Ratificado el fallo que obliga al Estado a pagar por la muerte de un preso
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial que considera a Instituciones Penitenciarias responsable civil del asesinato de Jes¨²s Cano Mu?oz, un preso preventivo de 46 a?os que fue asesinado el 12 de agosto de 1996 por su compa?ero de celda, Pablo Esteban Bienvenido, de 66 a?os y enfermo de esquizofrenia. Los hechos ocurrieron en la c¨¢rcel de Soto del Real. El homicida crey¨® que Cano quer¨ªa envenenarle y le golpe¨® hasta matarle.
El tribunal condena a Instituciones Penitenciarias (el Estado) a indemnizar a la familia de la v¨ªctima, asesorada por Francisco de As¨ªs Vargas Salmer¨®n, con 21 millones de pesetas. Los jueces observan que hubo responsabilidad entre los directivos de la c¨¢rcel por incluir a Esteban Bienvenido en un programa de prevenci¨®n de suicidios y asignarle como compa?ero de celda a la v¨ªctima sin haber avisado a ¨¦sta de la grave esquizofren¨ªa que sufr¨ªa.
El citado programa consiste en asignar una misma celda a un preso normal y a otro con tendencia al suicidio. El preso normal tiene la obligaci¨®n de vigilar a su compa?ero y avisar a los funcionarios ante cualquier incidente. A cambio de esta custodia, recibe beneficios penitenciarios. Eso s¨ª, es preceptivo que sea informado del estado de su compa?ero y que acepte el cometido.
La Sala de lo Penal del Tribunal Superior considera probado que la v¨ªctima no fue avisada de su inclusi¨®n en el citado programa ni fue avisado del grave estado de su compa?ero. Por este motivo, y por la tardanza de los funcionarios en acudir a la celda, a pesar de los gritos de la v¨ªctima, han considerado los jueces que el Estado debe indemnizar a la familia de la v¨ªctima.
El crimen fue terrible. El homicida, que se halla ahora en un centro penitenciario psiqui¨¢trico, pens¨® que su compa?ero de celda quer¨ªa envenenarle. En un descuido, golpe¨® la cabeza de su compa?ero contra el inodoro de la celda; y con una cuchilla de afeitar le produjo decenas de cortes por todo el cuerpo. Cuando llegaron los funcionarios a la celda hallaron al homicida tumbado en la cama y rezando a la Virgen.
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