El salto que esper¨® seis a?os
Ra¨²l Fern¨¢ndez acaba con un largo periodo a la sombra de Lamela
Los muchachos saltan longitud en Brenes por la popularidad que tiene Ra¨²l Fern¨¢ndez en este pueblo sevillano. Puede parecer extra?o porque hasta su victoria en los Europeos de pista cubierta no era un atleta famoso, aunque hace seis a?os alcanz¨® su peque?o momento de gloria. Segundo en los Mundiales junior que se disputaron en Sydney, parec¨ªa destinado a grandes cosas. Fue por entonces cuando los chicos de Brenes comenzaron a imitarle en el m¨®dulo de entrenamiento que dirig¨ªa Rufino Espejel. Fuera de su pueblo, Ra¨²l Fern¨¢ndez era un saltador apenas conocido por los fiebres que siguen el mundillo del atletismo. La pista de su nombre se hab¨ªa perdido entre el reguero de lesiones y la aplastante presencia de Yago Lamela, protagonista de un a?o m¨¢gico (1999) que coincidi¨® con el punto m¨¢s bajo en la carrera de Fern¨¢ndez. Desde muy j¨®venes el destino de estos dos atletas ha estado cruzado, y hubo un momento en el que Lamela no era precisamente el m¨¢s prometedor de ambos. En aquellos Mundiales juveniles hab¨ªa sido cuarto por detr¨¢s de Fern¨¢ndez y luego pas¨® su conocido calvario en Am¨¦rica. Luego lleg¨® el salto a la fama y su hegemon¨ªa en una disciplina sin rivales en Espa?a: Ra¨²l hab¨ªa desaparecido del mapa.
'Estaba hundido en todos los sentidos: primero sufr¨ªa una osteopat¨ªa de pubis, luego tuve problemas en el nervio ci¨¢tico, todo me iba mal'. Y todo le iba bien a Lamela, lo que abr¨ªa m¨¢s el abismo entre los dos. Ra¨²l reconoce que le pod¨ªa la ansiedad por lograr grandes marcas despu¨¦s de cada lesi¨®n. Era una din¨¢mica frustrante porque las marcas no llegaban y las dudas comenzaban a afectarle. 'Quer¨ªa resultados inmediatamente y esa ansiedad me perjudicaba m¨¢s de lo que pod¨ªa soportar', dice.
Hab¨ªa gente que cre¨ªa en ¨¦l. Nunca le falt¨® el apoyo de su entrenador y, muy especialmente, de Ildefonso Blanco, fisioterapeuta actual del Betis y optimista incurable. 'T¨² vales 8,40 metros', le aseguraba. Pero los grandes saltos no llegaban y la incertidumbre crec¨ªa, as¨ª que Ra¨²l decidi¨® cambiar de estrategia y construir paso a paso su futuro. Es lo que Ram¨®n Cid, responsable de saltos de la federaci¨®n, define como 'la necesidad de poner campamentos base para progresar'.
Porque el material exist¨ªa. Ra¨²l Fern¨¢ndez es un saltador peque?o (1,75) pero explosivo, 'r¨¢pido fuera del pasillo y capaz de trasladar esa velocidad al pasillo de saltos', seg¨²n sus palabras. Menos fuerte que Yago Lamela, el saltador sevillano comienza a sacar r¨¦ditos de su velocidad. Lo ve¨ªa desde hace algunas semanas. En diciembre gan¨® en una test privado a Lamela, circunstancia que sirvi¨® a Ra¨²l para quitarse un complejo que le asaltaba desde hac¨ªa demasiado tiempo. El plan funcionaba: ya no se dejaba triturar por la ansiedad. Los viejos fantasmas comienzan a desaparecer en un atleta que gasta fama de reservado.
'Bueno, cuando me encuentro en plena forma hago burradas. Me sorprendo a m¨ª mismo', confiesa. En Viena era el momento de sorprenderse, pues todo indicaba que su forma era excelente. Por primera vez en mucho tiempo, no estaba limitado por las lesiones. Y en el plano mental participaba de la euforia que se ha desatado entre los atletas sevillanos, grandes protagonistas de la temporada de invierno. Tampoco le importaba la nueva limitaci¨®n que impide tomar m¨¢s de 45 metros de carrera para saltar. 'Me sent¨ª tan bien en las eliminatorias que tuve que cambiar algunas cosas en la carrera para no comerme la tabla de batida'. Un d¨ªa despu¨¦s, Ra¨²l Fern¨¢ndez regres¨® al lugar que abandon¨® hace seis a?os, cuando parec¨ªa predestinado al ¨¦xito. Gan¨® en Viena (8,22), derrot¨® a Lamela, super¨® de largo su mejor marca y conquist¨® la popularidad que hasta ahora s¨®lo se le reservaba en Brenes.
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