'No importan las lenguas, importa la gente'
Quiz¨¢ porque sabe que desde que public¨® El para¨ªso pol¨ªglota (Taurus) le persigue la pol¨¦mica, Juan Ram¨®n Lodares llega a la entrevista con un gui¨®n que desglosa antes de contestar cualquier pregunta. Trata as¨ª de fijar su postura, m¨¢s que respecto a su ¨²ltimo libro, Lengua y patria (Taurus), respecto a la muerte de las lenguas tal y como la entiende Claude Hag¨¨ge.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ le parece el libro de Hag¨¨ge?
RESPUESTA. No s¨¦ si se puede decir porque es s¨®lo una impresi¨®n de lectura, pero ?no habr¨¢ detr¨¢s de su actitud una defensa del franc¨¦s, que ha retrocedido en los ¨²ltimos a?os? ?Por qu¨¦ esa beligerancia con el ingl¨¦s y ese inter¨¦s por difundir las lenguas ind¨ªgenas en Latinoam¨¦rica frente al espa?ol? La muerte de las lenguas es s¨ªntoma de otro fen¨®meno m¨¢s complejo: la concentraci¨®n ling¨¹¨ªstica. Los chinos, por ejemplo, han unificado sus distintas lenguas en una com¨²n: el putonghua.
'Cuantas m¨¢s lenguas promueva la Uni¨®n Europea, mayor ser¨¢ el peso del ingl¨¦s, el franc¨¦s y el alem¨¢n'
P. ?Esa muerte es inevitable?
R. Lo inevitable es la concentraci¨®n. La muerte puede verse como una cat¨¢strofe o como un proceso en el que se pierden lenguas, pero se ganan facilidades de comunicaci¨®n, que es para lo que est¨¢n las lenguas. ? No tiene el lamento por esa muerte algo de nostalgia por un mundo tradicional? La movilidad humana, la prensa o la educaci¨®n son enemigos de la diversidad ling¨¹¨ªstica.
P. ?Opinar¨ªa lo mismo aunque afectase al espa?ol?
R. Aun as¨ª. Al espa?ol le puede afectar por parcelas: en Puerto Rico, en California..., pero no importan las lenguas, importa la gente.
P. ?No se pierde algo cuando muere una lengua?
R. El problema cuando muere una lengua es que el hablante no pueda instalarse en otra. ?Por qu¨¦ los hispanohablantes de Estados Unidos pasan sin angustia al ingl¨¦s?
P. ?No cree en la excepci¨®n cultural?
R. Las fronteras culturales se difuminan. ?Qu¨¦ diferencia hay entre un oficinista de Lisboa y otro de Tokio? El conservacionismo ling¨¹¨ªstico nos reserva un espacio con sus ventajas econ¨®micas y sociales. Dicho de otra manera: un periodista argentino le puede quitar a usted el puesto. Es m¨¢s dif¨ªcil para un japon¨¦s.
P. ?Siempre hay un inter¨¦s detr¨¢s de la defensa de una lengua?
R. S¨ª, pero no maquiav¨¦lico, material. Surge de forma natural.
P. ?La variedad ling¨¹¨ªstica puede tener efectos perniciosos?
R. La gente tiene, simplemente, necesidad de entenderse. No todo son imposiciones. Los misioneros brit¨¢nicos y franceses que ejercieron en ?frica durante el siglo XIX, predicando en lenguas aut¨®ctonas, favorecieron tal fragmentaci¨®n que a los fieles no les qued¨® m¨¢s remedio para entenderse entre s¨ª que recurrir al ingl¨¦s y al franc¨¦s. Es una curiosa contradicci¨®n. Cuantas m¨¢s lenguas promueva la Uni¨®n Europea mayor ser¨¢ el peso del ingl¨¦s, el franc¨¦s y el alem¨¢n, en las que se gestiona el 90% de los asuntos comunitarios.
P. ?La variedad ling¨¹¨ªstica no es algo natural?
R. La diversidad est¨¢ fundamentada en el aislamiento. Es una circunstancia material. Casi todas las lenguas de Europa proceden de una protolengua que se disgreg¨® por la dispersi¨®n de los hablantes. El fen¨®meno podr¨ªa volverse del rev¨¦s.
P. ?Debemos resignarnos?
R. Debemos preguntarnos si promover la diversidad de lenguas nos lleva a una mayor comunicaci¨®n o al aislamiento. No creo en la idea ingenua y evang¨¦lica de que cuando se promuevan todas las lenguas va a haber una hermandad entre ellas y todas van a tener la misma representaci¨®n internacional. Es imposible. A m¨¢s lenguas, m¨¢s concentraci¨®n en unas pocas de valor com¨²n.
P. Llevando esa l¨®gica al extremo se podr¨ªa proponer: no luchemos por el espa?ol en Europa.
R. El espa?ol crece como segunda lengua en Brasil y en Estados Unidos. Eso tendr¨¢ su reflejo en Europa. Las lenguas se hacen importantes cuando la gente las elige como segundas lenguas, que es lo que sucede con el ingl¨¦s, porque el n¨²cleo de anglohablantes nato es menor que el de hispanohablantes. Yo no me preocupar¨ªa por el espa?ol.
P. ?Y en algunas autonom¨ªas?
R. El problema no es la suerte del espa?ol. Son los pol¨ªticos vascos, gallegos o catalanes los que deber¨ªan preguntarse qu¨¦ hacen con las generaciones que empiezan a tener un dominio d¨¦bil de esa lengua.
P. ?Los hablantes tienen esa conciencia? A veces en la calle pesa m¨¢s la normalidad que la normalizaci¨®n.
R. A veces los medios dan una imagen distorsionada de las autonom¨ªas biling¨¹es. Cualquier persona que visite Catalu?a ver¨¢ que no hay conflicto ling¨¹¨ªstico. Manuel Jard¨®n escribi¨® un libro titulado La normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica, una anormalidad democr¨¢tica. ?l hab¨ªa pensado subtitular el libro: 'Pol¨ªticos contra ciudadanos'. El 'proteccionismo ling¨¹¨ªstico' tiene ventajas pol¨ªticas.
P. ?Sin protecci¨®n no ser¨ªa la ley del m¨¢s fuerte?
R. ?Por qu¨¦ la gente tiende a aprender ingl¨¦s y no gopi? Algunos dicen: hay que frenar estas tendencias. ?Y qu¨¦ se gana fren¨¢ndolas? Imagine una pol¨ªtica que dijese: en Espa?a s¨®lo pueden estudiar ingl¨¦s 100.000 ni?os porque si no terminar¨¢ imponi¨¦ndose el ingl¨¦s.
P. ?Es posible separar las lenguas de los sentimientos?
R. Yo planteo una manera de razonar distinta a la sentimental, m¨¢s enraizada en la circunstancia material de las lenguas. S¨®lo trato de explicar por qu¨¦ tiene tanto ¨¦xito en Espa?a la promoci¨®n de lenguas. Lo que digo es que esto abre un proceso que no va a ser la sociedad ang¨¦lica.
P. ?Nunca se oblig¨® a nadie a hablar espa?ol?
R. El famoso discurso del Rey tuvo buena intenci¨®n y mala expresi¨®n. De hecho s¨ª se ha obligado a la gente a hablar espa?ol, igual que a pagar en euros o a usar el sistema m¨¦trico decimal. Si miramos el mundo desde un punto de vista ang¨¦lico, hay muchas cosas de la vida social que son violencia.
P. En Lengua y patria combate el t¨®pico de la grandeza imperial del espa?ol.
R. Cuando Am¨¦rica se independiza, dos de cada tres hispanoamericanos no sab¨ªa espa?ol. Son los emigrantes del siglo XIX y XX los que extienden el espa?ol en Am¨¦rica. En 1900 hab¨ªa 70 millones de hablantes de espa?ol y en un siglo se ha multiplicado por seis. No es cierto que el imperio tendiera a la unidad ling¨¹¨ªstica. Quer¨ªa la unidad religiosa seg¨²n el principio de Pentecost¨¦s: predicar a cada uno en su lengua. Col¨®n va a extender la fe, no el espa?ol.
P. Otro t¨®pico es el de la defensa por parte de la izquierda de la diversidad ling¨¹¨ªstica.
R. La diversidad siempre la promovi¨® el nacional-catolicismo, que busca separar a la gente por lenguas. El movimiento obrero fue muy combativo a favor de la comunidad ling¨¹¨ªstica. Las diferencias eran de clase, no culturales. El cambio se da por reacci¨®n al franquismo. Lo que hacen los franquistas respecto a la unidad de la lengua se parece a lo que, en teor¨ªa, dec¨ªa Engels.
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