El Gobierno andaluz despierta en el ¨²ltimo a?o de su aton¨ªa con el impulso de nuevas medidas sociales

La 6? legislatura andaluza lleg¨® el pasado 13 de marzo a su ecuador y, a falta de dos a?os para que se celebren las elecciones auton¨®micas, el Gobierno andaluz de coalici¨®n ha impulsado la mayor¨ªa de los compromisos electorales apuntados por el presidente Manuel Chaves en el debate de investidura. El fin de un conflicto -el de las cajas de ahorros- y el anuncio de la posible reforma del Estatuto marcan un antes y un despu¨¦s en la trayectoria del Ejecutivo, cuya gesti¨®n en el primer a?o de mandato se caracteriz¨® por la aton¨ªa, la biso?ez del nuevo gabinete y los problemas internos del PSOE.

El debate del estado de la comunidad, en junio de 2001, y la firma del nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, un mes m¨¢s tarde, han sido los motores pol¨ªticos que permitieron al Gobierno que preside el socialista Manuel Chaves comenzar a poner en pie sus promesas electorales.

El verano y el oto?o resultaron claves para el Ejecutivo por cuanto se produjo el principio del fin del enorme embrollo de las cajas de ahorro de Sevilla, una batalla que, de haberse perdido, seg¨²n confes¨® el propio Chaves, le habr¨ªa colocado en una situaci¨®n 'realmente dif¨ªcil y complicada' para continuar como presidente. En este periodo tambi¨¦n se consigui¨® dar carpetazo al malestar en el PSOE por varios episodios internos (congresos, crisis del comentario xen¨®fobo); y se abri¨® una nueva etapa con el lanzamiento de un proyecto auton¨®mico, bajo el impreciso ep¨ªgrafe de la segunda modernizaci¨®n de Andaluc¨ªa, que, no obstante, contiene una apuesta tan arriesgada como trascendente: la posible reforma del Estatuto de Autonom¨ªa. Pese al descre¨ªmiento y escepticismo de la oposici¨®n, todos los partidos, con o sin entusiamo, terminaron por asumir la bandera.

La estrategia socialista en todos sus ¨¢mbitos (Ejecutivo, legislativo y partido) gira en torno a esta idea, sin que hasta el momento el Parlamento andaluz haya debatido ni en profundidad ni superficialmente su contenido, como prometi¨® Manuel Chaves.

Debate estatutario

El presidente anunci¨® el 11 de octubre pasado, en una sesi¨®n de control en la C¨¢mara, 'un debate en el pleno sobre los objetivos de la segunda modernizaci¨®n y tambi¨¦n sobre el papel que tiene que jugar y desempe?ar el Estatuto de Autonom¨ªa para Andaluc¨ªa'. Fij¨® la cita parlamentaria para despu¨¦s del debate de los Presupuestos de diciembre pasado.

Han transcurrido los meses y el Gobierno no ha solicitado la comparecencia de Chaves ni la tiene prevista. 'A¨²n no tenemos clara la fecha, se celebrar¨¢ cuando veamos la oportunidad', afirmaron fuentes del Ejecutivo. Tampoco la oposici¨®n ha preguntado por el retraso del debate que, seg¨²n los c¨¢lculos de la Junta, deb¨ªa de haberse celebrado en la primera semana de febrero.

La firma del modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, despu¨¦s de cinco a?os al margen, ha sido un punto de inflexi¨®n en el Gobierno de coalici¨®n. El acuerdo le ha permitido a la Junta alcanzar un r¨¦cord de inversiones (3.000 millones de euros) en 2002 y aplicar sus propias pol¨ªticas, sobre todo, en el ¨¢rea de la sanidad. La consejer¨ªa que dirige Francisco Vallejo es la que m¨¢s ha marcado la diferencia -un objetivo pol¨ªtico clave en la anterior legislatura- entre el Gobierno central, del Partido Popular, y el andaluz, de PSOE y andalucistas, con medidas como la dispensaci¨®n gratuita de la p¨ªldora postcoital, la demanda contra las tabaqueras, la asistencia dental a los ni?os o el plan de calidad de la sanidad.

El ¨²ltimo ejercicio ha supuesto, en cierta medida, el regreso de lo que los partidos denominan la confrontaci¨®n con el Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. La din¨¢mica no se ha retomado por una decisi¨®n estrat¨¦gica y meditada de la direcci¨®n socialista, como ocurri¨® en el mandato anterior, cuando tras el primer triunfo del Partido Popular en 1996 Chaves orden¨® clara y abiertamente a los socialistas andaluces que se convirtieran en la punta de lanza de la oposici¨®n a los populares, como as¨ª fue. Entonces la direcci¨®n federal del PSOE estaba ayuna de liderazgo y desnortada en los bancos de la oposici¨®n, despu¨¦s de 14 a?os de gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez.

En esta ocasi¨®n, explican fuentes socialistas, el giro viene condicionado por dos hechos 'no atribuibles a una determinaci¨®n propia': la insistente negativa de Madrid a traspasar las pol¨ªticas activas de empleo, consideradas por el PSOE y el Gobierno como 'vitales', y la ruptura del pacto anti-GIL en Estepona (M¨¢laga). Otra cosa es que algunos consejeros se sientan m¨¢s c¨®modos en la trinchera que en la gesti¨®n.

El cambio coincide con la consolidaci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero como l¨ªder del PSOE, un detalle que Chaves y la ejecutiva regional (la mayor¨ªa de los dirigentes apost¨® por Jos¨¦ Bono como secretario general socialista) han cuidado en extremo, y con sinceridad. El inter¨¦s del presidente andaluz por reforzar a Zapatero ha llegado hasta el punto de que al Ejecutivo aut¨®nomo -tan beligerante y suficiente en la anterior legislatura- no le ha importado contradecirse, como cuando los socialistas votaron en el Parlamento en contra de recurrir la ley de Extranjer¨ªa, para luego presentar una demanda al Constitucional, una vez que fracasaron las negociaciones entre las direcciones nacionales de PP y PSOE sobre inmigraci¨®n.