨® a ser inquilino del ol¨ªmpico, el entonces y actual presidente, Daniel S¨¢nchez Llibre, hizo de la construcci¨®n de un nuevo Sarri¨¤ el gran objetivo de su mandato.
Esa, y s¨®lo esa, sigue siendo la principal raz¨®n por la que ahora el Espanyol anuncia que abandonar¨¢ Montju?c por Cornell¨¤ en 2004 sin esperar a que Barcelona Promoci¨®, la empresa gestora de las instalaciones ol¨ªmpicas, pueda mejorar las condiciones de un contrato que el Espanyol siempre ha considerado injusto. El actual, que expira el pr¨®ximo junio, establece que el club blanquiazul debe abonar anualmente una cantidad fija de 180.303 euros, m¨¢s unos pluses fluctuantes hasta completar una cantidad que ronda los 480.809 euros. La directiva siempre ha sostenido que tal cantidad es abusiva, sobre todo si se compara con lo que pagan otros clubes que juegan en estadios de propiedad municipal. Con este argumento, el Espanyol tiene la intenci¨®n de renegociar a la baja el nuevo contrato que mantendr¨¢ al equipo en Montju?c desde junio hasta el a?o 2004, fecha en la que tiene previsto trasladarse a Cornell¨¤.
Adem¨¢s de estas razones, el cuerpo t¨¦cnico se ha quejado reiteradamente de la dificultad de llenar el ol¨ªmpico -pese a que el Espanyol tiene ahora unos 10.000 socios m¨¢s que en Sarri¨¤- y del impedimento que supone la pista de atletismo que separa el c¨¦sped de las gradas. No es el ¨²nico estadio as¨ª (Riazor y Son Moix tienen una pista semejante), pero los t¨¦cnicos sostienen que, en un estadio con el p¨²blico m¨¢s cercano, el Espanyol sumar¨ªa cada temporada entre seis y ocho puntos m¨¢s.
Los aficionados blanquiazules, por otra parte, siempre han renegado de las dificultades comunicativas de la monta?a y de lo g¨¦lido de un estadio que, de hecho, nunca han sentido como propio. Consciente, S¨¢nchez Llibre ha hecho de la ampliaci¨®n del patrimonio espa?olista su gran bandera. Dio el primer paso con la inauguraci¨®n el pasado septiembre de la ciudad deportiva en Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, y ofreci¨® el segundo, el nuevo campo de Cornell¨¤, para justificar su candidatura a la reelecci¨®n en marzo.
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