La larga crisis de la banca japonesa
La banca japonesa, como reflejo de la larga crisis que vive Jap¨®n, es constante noticia en la prensa econ¨®mica mundial. Para algunos (los estructuralistas), la crisis bancaria es una de las causas principales de los males de la econom¨ªa japonesa al no estar cumpliendo los bancos con su funci¨®n t¨ªpica de intermediaci¨®n financiera. Resolvamos, pues, los problemas de la banca y Jap¨®n habr¨¢ dado un gran paso adelante para salir de su depresi¨®n cr¨®nica. Para otros (los keynesianos), 'carece de fundamento pensar que los problemas bancarios causaron el desastre japon¨¦s o que su resoluci¨®n restaurar¨¢ la prosperidad' (Tobin).
En lo que todo el mundo coincide es en que la banca japonesa padece un muy grave problema de morosidad, lo que est¨¢ desembocando en una crisis de solvencia de dichas entidades. El origen hist¨®rico de esta explosi¨®n de morosidad est¨¢ en el estallido de la burbuja especulativa de los a?os ochenta, pero para explicar el nivel de morosidad alcanzado hoy en d¨ªa, si cabe, son m¨¢s relevantes tanto la larga recesi¨®n econ¨®mica que vive el pa¨ªs (especialmente desde 1998) como la deflaci¨®n que sacude a la econom¨ªa japonesa.
La banca japonesa padece un muy grave problema de morosidad, que est¨¢ desembocando en una crisis de solvencia
La gesti¨®n bancaria ha sido conservadora y su preferencia por los bonos p¨²blicos se ha reforzado por la escasa demanda de cr¨¦dito
Aunque a veces se publican datos muy diferentes, si seguimos a la Agencia de Servicios Financieros, el dato de pr¨¦stamos de dudoso cobro alcanza los 65,771 billones de yenes (final de marzo de 2001). Dado que los importes del PIB japon¨¦s y de los cr¨¦ditos totales de la banca son muy parecidos, la proporci¨®n entre, por un lado, los pr¨¦stamos morosos y, por otro lado, el PIB y los cr¨¦ditos bancarios totales alcanza un 12,2%.
Un nivel tan alto de morosidad acaba minando la solvencia de las entidades bancarias. El propio gobernador del Banco de Jap¨®n ha se?alado que al final del a?o fiscal 2000 el coeficiente de solvencia (tier 1) de los bancos japoneses que operan internacionalmente era del 6,6%. Como es sabido, el concepto de capital que utilizan los bancos japoneses es bastante laxo, ya que incluye los fondos reembolsables que el Estado ha venido inyectando en los mismos, impuestos diferidos, revalorizaciones contables de sus tenencias de inmuebles, etc¨¦tera. Utilizando el criterio contable norteamericano, el gobernador Hayami rebajaba el coeficiente citado al 4%, muy por debajo del est¨¢ndar acordado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS).
?Podemos inferir de todo lo anterior que en Jap¨®n estamos ante un credit crunch (crisis de liquidez) como el registrado en 1997-1998? El argumento m¨¢s claro contra esa idea se deriva de la clara mejor¨ªa de la actitud prestamista de las instituciones financieras, que ha pasado de negativa en 1997-1998 a acomodaticia o positiva en la actualidad (el ¨ªndice de difusi¨®n recogido en el informe Tankan ha mejorado m¨¢s 40 puntos desde 1998). Simplemente, la banca ha sido conservadora en su gesti¨®n de activos en estos tres ¨²ltimos a?os (l¨®gico en un proceso de saneamiento de las entidades) y su preferencia por los bonos p¨²blicos se ha visto reforzada por la escasa demanda de cr¨¦dito de las empresas (que tambi¨¦n est¨¢n inmersas en un proceso de saneamiento financiero y reestructuraci¨®n productiva).
Por otra parte, y para complicar m¨¢s la situaci¨®n, creemos que la banca japonesa tiene adem¨¢s un problema de gesti¨®n estrat¨¦gica. ?ste se plasma, por un lado, en la dificultad para generar un mayor volumen de beneficios (que aumenten los recursos propios de las entidades) y, por otro lado, en su contrastada deficiente evaluaci¨®n de riesgos (lo que agrava el ya citado problema de morosidad).
Durante muchos a?os (que algunos autores han descrito como de 'socialismo financiero'), los tipos de inter¨¦s no han funcionado en Jap¨®n como indicadores de escasez; la evaluaci¨®n de riesgos ha sido nula por los estrechos v¨ªnculos existentes entre las empresas dentro de grandes conglomerados (siempre con un gran banco como elemento de referencia de los mismos), y una cuesti¨®n importante: un fuerte crecimiento econ¨®mico durante 40 a?os. Poco a poco, ese escenario econ¨®mico se est¨¢ transformando: la financiaci¨®n de proyectos, m¨¢s que de empresas, es cada vez m¨¢s necesaria, especialmente de peque?as empresas y en el sector servicios; las alternativas a la t¨ªpica financiaci¨®n bancaria para las empresas, especialmente las grandes, son cada vez mayores; la escasez de ahorro predominante en la econom¨ªa japonesa en sus primeros a?os de crecimiento se ha transformado en un significativo exceso de ahorro; los grandes conglomerados (keiretsu) se est¨¢n rompiendo, quebrando incluso empresas relevantes de los mismos. En este nuevo escenario, la tradicional banca japonesa se est¨¢ desenvolviendo mal. Aunque en los ¨²ltimos a?os los bancos japoneses han cambiado actitudes, procedimientos, m¨¦todos de gesti¨®n etc¨¦tera, esos cambios son todav¨ªa insuficientes.
?Qu¨¦ pueden hacer las autoridades japonesas para solucionar los graves problemas que sufren las entidades bancarias? Veamos qu¨¦ han hecho hasta el momento las autoridades y por qu¨¦ no han sido suficientes estas medidas.
En 1998, el Gobierno aprob¨® un ambicioso paquete de salvamento de las entidades bancarias. Por un lado, inyect¨® capital en los bancos (hasta marzo de 2001 esa operaci¨®n ascendi¨® a 9,3 billones de yenes). Por otro lado, fortaleci¨® la Corporaci¨®n de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (la dotaci¨®n autorizada a la Corporaci¨®n ascendi¨® a 18 billones de yenes). Por ¨²ltimo, aprob¨® una serie de medidas para fortalecer la supervisi¨®n bancaria y para facilitar el reflotamiento de entidades en crisis (creaci¨®n de una agencia de supervisi¨®n independiente del Ministerio de Finanzas, establecimiento de normas prudenciales m¨¢s rigurosas sobre gesti¨®n y calificaci¨®n de riesgos, creaci¨®n de una serie de instituciones para favorecer la liquidaci¨®n de fallidos y el saneamiento de entidades, etc¨¦tera).
La prueba m¨¢s evidente de la insuficiencia de las medidas adoptadas la tenemos en los datos aportados al comienzo de este art¨ªculo. En concreto, cabe mencionar varias ense?anzas de las medidas de 1998: en primer lugar, el saneamiento de entidades con un grave problema de morosidad es muy complicado en un escenario macroecon¨®mico depresivo. En ese contexto, se comprueba que la morosidad es un fen¨®meno din¨¢mico y que se multiplica seg¨²n crecen las suspensiones de pagos y las quiebras. En segundo lugar, el reforzamiento de las medidas prudenciales y supervisores empeora a corto plazo las estad¨ªsticas de morosidad, ya que tiende a hacerse m¨¢s estricta la clasificaci¨®n de activos de riesgo. Un ejemplo de efecto perverso de una medida prudencial positiva lo tenemos con la aplicaci¨®n desde septiembre de 2001 de la contabilizaci¨®n seg¨²n el precio de mercado de las acciones de las que son titulares los bancos (justo en un periodo de desplomamiento del Nikkei). En tercer lugar, cambiar actitudes es m¨¢s complicado que cambiar normas. Con motivo de las suspensiones de pagos de Sogo y Mycal (s¨®lo esta ¨²ltima cadena de distribuci¨®n ten¨ªa un pasivo de 1,7 billones de yenes) se ha apreciado la escasa prudencia valorativa de las entidades. Mycal deber¨ªa haber estado registrado como 'deudor en peligro de quiebra' (lo que obliga a provisionar como m¨ªnimo el 70% de esa deuda), pero no ha sido as¨ª. De hecho, las provisiones totales no han superado el 15% de la deuda con los bancos. Incluso un gran banco japon¨¦s increment¨®, en el primer semestre de 2001, los pr¨¦stamos a Mycal en un 60%. En cuarto lugar, la participaci¨®n del Gobierno en el saneamiento de las p¨¦rdidas bancarias, cuando ¨¦stas comprometen la viabilidad del sistema financiero, parece incuestionable. Se puede discutir c¨®mo intervenir, pero no la propia intervenci¨®n. Esto ¨²ltimo ha sido muy frecuente en Jap¨®n desde el comienzo de la crisis. En quinto lugar, la estrategia mantenida por las autoridades japonesas durante a?os (esperar a que los problemas se acabaran resolviendo solos) se ha demostrado err¨®nea. La experiencia n¨®rdica en la d¨¦cada de los a?os noventa es la contraria: acciones inmediatas para atacar los problemas de solvencia de la banca. Buena parte de la escasa presi¨®n sentida por el Gobierno japon¨¦s para solucionar r¨¢pidamente este problema se debe a que Jap¨®n es un gran acreedor exterior neto.
El Gobierno de Koizumi deber¨ªa aprobar un plan concreto de saneamiento bancario (alguna medida concreta ya ha sido presentada al Parlamento). Por las declaraciones p¨²blicas del Gabinete, algunas l¨ªneas generales del mismo podr¨¢n ser las siguientes:
- Reforzamiento de las inspecciones ordinarias de los bancos y realizaci¨®n de inspecciones especiales para comprobar la calificaci¨®n de riesgos y la dotaci¨®n de provisiones desarrollada por las entidades sobre ciertos deudores.
- Sistematizaci¨®n de las situaciones de riesgo de los deudores y de las actuaciones a desarrollar en cada caso: elaboraci¨®n de planes de reestructuraci¨®n de deudas, actuaci¨®n contra los deudores seg¨²n las leyes civiles, venta de deudas a la Resolution and Collection Corporation, inyecci¨®n de dinero p¨²blico, etc¨¦tera.
- Medidas para facilitar la compra y posterior gesti¨®n de pr¨¦stamos de dudoso cobro por la Resolution and Collection Corporation, que podr¨ªa llegar incluso al saneamiento y revitalizaci¨®n de empresas deudoras con problemas. Hasta el momento, la RCC ha comprado pr¨¦stamos morosos de la banca por un importe muy reducido: unos 40.000 millones de yenes, obteniendo un descuento del 96% del valor facial de los mismos. En este terreno, la RCC compite con bancos privados de inversiones, como Goldman Sachs y Morgan Stanley, que ya est¨¢n realizando operaciones de titulizaci¨®n de deudas.
- Creaci¨®n de un fondo p¨²blico que adquiera ordenadamente las participaciones cruzadas y, en general, de las inversiones en acciones de la banca.
Con medidas de este tipo se acelerar¨¢ el proceso de saneamiento bancario, pero ser¨¢n insuficientes si la recuperaci¨®n econ¨®mica no llega. Estamos seguros de que una vez que comience la recuperaci¨®n, se estimular¨¢ la demanda de cr¨¦dito y as¨ª se restablecer¨¢ plenamente la funci¨®n de intermediaci¨®n financiera de la banca.
Antonio Carrascosa es consejero comercial de la Embajada de Espa?a en Jap¨®n.
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