Los consejos no valen dinero
Malestar de los pa¨ªses menos desarrollados con los pa¨ªses ricos en la Asamblea del BID y en la Cumbre de Monterrey
Los pa¨ªses emergentes, el anta?o calificado como Tercer Mundo, est¨¢ de moda. Y no para bien. La crisis econ¨®mica sufrida por algunos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina afecta al resto de los pa¨ªses pobres. As¨ª se ha puesto de manifiesto en sendas reuniones econ¨®micas celebradas durante los ¨²ltimos d¨ªas en Fortaleza (Brasil), por el Banco Interamericano de Desarrollo, y en Monterrey (M¨¦xico), organizada por las Naciones Unidas, en la que los pa¨ªses m¨¢s ricos han discutido las raqu¨ªticas ayudas que est¨¢n dispuestos a enviar a los menos ricos. Un regateo global que no colma las aspiraciones de las naciones menos favorecidas.
Atender las demandas sociales en Am¨¦rica Latina y fortalecer sus democracias es una tarea casi imposible sin recursos econ¨®micos
El BID ha anunciado la creaci¨®n de un fondo de emergencia de 6.000 millones de d¨®lares para atender a pa¨ªses con dificultades econ¨®micas
La asamblea anual del Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) celebrada hace pocos d¨ªas en Fortaleza, la capital del Estado brasile?o de Cear¨¢, en el noreste del pa¨ªs, ha dejado un regusto amargo en el continente americano. Y es que en los salones de conferencias el clima ha sido poco ameno. Y otro tanto ocurri¨® en la reuni¨®n de la ONU en Monterrey (M¨¦xico). Buenas palabras, pero pocos hechos.
Los grandes bancos se aprovecharon de ambos eventos para realizar encuentros de inversores, pero, pasado el desfile de analistas pol¨ªticos, economistas, periodistas, pol¨ªticos, consultores financieros y todos los dem¨¢s representantes de esa rara fauna que mueve los dineros del mundo y los destinos de los pa¨ªses perif¨¦ricos, lo que se preguntan los analistas es qu¨¦ pasar¨¢ en el futuro inmediato.
Lo que se busc¨®, al menos en teor¨ªa y en declaraciones de mayor o menor impacto, han sido las posibles salidas para la regi¨®n latinoamericana, que enfrenta graves problemas con la globalizaci¨®n y la formaci¨®n de bloques econ¨®micos, para no mencionar la nueva oleada proteccionista, la imposici¨®n de nuevas barreras aduaneras y el permanente riesgo de retroceso institucional en las fr¨¢giles democracias locales.
Las demandas sociales
No han faltado voces como las del presidente peruano, Alejandro Toledo, advirtiendo de los riesgos que la estagnaci¨®n econ¨®mica representa para la democracia en Am¨¦rica Latina. Toledo se?ala claramente un desaf¨ªo: atender a las inmensas demandas sociales y a la vez fortalecer las instituciones democr¨¢ticas sin crecimiento econ¨®mico. Misi¨®n, dicho sea de paso, que la inmensa mayor¨ªa de analistas asegura ser imposible.
Y precisamente a esta clase de reclamos faltan respuestas. La grita generalizada contra el proteccionismo y las actitudes y presiones del sistema econ¨®mico mundial, cuyas consecuencias m¨¢s evidentes se notan en las fuertes p¨¦rdidas impuestas a los productos exportados por la regi¨®n, seguir¨¢ haci¨¦ndose o¨ªr, y lo m¨¢s significativo es que nadie espera respuestas efectivas a corto plazo.
El mismo presidente del BID, el uruguayo Enrique Iglesias, reconoce que 'es crucial' que este banco ' mantenga sus operaciones de financiamiento y siga promocionando el dialogo sobre temas como competitividad e integraci¨®n', que, seg¨²n ¨¦l, son estrategias capaces de llevar la regi¨®n a resistir 'a las presiones para revertir o deshacer las reformas macroecon¨®micas conquistadas a lo largo de la pasada d¨¦cada'.
Para pasar de las palabras a la acci¨®n concreta, el BID ha anunciado la creaci¨®n de un fondo de emergencia, de 6.000 millones de d¨®lares, para atender a las naciones en dificultades econ¨®micas, en funci¨®n de la movilidad de los flujos de capital. Pero el mismo Iglesias reconoce que ese tipo de instrumento necesita ser reemplazado por estrategias m¨¢s consistentes y duraderas, y los analistas reiteran un punto crucial: no hay nada de eso en el horizonte. Los intentos de los pocos pa¨ªses latinoamericanos que podr¨ªan tener medios suficientes para llevar la propuesta adelante tropiezan en la insensibilidad de los pa¨ªses ricos, empezando por Estados Unidos y su poderoso arsenal de presiones concentrados en instituciones como el FMI y el mismo BID.
Y a¨²n peor: la pobreza regional sigue y seguir¨¢ siendo un tema recurrente en la agenda del BID y luego de la ONU. Si es cierto que la primera instituci¨®n ha destinado casi la mitad de sus recursos para proyectos sociales, es igualmente cierto que nada cambia en el panorama de miseria de Am¨¦rica Latina. Las mismas proyecciones del FMI para este a?o indican un crecimiento de 1% para las econom¨ªas de Am¨¦rica Latina, lo que evidentemente est¨¢ muy lejos de significar alguna posibilidad de retomar el crecimiento. Pero en lo que se refiere al promedio de un continente que abriga a m¨¢s de 340 millones de habitantes, el panorama no podr¨ªa ser m¨¢s desolador. La verdad es que desde que lleg¨® a la presidencia del BID, hace 15 a?os, Enrique Iglesias no deja de ver c¨®mo crece la desigualdad social en la regi¨®n m¨¢s desigual del mundo.
Si nada sorprende, poqu¨ªsimos son los motivos de esperanza, y ¨¦sa es la dura realidad vivida por la poblaci¨®n de Am¨¦rica Latina. En encuentros como el de Fortaleza o como el que luego se realiz¨® en Monterrey, se hace cada vez m¨¢s n¨ªtida la inmensa brecha entre las quejas de unos y las duras posiciones de otros. Claro, que los grandes bancos se declararon 'optimistas' respecto a algunos pa¨ªses latinoamericanos, en especial M¨¦xico y Brasil. Discretos e hidalgos, optan por no usar estos foros para derramar l¨¢grimas por la tragedia a la que se enfrentan en Argentina.
La ¨²ltima receta de Bush: que los pobres ayuden a los paup¨¦rrimos
Fernando Henrique Cardoso es bastante duro en sus cr¨ªticas frontales al FMI. Afirma que el Fondo es incapaz de explicar los motivos de la adopci¨®n de criterios m¨¢s r¨ªgidos que los de la Uni¨®n Europea para medir las cuentas p¨²blicas de los pa¨ªses latinoamericanos y que trata a los pa¨ªses en desarrollo como 'si fu¨¦ramos analfabetos'. El martes reclamaba ante el Congreso chileno, en Valpara¨ªso, la urgencia de una reforma del sistema financiero mundial y una mayor simetr¨ªa en el comercio entre los pa¨ªses ricos y los pa¨ªses pobres. En una cr¨ªtica directa a Estados Unidos, y que repite el tono elevado que viene utilizando desde la imposici¨®n de nuevas barreras al acero brasile?o en el mercado norteamericano, Cardoso asegur¨® que falta 'sensibilidad pol¨ªtica por parte de los Estados con mayor influencia sobre las instituciones multilaterales de cr¨¦dito' en relaci¨®n a los pa¨ªses pobres y tambi¨¦n a los llamados emergentes. El viejo y ahora en desuso Tercer Mundo. Por m¨¢s justas y oportunas que sean, la verdad es que el destino de esas palabras est¨¢n condenadas al vac¨ªo. Y no tanto por una eventual falta de m¨¦ritos del presidente brasile?o: es que precisamente en el ¨²ltimo d¨ªa del encuentro de Fortaleza, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Taylor, ofrec¨ªa la m¨¢s clara demostraci¨®n de la sensibilidad del Gobierno de George W. Bush. Con todas las letras, torn¨® a insistir que EE UU no volver¨¢ a poner recursos en el Fondo de Operaciones Especiales del BID, y que la cuenta por la ayuda a los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo les toca pagar a los mismos pa¨ªses emergentes. En el caso de Am¨¦rica Latina, Argentina, Brasil y M¨¦xico deber¨¢n responsabilizarse por ayudar a pa¨ªses como Hait¨ª, Guyana, Honduras, Nicaragua y Bolivia. Lo dijo como quien dice: nosotros ayudamos a fabricar pa¨ªses muy pobres y ahora les toca a los no tan pobres ayudarlos. La misma receta es repetida por Washington en todos los foros posibles, desde el Banco Mundial al BID, pasando por el Banco del Desarrollo Asi¨¢tico y por el Banco Africano de Desarrollo. Es decir, mientras las perspectivas de crecimiento econ¨®mico de Am¨¦rica Latina mal llegan al 1% para 2002, mientras jefes de Estado y personalidades independientes de la regi¨®n piden a todo pulm¨®n un cambio en el trato comercial y econ¨®mico entre ricos y pobres y, finalmente, mientras hasta el megaespeculador George Soros critica a EE UU por la 'insuficiente ayuda al desarrollo', lo que Bush propone, y que estar¨¢ en las agendas de todos los encuentros (empezando el de Monterrey, M¨¦xico), es que los pobres cuiden a los miserables, ya que los ricos saben cuidarse de s¨ª mismos.
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