Ron Howard relata el doloroso viaje de John Nash desde la genialidad a la locura
'Una mente maravillosa' est¨¢ inspirada en la vida del matem¨¢tico premio Nobel en 1994
La paradoja de una mente brillante y privilegiada atacada desde dentro por una enfermedad tan terrible como la esquizofrenia, el viaje que inicia esta persona de la genialidad a la locura y, finalmente, a su curaci¨®n plena, fue lo que anim¨® al director Ron Howard a llevar al cine la vida de John Nash, un matem¨¢tico premio Nobel de Ciencias Econ¨®micas en 1994. Una mente maravillosa es, seg¨²n Howard, 'una historia que reconoce la pesadilla de la enfermedad, pero en la que se vislumbra un camino a la esperanza'. El filme, protagonizado por Russell Crowe y que ha conseguido ocho nominaciones a los oscars que se conceder¨¢n en marzo, se estrena en Espa?a el pr¨®ximo viernes.
'No hay una base ver¨ªdica de la supuesta homosexualidad de John Nash'
A Ron Howard se le ve m¨¢s que relajado. No puede disimular su felicidad. Parece incluso que disfruta con la maratoniana y pesada promoci¨®n que realiza estos d¨ªas por Europa. Razones no le faltan. Su ¨²ltima pel¨ªcula, Una mente maravillosa, no s¨®lo se ha convertido en un importante ¨¦xito de p¨²blico en Estados Unidos, sino que ha contado con el apoyo de la Academia de Hollywood, con 8 candidaturas a los oscars, entre ellas las de mejor pel¨ªcula, mejor director y mejor actor protagonista. En su visita ayer a Madrid, Howard, nacido en Oklahoma hace 47 a?os, confes¨® su admiraci¨®n por el viaje de John Nash a trav¨¦s de la vida. 'Fue tan dram¨¢tico y a la vez tan po¨¦tico....'. Y su deseo ante la ceremonia de los oscars: 'El premio que m¨¢s me gustar¨ªa es el de mejor pel¨ªcula'. Naturalmente, lo recoger¨ªa ¨¦l, porque Una mente maravillosa es fruto de la productora que posee Howard con su socio, Brian Grazer. Ser¨ªa el primer Oscar en su carrera.
Una mente maravillosa, basada en la biograf¨ªa del mismo t¨ªtulo escrita por Sylvia Star -publicada en Espa?a por la editorial Mondadori-, narra la vida del exc¨¦ntrico matem¨¢tico John Nash, que hizo un descubrimiento asombroso al comienzo de su carrera y le hizo famoso en el mundo entero. Atacado por una aguda esquizofrenia paranoide, acab¨® perdido en un mundo de falsas percepciones. Nash decidi¨® combatir su enfermedad, que se cre¨ªa incurable, con la inestimable ayuda y tenaz lucha de su mujer, Alicia, interpretada en el filme por Jennifer Connelly. En 1994, ya curado, recibi¨® el Premio Nobel por su teor¨ªa del juego, una de las ideas m¨¢s influyentes del siglo XX.
Algunos silencios
El filme ha sido criticado por algunos por el silencio que impone sobre diversos aspectos de la biograf¨ªa de Nash, como su supuesta homosexualidad o el divorcio solicitado por su mujer. 'Son dos de los elementos que tuvimos que dejar a un lado para mostrar lo que para nosotros era la parte m¨¢s interesante de la historia: la lucha de Nash contra la enfermedad y el amor de su mujer. Adem¨¢s, no hay base ver¨ªdica para la supuesta homosexualidad o la experimentaci¨®n sexual de Nash. Eso sali¨® en una biograf¨ªa no autorizada. Eran s¨®lo rumores, y yo hubiera cometido una irresponsabilidad si lo hubiera metido en la historia. Adem¨¢s, en los a?os cuarenta y cincuenta mucha gente ve¨ªa una conexi¨®n directa entre la homosexualidad y la enfermedad mental y nosotros no quer¨ªamos entrar en eso, no quer¨ªamos presentar una causa de la esquizofrenia. No fue por miedo. Adem¨¢s, Nash niega que fuera homosexual. Yo no voy a sacar del armario a un se?or de 70 a?os... No iba por ah¨ª la pel¨ªcula. Con respecto al divorcio, es verdad que Alicia Nash pidi¨® la separaci¨®n de su marido cuando, en plena enfermedad, desapareci¨® durante varios a?os. Cuando volvi¨® a aparecer, ella decidi¨® volver con ¨¦l. Hace unos a?os volvieron a casarse y siguen viviendo juntos cuidando a su hijo, que tambi¨¦n es esquizofr¨¦nico. Pero me salt¨¦ esta parte de la historia por problemas de extensi¨®n. No pod¨ªa hacer una pel¨ªcula de tres horas', se disculpa Howard.
Sus calcetines blancos de deporte, marca Puma, bajo unas zapatillas de un color descafeinado, contrastan con una elegante camisa gris oscuro y chaqueta negra. Sus respuestas son largas y muy reiterativas y acaba diciendo: 'Todas estas reflexiones sobre la homosexualidad y el divorcio son muy interesantes, pero para un director es frustrante, porque prefiero hablar de lo que tenemos y no de lo que pod¨ªamos haber tenido. Una pel¨ªcula est¨¢ hecha de muchas elecciones art¨ªsticas y creativas', finaliza, pero sin mostrar signos de enfado o molestia. Al contrario, es un hombre complaciente y amable.
Howard, con una larga y exitosa carrera como director en diferentes g¨¦neros -1, 2, 3, Splash; Cocoon; Dulce hogar... a veces; Llamarada, o Un horizonte muy lejano- tras una inicial y no muy larga dedicaci¨®n a la interpretaci¨®n, reconoce que fue con Apollo 13, realizada en 1995, cuando cruz¨® una frontera en el aprendizaje dram¨¢tico del cine. 'Con Apollo 13 aprend¨ª a controlar el dramatismo en historias en las que hablo de gente real, y a fiarme del p¨²blico, que entendi¨® perfectamente la pel¨ªcula a pesar de utilizar un lenguaje muy t¨¦cnico y cient¨ªfico'. 'Una mente maravillosa y Apollo 13', sigue explicando Howard, 'son dos ejemplos muy distintos de lo que hacer con una historia real. Apollo 13 es una recreaci¨®n hist¨®rica de unos hechos, un reflejo de lo que pas¨® con todo lujo de detalles. En Una mente maravillosa utilizamos un caso real para contar una historia, que en este caso es sobre la esquizofrenia'.
Si algo ten¨ªa claro Howard, y de verdad que hace alarde de una gran seguridad, es que el protagonista de Una mente maravillosa ten¨ªa que ser Russell Crowe. 'Era crucial que Russell estuviera en el filme. Cuando estuve hablando con ¨¦l, me di cuenta de que, aparte del carisma y el talento como actor, tiene un intelecto muy activo y la inteligencia es algo que no se puede fingir delante de una c¨¢mara', dice el realizador, que resalta tambi¨¦n el buen gusto y la integridad dram¨¢tica del int¨¦rprete a la hora de actuar.
Proyecci¨®n emocionante
Howard explica que John Nash y su esposa fueron de los primeros en ver la pel¨ªcula. No oculta, sin embargo, la inicial precauci¨®n del matrimonio a que su vida fuera llevada a la pantalla. Howard acompa?¨® en una proyecci¨®n del filme al matrimonio Nash. 'Fue muy emocionante, pero yo estaba muy nervioso', recuerda. 'Nash guard¨® cierta distancia, parec¨ªa que ve¨ªa la pel¨ªcula sin problemas. Hasta que lleg¨® la escena del tratamiento de shock con insulina. Alicia empez¨® a llorar y Nash apart¨® sus ojos de la pantalla. Luego, hablando con ¨¦l, me dijo que hab¨ªa sufrido un impacto muy fuerte porque hab¨ªa pasado por esa experiencia muy dolorosa de su vida, pero no lo hab¨ªa visto desde fuera. M¨¢s tarde pidi¨® ver de nuevo la pel¨ªcula. En esta ocasi¨®n me coment¨® que estaba muy contento porque la hab¨ªa podido ver desde la distancia, como una pel¨ªcula y no como una pesadilla'. Son los recuerdos reales de un hombre, Ron Howard, que encontr¨® y admir¨® a un genio, John Nash.
Babelia
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