Bush desautoriza la oficina del Pent¨¢gono para 'intoxicar' a la prensa

La Oficina de Informaci¨®n Estrat¨¦gica (OIE), con la que el Pent¨¢gono aspiraba a intoxicar a la prensa internacional o, seg¨²n el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, 'a utilizar ocasionalmente el enga?o t¨¢ctico contra el enemigo', podr¨ªa cerrarse antes de alcanzar el pleno funcionamiento. Rumsfeld afirm¨® el domingo que 'todos los planes' sobre la OIE estaban en revisi¨®n, 'incluyendo su propia existencia'. Y el portavoz de la Casa Blanca declar¨® que a George W. Bush no le hab¨ªa gustado el proyecto al conocerlo la pasada semana.

La tormenta pol¨ªtica que descarg¨® sobre la OIE cuando The New York Times revel¨® su existencia, la semana pasada, ha puesto a la oficina de desinformaci¨®n en serio peligro de muerte. De repente, el proyecto parece haber tenido un origen aut¨®nomo, del que nadie fue responsable. Tras dos meses de funcionamiento parcial y bajo el mando de un general de Aviaci¨®n, Simon Warden, que ha enviado informes y propuestas a centenares de oficinas gubernamentales y privadas, adem¨¢s de contratar el asesoramiento de una conocida agencia de relaciones p¨²blicas de Washington, todo el mundo en el Gobierno dice haberse enterado por la prensa y se multiplican las muestras de indignaci¨®n ante los planes de la OIE.

Resulta dif¨ªcil de creer que Bush lo ignorara todo sobre la OIE y supiera de ella 'por un peri¨®dico' cuando se encontraba de viaje en China, la semana pasada. El portavoz presidencial, Ari Fleischer, afirm¨® ayer que Bush 'no hab¨ªa o¨ªdo absolutamente nada' sobre la nueva oficina, creada en noviembre. 'Puedo decir que el presidente se sentir¨ªa inquieto si existiera una oficina cuya misi¨®n no consistiera en diseminar la verdad y los hechos', declar¨® Fleischer, quien no quiso hacer comentarios sobre c¨®mo era posible que se hubiera creado un departamento dentro del Pent¨¢gono, se hubiera nombrado un general para dirigirlo, se hubiera establecido un presupuesto y se hubiera reunido un grupo de trabajo sin que el 'comandante en jefe' tuviera la menor noticia.

La portavoz del Ministerio de Defensa, Victoria Clarke, anunci¨® por su parte que Rumsfeld hab¨ªa ordenado 'una revisi¨®n profunda' del pol¨¦mico proyecto. 'El secretario de Defensa nos ha pedido que lo miremos todo con mucha atenci¨®n, y una de las cuestiones que nos ha planteado es si realmente debe existir la OIE', declar¨®.

Clarke admiti¨® que las noticias sobre el posible uso de la OIE para difundir informaciones falsas en medios de pa¨ªses aliados y enemigos, una idea reconocida por numerosas fuentes del Pent¨¢gono, hab¨ªa colocado el proyecto en una situaci¨®n 'muy delicada'. Varios miembros del Congreso expresaron su oposici¨®n rotunda a la OIE, que supondr¨ªa desplazar hacia el Ej¨¦rcito estadounidense una tarea, la desinformaci¨®n, que siempre hab¨ªa reca¨ªdo en el Departamento de Estado y en la CIA.

El viernes pasado, la Sociedad Americana de Editores de Peri¨®dicos envi¨® una carta al secretario de Defensa en la que advert¨ªa que la difusi¨®n de noticias inciertas supondr¨ªa 'un mal camino' para un pa¨ªs como Estados Unidos, que intentaba mantener la superioridad moral. 'Los periodistas de este pa¨ªs y de todo el mundo conf¨ªan en los portavoces del Pent¨¢gono. En este momento de nuestra historia, mantener esa confianza resulta de extrema importancia', dec¨ªa la carta, firmada por el presidente de la asociaci¨®n de editores, Tim McGuire.