El heredero de Zaplana
'Los que se interesen por el futuro de la pol¨ªtica valenciana no deben perder la pista de Paco Camps'. Eduardo Zaplana, telonero de lujo en una conferencia pronunciada por el ex consejero de Educaci¨®n, abr¨ªa el mel¨®n sucesorio a la Presidencia de la Generalitat en plena campa?a de las elecciones generales de 2000, se?alando con el dedo al que era n¨²mero uno de la candidatura del PP por Valencia. La digitalina presidencial, sin embargo, no bast¨® para convencer a un personal esc¨¦ptico y renuente a aceptar como definitivo un heredero proclamado a tres a?os vista de las elecciones auton¨®micas. Del escepticismo surgi¨® la necesidad de buscar un oponente a Camps y, primero unos y luego otros, encontraron en Esteban Gonz¨¢lez, portavoz del PP en el Senado, el compa?ero ideal para concursar en la carrera sucesoria. Algunos datos objetivos avalaban esta competici¨®n. Gonz¨¢lez un¨ªa a su relevante cargo institucional una nada despreciable responsabilidad en la ejecutiva de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, donde ocupaba el ¨¢rea de pol¨ªtica auton¨®mica, m¨¢s el padrinazgo del secretario de organizaci¨®n, P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Francisco Camps tambi¨¦n pertenec¨ªa a la ejecutiva en la secretar¨ªa de ¨¢rea de pol¨ªtica sectorial y, pese a alg¨²n ligero contratiempo como fue su paso de secretario de Estado a vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, contaba con la bendici¨®n de Zaplana. La competencia entre ambos parec¨ªa tan real que incluso Canal 9, tan equilibrada para seg¨²n qu¨¦ cosas del PP, se convert¨ªa en pasarela de delfines y entrevistaba el mismo d¨ªa, aunque en programas distintos, a Gonz¨¢lez y Camps. La carrera segu¨ªa.
Pero bastaron unas horas en la jornada inaugural del XIV Congreso Nacional del PP para que toda especulaci¨®n previa fuera vana. Los palos del sombrajo tan artificiosamente construido se cayeron a las primeras de cambio, apenas se supo que Arenas se la ten¨ªa jurada a Garc¨ªa Escudero y que, ante la imposibilidad de removerlo de su cargo, dirig¨ªa sus bater¨ªas hacia sus patrocinados. Zaplana dej¨® hacer y Esteban Gonz¨¢lez pasaba de ser secretario de ¨¢rea a simple vocal nato por su condici¨®n de portavoz en el Senado. La supuesta carrera entre dos se revel¨® tan virtual como inexistente, entre otras razones porque si el presidente de la Generalitat hubiese querido, el portavoz popular en el Senado a¨²n aspirar¨ªa al t¨ªtulo.
Vista con perspectiva la marginaci¨®n de Gonz¨¢lez estaba cantada hac¨ªa mucho tiempo. En la misma campa?a en que Zaplana recomendaba no perder de vista a Camps, el presidente no asist¨ªa a un mitin importante que dio el senador en Torrent, pese a que su presencia estaba anunciada. El tratamiento tan desigual ofrecido a los dos supuestos delfines era una se?al tan inequ¨ªvoca que cualquier corredor de apuestas deber¨ªa haberse dado cuenta antes de ponerse a organizar carreras. De otra parte, la autonom¨ªa pol¨ªtica de Esteban Gonz¨¢lez respecto de las consignas emanadas desde el Palau de la Generalitat tampoco era el mejor aval para ganarse las simpat¨ªas de una personalidad tan absorvente como Zaplana. Y si a todo esto se une la maldad pronunciada el viernes en los pasillos del congreso por un compromisario del PP, seg¨²n la cual Gonz¨¢lez 'estaba demasiado bien visto por la gente de izquierdas', verde y con asas.
Se especulaba con que el Congreso Nacional del PP deb¨ªa despejar la inc¨®gnita del sucesor de Aznar y nada de eso ha ocurrido. Pero en Madrid -?d¨®nde si no?- ha quedado claro qui¨¦n ser¨¢ el heredero de Zaplana, a la espera de su abandono de la pol¨ªtica valenciana all¨¢ por el 2004, cuando sea llamado a otras instancias pol¨ªticas. Francisco Camps, sin que medie congreso alguno de los populares valencianos, ni una triste junta directiva regional, ni ning¨²n otro tr¨¢mite m¨¢s o menos pseudodemocr¨¢tico ha quedado investido oficialmente como el delf¨ªn, l'hereu, el sucesor del actual presidente de la Generalitat quien no le ha escatimado gestos de afecto, ni paseos por los c¨ªrculos del poder en Madrid durante los ¨²ltimos tiempos.
El ex consejero de Educaci¨®n ya es el centro de atenci¨®n de todos los focos, a pesar del relativo ostracismo y alejamiento que supone la vicepresidencia primera del Congreso de los Diputados. Con todo, no se deber¨ªa olvidar que tanta certeza y, a tan largo plazo, es sospechosa; y, por ¨²ltimo: queda claro que Camps es el candidato de Zaplana; ?pero lo es tambi¨¦n en la misma medida y con id¨¦ntico entusiasmo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar? ?sta es la cuesti¨®n.
NI LA CAMISA SALVARON
Una m¨¢xima de Bernat i Baldov¨ª dec¨ªa algo as¨ª como 'sea nuestra divisa, salvar al menos la camisa'. Ni eso han salvado los socialistas en la negociaci¨®n que mantuvieron con el PP a cuenta de la renovaci¨®n de cargos en las cajas de ahorro. Con buen tino, apostaron por la defensa del fuero de la proporcionalidad en las Cortes Valencianas en la elecci¨®n de los consejeros de Bancaixa y, como era de esperar, fueron laminados por el rodillo del PP. Pero m¨¢s tarde, pactaron en la CAM a costa del fuero. Todo un ejemplo de contradicci¨®n interna que los populares agravaron de forma humillante para el PSPV. Ahora el l¨ªo puede llegar a la Fundaci¨®n Bancaixa donde, si no espabilan, perder¨¢n el ¨²ltimo resto de camisa que les queda.
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