Bossi acusa a la izquierda italiana de haber propiciado el asesinato de Marco Biagi
La polic¨ªa considera veraz el documento en que las Brigadas Rojas asumen la 'ejecuci¨®n'
El economista y asesor laboral del ministro italiano de Trabajo Marco Biagi fue asesinado el martes, en su calidad de representante de la Confindustria, la patronal italiana. As¨ª intentan justificar las Brigadas Rojas, en un documento de 26 p¨¢ginas, la 'ejecuci¨®n' del profesor bolo?¨¦s, alcanzado por cuatro disparos. A la conmoci¨®n por el asesinato de Biagi se ha sumado la tensi¨®n por las declaraciones de algunos miembros del Gobierno italiano, como el ministro para las Reformas, Umberto Bossi, que han acusado a la izquierda de haber propiciado indirectamente el atentado.
Seg¨²n la autopsia, Biagi fue alcanzado por cuatro disparos en la puerta de su domicilio, dos de los cuales, mientras estaba ya en el suelo, fueron descritos por el forense como aut¨¦nticos golpes de gracia.
'Cuando se llama delincuente a quien gobierna se crea una l¨ªnea indirecta con el terrorismo', dijo el l¨ªder de la Liga Norte, para dejar la responsabilidad del asesinato sobre la oposici¨®n de izquierdas.
La polic¨ªa italiana no duda a estas alturas de la veracidad del documento enviado por las Brigadas Rojas -nueva versi¨®n del viejo grupo de extrema izquierda que alcanz¨® tr¨¢gico relieve en los a?os setenta y ochenta en Italia- a m¨¢s de quinientas direcciones de Internet en el pa¨ªs. En ¨¦l se utilizan los t¨¦rminos habituales del an¨¢lisis pol¨ªtico de las BR, ya presentes en el largu¨ªsimo comunicado que sigui¨® al asesinato de Massimo D'Antona en 1999. Se habla de la necesidad de 'atacar y desarticular el proyecto antiproletario...', y de 'organizar los t¨¦rminos pol¨ªtico-militares para reconstruir los niveles necesarios para el desarrollo de una guerra de clase de larga duraci¨®n'.
Los brigadistas dedican amplio espacio a la biograf¨ªa del profesor Biagi, al que acusan de ser el que ide¨® y 'el promotor de la l¨ªnea y de las formulaciones legislativas de un proyecto de remodelaci¨®n de la regulaci¨®n de la explotaci¨®n del trabajo asalariado'. Un lenguaje revolucionario dominado por t¨¦rminos de la burocracia ministerial que han hecho temer a m¨¢s de un analista pol¨ªtico que exista un topo dentro del Ministerio de Trabajo, que informa oportunamente a los terroristas de a qui¨¦n golpear y de qu¨¦ manera.
Falta de seguridad
En los a?os ochenta, cuatro asesores laborales o de temas econ¨®micos de los sucesivos Gobiernos fueron v¨ªctimas de atentados (dos de ellos mortales), a los que hay que sumar los asesinatos de M¨¢ssimo D'Antona y el m¨¢s reciente de Marco Biagi. La viuda del profesor bolo?¨¦s, que habr¨ªa cumplido en noviembre los 52 a?os, intervino ayer en la pol¨¦mica sobre la falta de seguridad en la que desarrollaba Biagi su trabajo desde que le fue retirada la escolta a finales del a?o pasado.
'El Estado no puede abandonar a sus propios servidores', se lament¨® Marina Orlandi. 'No lo digo s¨®lo por mi marido, sino por todos los que se encuentran en la situaci¨®n en la que estaba ¨¦l, como, por ejemplo, los magistrados'.
Biagi recib¨ªa continuas amenazas de muerte, la ¨²ltima de las cuales le lleg¨® la ma?ana de su asesinato. Su viuda ha rechazado el funeral de Estado que hab¨ªa sido ofrecido a Marco Biagi.
La pol¨¦mica sobre la retirada de las escoltas, que pone en entredicho la labor del ministro del Interior, Claudio Scajola, fue suscitada hace meses por la magistrada Ilda Boccasini, fiscal del proceso que se sigue en Mil¨¢n contra el primer ministro Silvio Berlusconi, por presunta corrupci¨®n a jueces romanos en la compra de la alimentaria SME. Boccasini rechaz¨® la 'tutela' de un polic¨ªa que se le hab¨ªa asignado en sustituci¨®n de una escolta completa con una dotaci¨®n policial de al menos dos personas.
El asesinato de Biagi ha dado paso tambi¨¦n a una r¨¢faga de acusaciones de miembros del Gobierno o personajes pr¨®ximos al mismo, como el proprio ministro Bossi, o el ex presidente de la Rep¨²blica Francesco Cossiga, que han intentado colgar a la izquierda la responsabilidad moral del atentado terrorista. Un atentado que, seg¨²n el semi¨®logo Umberto Eco, 'es m¨¢s misterioso que otros anteriores porque parece que lo han llevado acabo para impedir un desacuerdo y no un acuerdo'. Eco se refer¨ªa al desacuerdo total entre patronal y Gobierno de un lado, y sindicatos de otro, en relaci¨®n a la supresi¨®n en determinados supuestos del art¨ªculo 18, que obliga a readmitir a un trabajador despedido injustamente.
Ayer, el ministro de Trabajo, Roberto Maroni, hizo un nuevo llamamiento a los sindicatos para que se sienten a negociar sobre la reforma del mercado laboral, al tiempo que les acusaba de haber creado el clima de enfrentamiento que ha contribuido al atentado.
Sergio Cofferati, l¨ªder de CGIL, la principal confederaci¨®n, respondi¨® al ministro que 'los sindicatos han sido siempre un objetivo para los terroristas'. CGIL mantendr¨¢ la manifestaci¨®n masiva prevista para el s¨¢bado pese al asesinato de Biagi. 'Cambian las consignas', dijo Cofferati, 'porque ahora la prioridad de los trabajadores es el rechazo del terrorismo y la afirmaci¨®n de la democracia'. La concentraci¨®n perder¨¢ su tono festivo, pero mantendr¨¢ el objetivo de defensa a ultranza del art¨ªculo 18.
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