La peseta desaparece esta noche tras 133 a?os de historia
El Banco de Espa?a inicia un plan para cubrir la inesperada demanda de monedas de un euro
La rubia se acerca silenciosa a sus ¨²ltimas horas de vida. La peseta morir¨¢ esta medianoche, para pasar el testigo al euro de forma irreversible tras m¨¢s de 133 a?os de historia. El relevo pone fin a una etapa de dos meses de convivencia entre ambas divisas, caracterizada por la ausencia de problemas graves y escasos signos de nostalgia entre los ciudadanos ante la desaparici¨®n definitiva de la moneda. 'No echo en falta a la peseta; me encanta el euro', sentenciaba ayer Teresa S¨¢nchez, propietaria de una florister¨ªa en Madrid. En realidad, el euro se impuso de inmediato en los pagos. Una explosi¨®n inesperada de la demanda de monedas de un euro ha llevado al Banco de Espa?a a ordenar que se fabriquen unos 60 millones de piezas de esta denominaci¨®n. Junto a la peseta, desaparecen esta medianoche otras siete divisas y culminar¨¢ un proceso iniciado hace 30 a?os: el euro se convertir¨¢ en la moneda com¨²n de 12 pa¨ªses europeos.
'Pasamos ol¨ªmpicamente de la peseta', afirma rotundo el quiosquero Manuel Barrasa. Sesenta d¨ªas han bastado para cambiar las tornas en la mayor parte de los comercios. A principios de a?o, los problemas en el comercio surg¨ªan a causa del euro, ahora se monta un peque?o revuelo cada vez que un cliente quiere pagar en pesetas. 'Cuesta trabajo hacer la operaci¨®n cuando alguien viene con pesetas', confirma el estanquero F¨¦lix Getafe.
Casi el 100% de las transacciones se efect¨²a en la nueva moneda pr¨¢cticamente desde la ¨²ltima semana de enero. 'La peseta ha desaparecido sin piedad', asegura el portavoz de la Confederaci¨®n Espa?ola de Consumidores y Usuarios (CECU), Antonio L¨®pez. A partir de ma?ana, todas las operaciones deber¨¢n ser en euros, porque la peseta ya no existir¨¢ como moneda de curso legal. Pero los billetes y monedas de la antigua divisa se podr¨¢n canjear en los bancos y cajas de ahorro hasta el 30 de junio y, de forma indefinida, en las sucursales del Banco de Espa?a, que, en t¨¦rminos de circulaci¨®n efectiva, estima que la peseta falleci¨® el 18 de enero.
'El peque?o comercio est¨¢ muy satisfecho de c¨®mo se ha desarrollado este proceso', explica Javier Mill¨¢n Astray, secretario general de la Confederaci¨®n Espa?ola de Comercio, que agrupa a 670 asociaciones con m¨¢s de 300.000 peque?os negocios. 'Est¨¢ orgulloso de la imagen de modernidad mostrada', a?ade. El euro se asocia al progreso, y de ah¨ª que apenas se guarde luto por la peseta. 'Desde el primer d¨ªa, a la gente le hac¨ªa mucha ilusi¨®n pagar en euros', relata Victoria Caparr¨®s, camarera en un c¨¦ntrico bar de Madrid.
Con la desaparici¨®n de las divisas nacionales culmina el mayor cambio de moneda de la historia. S¨®lo en Espa?a, durante los dos primeros meses de convivencia del euro y la peseta se han retirado de la circulaci¨®n billetes y monedas por un valor total de 42.047 millones de euros, es decir, el 86% del dinero que circulaba a finales del a?o pasado, por encima de las previsiones del Banco de Espa?a. De forma paralela se han puesto en circulaci¨®n 44.719 millones de euros en monedas y billetes.
Dos meses de locura
'Estos dos meses han sido un poco locos, pero muy productivos', explica Javier Ariztegui, director general de Operaciones, Mercados y Sistemas de Pagos del Banco de Espa?a, en su despacho de la sede central de este banco. 'Creo que han salido las cosas muy bien: primero, por el entusiasmo de los ciudadanos, y segundo, por la profesionalidad de la gente que estaba en esto, tanto en la Administraci¨®n p¨²blica como en el sistema bancario y el comercio', indica Ariztegui.
Incluso los peores augurios sobre las grandes subidas de precios que deparar¨ªa el redondeo se han visto bastante amortiguados. Excepto los restaurantes y algunos peque?os comercios, el resto de los sectores ha mantenido la moderaci¨®n. No obstante, la CECU cree que los precios han subido en un 30% de los productos.
Pese a que todo ha salido mejor de lo previsto, los comerciantes sue?an ya con perder de vista la doble caja de pesetas y de euros que se han visto obligados a mantener estos dos meses: 'Desde ma?ana no cojo ni una peseta', asegura en¨¦rgico Quint¨ªn Moreno, vendedor de la ONCE.
En medio de tanto dinero se ha detectado una falta de monedas de un euro debido a la extraordinaria demanda del mercado. Cuando se calcul¨® el n¨²mero de piezas de cada denominaci¨®n que ser¨ªan necesarias, despu¨¦s de haber consultado al sector del comercio y de las m¨¢quinas de venta autom¨¢tica, entre otros, se apost¨® por que las de 50 c¨¦ntimos sustituir¨ªan a las monedas de 100 pesetas, de las m¨¢s utilizadas. No ha sido as¨ª del todo. 'La gente ha preferido las de un euro; no es un problema de c¨¢lculo', explica Susana Maldonado, responsable del euro en el Consejo Superior de C¨¢maras de Comercio. 'Es cierto, faltan monedas de un euro; a nosotros apenas nos sirven', confiesa extraoficialmente el subdirector de una oficina bancaria. En un principio, se acu?¨® el triple de monedas de 50 c¨¦ntimos que de un euro, algo que ha ocurrido en otros pa¨ªses de la zona euro.
'El Tesoro P¨²blico y el Banco de Espa?a ya han activado un plan especial de producci¨®n de monedas de un euro para satisfacer las exigencias de la demanda: se van a producir muchas monedas de un euro y se dejar¨¢n de fabricar de 50 c¨¦ntimos', dice Ariztegui.
El sector de las m¨¢quinas recreativas, uno de los que utiliza m¨¢s monedas, se prepar¨® para utilizar m¨¢s piezas de 50 c¨¦ntimos, pero despu¨¦s tuvo que cambiar de planes. 'La gente las ha rechazado de plano, incluso en el comercio', afirma Eduardo Antoja, vicepresidente de Cofar, que agrupa a fabricantes y operadores.
Rechazo al c¨¦ntimo
Poco ¨¦xito han tenido, hasta el momento, las monedas m¨¢s peque?as de uno y dos c¨¦ntimos. 'En toda Europa se est¨¢ debatiendo ahora sobre la conveniencia de eliminar estas monedas tan peque?as, pero creemos que todav¨ªa es prematuro', explica Javier Mill¨¢n Astray.
Mientras las m¨¢quinas de la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre se centran en la fabricaci¨®n de monedas de un euro en los pr¨®ximos dos o tres meses, una planta industrial ubicada en un lugar secreto destruir¨¢ unas 33.000 toneladas de monedas de peseta. De la desaparici¨®n de los billetes se encarga el propio Banco de Espa?a. Todo bajo la mayor vigilancia.
Las medidas de seguridad han sido una de las principales preocupaciones en el proceso del cambio al euro. 'Lo que realmente me parec¨ªa m¨¢s impredecible, m¨¢s peligroso, era que se produjeran uno o dos asaltos violentos a furgones blindados', comenta Ariztegui, responsable del d¨ªa a d¨ªa del proceso en el Banco de Espa?a. Al final, no hubo problemas.
Otro de los temores era el de las falsificaciones, aunque los billetes de euros son de los m¨¢s seguros que existen. Se han detectado 12 casos, sobre todo en la costa mediterr¨¢nea y procedentes de Suram¨¦rica. La mayor¨ªa de las copias, que en todos los casos eran de escasa calidad, eran de billetes de 50 euros. No obstante, el riesgo de falsificaci¨®n sigue siendo real, seg¨²n el miembro del consejo del Banco Central Europeo Domingo Solans: 'Estoy convencido de que en estos momentos se est¨¢ preparando por parte de profesionales una falsificaci¨®n buena, que aparecer¨¢ en las pr¨®ximas semanas', declar¨® Solans a Efe, sin precisar la procedencia del fraude.
En Espa?a, la Casa de la Moneda dar¨¢ hoy el ¨²ltimo adi¨®s a la peseta con la inauguraci¨®n en Madrid de una exposici¨®n conmemorativa. Adem¨¢s, grupos de malabaristas, payasos y m¨²sicos pasear¨¢n durante todo el d¨ªa por las calles m¨¢s c¨¦ntricas de Madrid.
De moneda a barril de cerveza
Las monedas de una peseta, para barriles de cerveza; las de 10, 50 y 200, para tuber¨ªas de refrigeraci¨®n, y las piezas de 5, 25, 100 y 500, para h¨¦lices de barco. La chatarra obtenida de la destrucci¨®n de las 33.000 toneladas de monedas de pesetas que se recoger¨¢n con el cambio al euro ser¨¢ utilizada en el ¨¢mbito industrial, pero jam¨¢s para fabricar euros por una incompatibilidad de aleaciones.
La F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) ya ha iniciado la destrucci¨®n de las monedas de pesetas, una divisa que se acu?¨® por primera vez en 1868 por iniciativa del ministro de Finanzas de entonces, el catal¨¢n Laureano Figuerola. El proceso de destrucci¨®n estar¨¢ rodeado de fuertes medidas de seguridad. El lugar elegido es secreto (no pertenece a la Real Casa de la Moneda) debido a que las pesetas se podr¨¢n canjear de forma indefinida en el Banco de Espa?a. Las monedas se trocean (la alternativa era fundirlas) y, cuando las piezas resultan demasiado grandes, vuelven a la m¨¢quina, que se encarga de machacarlas hasta convertirlas en piezas irreconocibles.
El material que se obtenga ya ha sido comprado en subasta por dos empresas expertas en reciclaje: Daewoo Internacional y Botrade, con sede en Berango (Vizcaya). De esta forma, el Tesoro P¨²blico (propietario ¨²ltimo de las pesetas) recuperar¨¢ el dinero invertido en hacer desaparecer las monedas. Las piezas se trocean, en lugar de ser fundidas, para facilitar su transporte hasta los almacenes de las empresas adjudicatarias.
El proceso de destrucci¨®n se prolongar¨¢ durante unos dos a?os. Pero no todas las pesetas pasar¨¢n por la trituradora. El Banco de Espa?a estima que entre un 20% y 30% de las monedas -en especial de baja denominaci¨®n- que se han emitido hist¨®ricamente se quedar¨¢n olvidadas en el fondo del sof¨¢, las huchas, las maletas de turistas, los escaparates de los coleccionistas o, simplemente, perdidas.
El 99,9% de los billetes, sin embargo, volver¨¢ al Banco de Espa?a, seg¨²n los mismos c¨¢lculos. El instituto emisor es el encargado de la destrucci¨®n de los billetes, menos aparatosa que la de las monedas. Se trituran y se convierten en pasta de papel con forma de cilindro (llamadas briquetas). Despu¨¦s se realiza un vertido controlado. No se pueden reciclar por motivos de seguridad.
Otros pa¨ªses europeos, m¨¢s amantes del reciclaje, s¨ª dar¨¢n este uso a sus viejas monedas. Alemania transformar¨¢ sus billetes de marcos en un combustible llamado metanol. Las monedas se convertir¨¢n en abono para las plantas.
En Italia prevalecer¨¢ el sentimiento nost¨¢lgico, ya que una peque?a parte del metal fundido de las monedas se destinar¨¢ a construir un monumento conmemorativo de la lira. El resto del material se vender¨¢ a una empresa.
La opci¨®n descartada en Espa?a de convertir las pesetas en euros ser¨¢ aplicada en Portugal con las monedas de escudos. Grecia dedicar¨¢ el material resultante de fundir los dracmas a usos industriales.
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