Tres orejas

No hemos llegado al primero de abril y ya empieza la trampa de la fiesta. Las figuras, tal el cartel de ayer en San Sebasti¨¢n, eligen unos toros que tengan apariencia de serlo, y, sin embargo, de esos toros s¨®lo quedan las cabezas, bien aparentes, mas la poca fuerza y la raza que lleven dentro eso escasea visiblemente.

De ese modo, Enrique Ponce se llev¨® la primera oreja de la tarde, en su primero, con una faena en la que hizo de enfermero. Tore¨® con las dos manos muy despegadito de los pitones, de manera suave, aunque sin ligar en ning¨²n momento. Anotamos tres derechazos art¨ªsticos y dos trincherazos. Despu¨¦s, cuatro derechazos m¨¢s ajustados, mientras el toro se cae. Un buen pase de pecho, dos naturales buenos, otros tantos regulares y se llev¨® la oreja. Enrique Ponce, el insigne ATS de esta ¨²ltima d¨¦cada. A su segundo le picaron con un par de gritos. El animal se ca¨ªa. Ponce lo tore¨®, o lo que sea, con derechazos muy despegados, e interpret¨®, tambi¨¦n es otra manera de hablar, varios naturales de uno en uno.

Finito de C¨®rdoba tore¨® a su primer ejemplar a base de derechazos, fundamentalmente, largos, sin ligar, muy despegado, alguno de ellos templadito, pero sin demasiado relieve en el c¨®mputo de su primera faena. En el toro que cort¨® oreja, quinto de la tarde, fabric¨® una faena largu¨ªsima. Seis series por derecha y seis por izquierda. Algunos de los muletazos tuvieron cierto empaque, m¨¢s no era para echar cohetes azules.

El Juli banderille¨® a sus dos toros sin demasiada enjundia. En su primero no pudo acoplarse con el toro. Su segundo toro, que era el m¨¢s cuajado, con m¨¢s fuerza adem¨¢s, vio c¨®mo su picador le pegaba fuerte en varas, en tanto ¨¦l parec¨ªa tan feliz como un pastel de frutas. Quiere decirse que estaba de acuerdo en que le pegara fuerte. Consigui¨® una oreja a base de pegarse un 'arrim¨®n', que no era tanto, m¨¢s bien era un remedo de arrim¨®n.