Eduardo Chillida, ingresado en San Sebasti¨¢n en estado cr¨ªtico
El escultor Eduardo Chillida (San Sebasti¨¢n, 1924), uno de los artista espa?oles m¨¢s destacados de la segunda mitad del siglo XX, ingres¨® el mi¨¦rcoles por la tarde en la unidad de cuidados intensivos de la Policl¨ªnica de San Sebasti¨¢n, aquejado de una neumon¨ªa, que ha agravado su ya de por s¨ª delicado estado de salud. Chillida padece Alzheimer, enfermedad que le ha mantenido alejado de la esfera p¨²blica desde octubre de 2000, apenas tres semanas despu¨¦s de inaugurar su museo, Chillida-Leku, en Hernani. Al cierre de esta edici¨®n, se encontraba en estado cr¨ªtico, acompa?ado por su mujer, Pilar Belzunce, y sus ocho hijos.
El artista, autor de El peine del viento de San Sebasti¨¢n, ha dedicado su vida a abrir nuevas v¨ªas en el terreno de las tres dimensiones, con una obra escult¨®rica, mezcla de ra¨ªces vascas y de vanguardismo cosmopolita, que le ha hecho universal. Sus creaciones forman parte de las mejores colecciones art¨ªsticas, p¨²blicas y privadas, de todo el mundo, y sus monumentos urbanos, del patrimonio de la humanidad.
La trayectoria art¨ªstica de Chillida no puede desvincularse de su vertiente humana. Siempre ha sido un hombre independiente y arriesgado. Desde sus comienzos. Ese coraje es el que le llev¨® en 1947 a abandonar sus estudios de Arquitectura por el mundo incierto del arte, su vocaci¨®n tard¨ªa. Un a?o despu¨¦s se traslad¨® a Par¨ªs y all¨ª expuso una obra por primera vez, un torso, en la galer¨ªa Maeght. Pero su ¨¦xito le lleg¨® tras regresar al Pa¨ªs Vasco en 1950, donde realiz¨® su primera obra no figurativa, Ilarik, en la que ya apuntaba su conciencia del espacio como elemento material y simb¨®lico a un tiempo.
Chillida alcanz¨® su primer reconocimiento internacional en 1958, con la obtenci¨®n del Gran Premio de Escultura en la Bienal de Venecia. Dos a?os despu¨¦s, recibi¨® el Carnegie, y el Kandinski, en 1961. Desde entonces, su original evoluci¨®n creadora no ha dejado de depararle recompensas y honores. De hecho, su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica fue el 8 de octubre de 2000, con motivo de su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Complutense en Chillida-Leku, su para¨ªso art¨ªstico.
El vasco m¨¢s universal
Chillida, el vasco m¨¢s universal, ha explorado las posibilidades de todo tipo de materiales, desde el granito hasta la madera, el acero, el alabastro, el hormig¨®n o el hierro. Su asignatura pendiente es moldear a su gusto la naturaleza. El escultor no ha conseguido hasta el momento materializar su proyecto m¨¢s ambicioso, la construcci¨®n de un monumento en la monta?a de Tindaya, en Fuerteventura. Las supuestas irregularidades de los derechos mineros de una cantera de ese entorno y la oposici¨®n ecologista han retrasado el proyecto, pero no le han hecho desistir de su empe?o hasta la fecha. 'Mantengo la ilusi¨®n por la idea', confes¨® en una de sus ¨²ltimas comparecencias p¨²blicas.
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