La oscura y vertiginosa fortuna de Berlusconi
Este libro puede ser de utilidad por varias razones.
A pesar de su gravedad, los hechos que cuenta s¨®lo son conocidos por un restringido grupo de pol¨ªticos, magistrados y fuerzas del orden. Los partidos y casi todos los medios de informaci¨®n mantienen una especie de pacto de silencio que respetan con inusual empe?o y sin que entre ellos se produzcan fisuras.
En los dem¨¢s pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, hechos como los que describiremos provocar¨ªan un terremoto pol¨ªtico y, en todo caso, obligar¨ªan a sus responsables a abandonar la vida p¨²blica. Pero en Italia no pasa nada. Ni siquiera se le formula una t¨ªmida pregunta al interesado, Silvio Berlusconi, en alguna de las muchas entrevistas que le hacen, hincados de rodillas, los peri¨®dicos y las televisiones p¨²blicas y privadas. (...)
Berlusconi est¨¢ encausado en Espa?a por fraude fiscal y ha tenido que depositar una alta fianza. Afirma que Garz¨®n y Jim¨¦nez Villarejo no son m¨¢s que marionetas del 'pool antimafia' de Mil¨¢n
Dell'Utri y Berlusconi tem¨ªan la difusi¨®n de la entrevista porque ¨¦sta constituye una verdadera acta de acusaci¨®n contra ellos por parte de un juez que sacrific¨® su vida por combatir a la Mafia
Pero, ?qu¨¦ pasa con las televisiones y los peri¨®dicos que no son de Berlusconi? ?Y con los partidos de centro-izquierda? Sus comportamientos son mucho menos comprensibles. Cuando hablas con alguno de ellos, te suelen contestar que atacar a Berlusconi supone hacerle el juego, porque la gente le considera un perseguido. Se puede objetar que ese argumento no vale cuando se trata de hechos tan graves, porque est¨¢n en cuesti¨®n asuntos y valores que constituyen el fundamento del Estado de derecho. Pero demos por buena la motivaci¨®n del silencio y la autocensura de quien no es amigo de Berlusconi. Entonces, pregunt¨¦monos lo siguiente: ?estamos seguros de que una batalla sobre la cuesti¨®n moral en relaci¨®n con Berlusconi, si hubiera salido a la luz desde 1996, fecha de la victoria del Olivo, no habr¨ªa dado sus frutos?
El camino del apaciguamiento
La verdad es que el centro-izquierda ha elegido el camino del appeasement, es decir, del apaciguamiento, en las dos C¨¢maras, en las televisiones y en los tribunales de justicia. Y por tanto, de hecho, ha estado trabajando para el rey de Prusia, es decir, para Berlusconi. No podemos olvidar que Il Cavaliere fue declarado elegible por la Junta Electoral a la C¨¢mara de Diputados, siendo la mayor¨ªa de centro-izquierda, aunque una ley de 1957 preve¨ªa la inelegibilidad de quienes poseyeran concesiones de servicios p¨²blicos. Que durante casi dos a?os se ha erigido en padre constituyente, aun siendo el pol¨ªtico m¨¢s procesado de toda Europa. Que los bancos le han dado cr¨¦ditos cuando sus empresas ten¨ªan m¨¢s de cinco billones de liras de deudas. Que en nombre de una pol¨ªtica de garant¨ªas se aprob¨® la legislaci¨®n sobre la justicia que quer¨ªa el Polo. Que han quedado en nada todas las propuestas de leyes anticorrupci¨®n. Que los hombres m¨¢s influyentes del partido-empresa (Previti y Dell'Utri) se han librado de peticiones de detenci¨®n formuladas por algunos magistrados gracias a los votos determinantes de sectores del centro-izquierda. Que Rete 4 ten¨ªa que difundirse por sat¨¦lite y, sin embargo, sigue transmitiendo v¨ªa ¨¦ter.
Pero prescindamos incluso de todo esto. Y pregunt¨¦monos por qu¨¦ documentos tan inquietantes como rotundos son sistem¨¢ticamente censurados. Hablemos de documentos que tienen como protagonistas a Paolo Borsellino, el juez asesinado por la Mafia, un conservador notorio, y a Francesco Giuffrida, inspector de la Banca de Italia, que desde luego no es un nido de revolucionarios.
Para que lo entienda el lector: en este libro no se habla de acusaciones de los t¨ªpicos pol¨ªticos justicieros ni de teoremas de las t¨ªpicas togas rojas. En este libro habla Paolo Borsellino en una entrevista concedida a dos periodistas franceses dos d¨ªas antes del atentado de Capaci [que caus¨® la muerte del juez Giovanni Falcone, el 23 de mayo de 1992] y dos meses antes del de Via D'Amelio [en el que muri¨® Borsellino]. Es una entrevista in¨¦dita que desapareci¨® durante a?os y que su familia reencontr¨® recientemente casi de milagro. Un documento impresionante por la gravedad de las acusaciones que el magistrado m¨¢rtir, normalmente prudente y silencioso, vierte sobre Berlusconi y Dell'Utri con motivo de la relaci¨®n de ¨¦stos con Vittorio Mangano, 'el mozo de cuadra de Arcore', uno de los mayores traficantes de droga de la Cosa Nostra.
?Qu¨¦ se puede decir? ?Que Borsellino la hab¨ªa tomado con Berlusconi? ?Que tambi¨¦n ¨¦l era una toga roja? ?Que utilizaba a los arrepentidos para hacer pol¨ªtica? ?Que se anticip¨® en ocho a?os a la caballer¨ªa electoral de los comunistas?
Roberto Morrione, jefe de la RAI Internacional, que el 18 de noviembre de 2000, s¨¢bado, junto a sus compa?eros Sigfrido Ranucci y Arcangelo Ferri, logr¨® en Florencia, en un encuentro antimafia organizado por Antonino Caponetto, recuperar la cinta desaparecida, ha revelado ante un millar de personas que ofreci¨® la entrevista a todas las emisoras de la RAI, pero que ninguna la quiso. Tambi¨¦n los peri¨®dicos han permanecido en silencio, a excepci¨®n de alguna que otra nota casi invisible.
Berlusconi y Dell'Utri trataron por todos los medios de se-cuestrar la cinta para evitar que se emitiera, incluso en la programaci¨®n de madrugada de RAI News 24. Y el propio Dell'Utri, a trav¨¦s de sus abogados, en un comunicado que ¨¦stos hicieron llegar a la agencia Ansa el 28 de noviembre de 2000, recomendaba a la RAI que no divulgara la cinta con la entrevista porque, seg¨²n dec¨ªa, hab¨ªa sido manipulada. Los periodistas que se encargaron de la transmisi¨®n replicaron recordando que hab¨ªan enviado la cinta a Berlusconi y a Dell'Utri para que verificaran su autenticidad y que les hab¨ªan invitado a participar en la transmisi¨®n, recibiendo una rotunda negativa. (...)
La verdad es que Dell'Utri y Berlusconi tem¨ªan la difusi¨®n de la entrevista porque ¨¦sta constituye una verdadera acta de acusaci¨®n contra ellos por parte de un magistrado que sacrific¨® su vida por combatir a la Mafia.
El segundo documento es un doble informe, firmado por el doctor Francesco Giuffrida, funcionario de la Banca de Italia, y por el mariscal jefe de la DIA Giuseppe Ciuro, a quienes el pool antimafia de Palermo encarg¨® indagar en las 22 empresas de Berlusconi de las que naci¨® Fininvest. (...)
Se trata de un documento de excepcional valor porque, por primera vez, descubre alg¨²n punto de luz sobre tantos agujeros negros que salpican los or¨ªgenes del imperio de Il Cavaliere. No es casual que nadie hasta entonces hubiera logrado entrar en las infinitas cajas chinas que, como un prestidigitador, Berlusconi fue construyendo durante m¨¢s de diez a?os para enriquecerse.
No dejar rastro
Hasta ahora, las 34 empresas (porque desde entonces han sido descubiertas otras 12) han sido impenetrables para quien ha tratado de entrar en ellas, y quienes han escrito sobre las mismas se han visto enterrados por denuncias y han comprobado c¨®mo de golpe han desaparecido de las librer¨ªas todos los ejemplares de su obra.
?Qu¨¦ cuentan el diligente funcionario de Bankitalia y el suboficial de la DIA a los magistrados del pool antimafia? Que de los 200.000 millones de liras que en los a?os setenta circularon por las distintas sociedades no se conoce la procedencia ni el destino final de 114.000 millones, cifra que equivaldr¨ªa en 1997 a 500.000 millones. Que la capitalizaci¨®n de las sociedades se sol¨ªa realizar en met¨¢lico precisamente para no dejar rastro. Que el dinero segu¨ªa recorridos tortuosos dif¨ªcilmente descubribles. Que las sociedades estaban formadas por una infinidad de cajas chinas que sol¨ªan servir para una sola operaci¨®n y que los testaferros-pensionistas an¨®nimos, enfermos cr¨®nicos y terminales, amas de casa, resultaban ser los titulares del naciente imperio de Berlusconi. Que la documentaci¨®n no se encuentra o ha sido quemada. Que algunos bancos han facilitado las operaciones de Il Cavaliere: sobre todo, la Banca Popular de Lodi (que hab¨ªa clasificado a las empresas bajo el nombre de 'negocios de peluquer¨ªa' a fin de que nadie pudiera meter la nariz en ellos) y la Banca Rasini, conocida por hacer transacciones de dinero sucio, cuyo fact¨®tum hab¨ªa sido durante m¨¢s de veinte a?os el padre de Berlusconi. Que las primeras operaciones hab¨ªan sido obra de la familia Previti al completo: el padre y dos hijos.
Los documentos demuestran con claridad que fundamentalmente hay dos etapas en la ascensi¨®n de Il Cavaliere: la primera empieza en los a?os setenta, transcurre durante los a?os de oro de la P2 y termina en 1983, el a?o en que Craxi pasa a ocupar el palacio Chigi. La segunda comprende los a?os del Gobierno de Craxi y prosigue durante los a?os del CAF hasta el esc¨¢ndalo de Tangentopoli. En la primera etapa llueven sobre Il Cavaliere r¨ªos de miles de millones que nadie sabe de d¨®nde proceden. En los a?os del craxismo la amistad con el l¨ªder socialista le permite lograr el boom televisivo a escala nacional, despreciando todas las normas y leyes hasta la aprobaci¨®n de la ley Manim¨ª, que es una ley de televisi¨®n hecha a su medida. (...)
Berlusconi jug¨® con sus adversarios y conquist¨® a los italianos. Hay que admitir que quienes, cuando empezaron los trabajos de la Bicameral, pensaban que D'Alema se pod¨ªa merendar a Berlusconi de un solo bocado se equivocaban de parte a parte. Il Cavaliere siempre supo jugar todas las cartas, incluida la de Manos Limpias.
El 8 de diciembre de 1994, dos semanas despu¨¦s de que fuera llamado a declarar por haber corrompido a la Guardia de Finanzas, Berlusconi a¨²n segu¨ªa elogiando 'esa ansia de verdad que se manifiesta en las investigaciones de estos magistrados (los que formaban el denominado pool antimafia de Mil¨¢n) y defin¨ªa a Di Pietro como 'un magistrado que se ha ganado con su trabajo el respeto de los italianos'. Luego a?ad¨ªa lo siguiente: 'Creo que pronto me entrevistar¨¦ con ¨¦l . Es un hombre de centro, como yo. Siempre reconoc¨ª el papel desempe?ado por los magistrados en la lucha contra el sistema perverso de la Primera Rep¨²blica. La televisi¨®n y los peri¨®dicos de Fininvest han estado siempre en primera l¨ªnea en defensa de los magistrados, y sobre todo de Di Pietro . Su defensa de la moralizaci¨®n podr¨ªa ser un patrimonio precioso para todo el pa¨ªs...'.
En aquellos d¨ªas Il Cavaliere confiaba todav¨ªa en que Di Pietro se pusiera de su parte. Por eso olvidaba esa orden de comparecencia que hab¨ªa firmado el propio Di Pietro y segu¨ªa hablando bien del pool de Manos Limpias. Pero tuvo que desdecirse unas semanas despu¨¦s: 'Si soy absuelto significar¨¢ que todav¨ªa existe una justicia en Italia, si soy condenado significar¨¢ que la democracia ha cedido su puesto al r¨¦gimen contra el cual los hombres libres y los partidos que les representan tienen derecho a reaccionar de cualquier manera, desde manifestaciones en la calle hasta el obstruccionismo parlamentario'.
Un mensaje devastador
Ante declaraciones de tal gravedad, el centro-izquierda duda y empieza a diferenciar de manera bizantina entre las investigaciones judiciales y la lucha pol¨ªtica, enviando as¨ª a los ciudadanos un mensaje devastador: los pol¨ªticos, como los ciudadanos corrientes, son inocentes hasta que haya sentencia judicial firme, y por tanto se puede ser inquilino del palacio Chigi o del Quirinal con una condena por corrupci¨®n encima.
A Il Cavaliere le bastaron dos a?os desde la victoria del Olivo para que todas las situaciones se volvieran en su favor: liquid¨® a la Bicameral tras haberse servido de ella; convenci¨® a la mitad de los italianos de que era un perseguido de los jueces por motivos pol¨ªticos; fue desagraviado en el Parlamento porque alguien, a las ¨®rdenes de no se sabe qui¨¦n, le hab¨ªa colocado en casa una grabadora para espiarle, atentando contra la Constituci¨®n; cancel¨® sus deudas y empez¨® a acumular ganancias de v¨¦rtigo, hasta llegar a ser el hombre m¨¢s rico de Italia, con un patrimonio estimado en 30 billones de liras; consigui¨® que se aprobaran todas las leyes sobre justicia que necesitaba para que prescribieran la mayor¨ªa de los delitos de los que le acusaban varios tribunales; convirti¨® a Forza Italia en el primer partido del pa¨ªs; logr¨® dominar a Fini y a Bossi, que ahora le obedecen ciegamente; retom¨® s¨®lidamente en sus manos ese liderazgo del Polo, que en 1996 todos le discut¨ªan; logr¨® paralizar la ya larga transici¨®n italiana que puso en marcha Manos Limpias y ahora trabaja con ¨¦xito en la restauraci¨®n, reclutando a miles de viejos cuadros de la DC y del PSI.
Y as¨ª, mientras todos los organismos internacionales lanzan la voz de alarma contra la corrupci¨®n, aliada predilecta de la criminalidad organizada y del reciclaje de dinero sucio, Il Cavaliere convence a pol¨ªticos, intelectuales y ciudadanos de que, en definitiva, Italia no es un pa¨ªs distinto a los dem¨¢s y de que la corrupci¨®n no es sino un invento de un pu?ado de magistrados sedientos de poder.
El que se atreve a hablar de legalidad en la C¨¢mara es vilipendiado e insultado; los diputados perseguidos o condenados por cualquier delito (corrupci¨®n y lesiones incluidas) son declarados inmunes y por ello no juzgables; las ¨®rdenes de detenci¨®n de Previti, Dell'Utri, Cito y Giudice son consideradas persecutorias y devueltas al remitente.
Poco importa que en las resoluciones del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa se diga que la corrupci¨®n 'mina el funcionamiento de un sistema democr¨¢tico' y que se pida 'publicar en el Bolet¨ªn Oficial de la Comunidad los nombres y cargos de las personas f¨ªsicas o jur¨ªdicas condenadas de forma definitiva por actos de corrupci¨®n relacionados con decisiones o financiaciones de origen comunitario'. Poco importa que el Parlamento de Estrasburgo invite a los diputados a 'organizar investigaciones de conocimiento p¨²blico sobre el desarrollo y las consecuencias de la corrupci¨®n' y que exhorte a 'la Comisi¨®n y a los Estados miembros a adoptar medidas tendentes a excluir por un determinado periodo de tiempo de los concursos p¨²blicos y del derecho a cualquier tipo de subvenci¨®n a los operadores de mercado que sean corruptos'. Son peticiones an¨¢logas a las que proceden de la ONU, de la OCDE, de la Conferencia de Lima sobre corrupci¨®n y hasta de Colombia. En Italia todo queda silenciado, escondido. Todo pasa como el agua sobre el cristal, sin dejar huella. (...)
El conflicto de intereses
Hablar de un simple conflicto de intereses es reduccionista: el suyo es un conflicto complejo e intolerable en cualquier pa¨ªs democr¨¢tico: un conflicto pol¨ªtico, empresarial y judicial. Indro Montanelli escrib¨ªa (Corriere della Sera, 20 de julio de 1998) que 'al menos sobre una cosa, por ser tan evidente, est¨¢n de acuerdo los italianos: que mientras no se desbloquee el caso Berlusconi no habr¨¢ debate pol¨ªtico, es decir, no habr¨¢ pol¨ªtica'. Y con un sarcasmo admirable planteaba un refer¨¦ndum sobre la siguiente cuesti¨®n: '?Quer¨¦is la abolici¨®n de los delitos por los que se ha condenado a Silvio Berlusconi?'. S¨ª, en efecto, es verdad: tal vez el pa¨ªs habr¨ªa sufrido menos da?o si el Parlamento, con la correspondiente ley constitucional, hubiera suprimido los delitos en que incurrieron Berlusconi y sus amigos m¨¢s pr¨®ximos. Al menos as¨ª se habr¨ªa evitado la devastaci¨®n del sistema penal con tantas reformas salvaladrones al alcance de todos.
Sergio Romano, columnista de opini¨®n de centro-derecha, es a¨²n m¨¢s severo cuando escribe lo siguiente: 'El de Il Cavaliere es el m¨¢s colosal conflicto de intereses que figura en las cr¨®nicas del Estado unitario italiano'.
Pero Berlusconi no piensa lo mismo. 'Sobre el conflicto de intereses la soluci¨®n es muy sencilla', declaraba, con inefable candor al Corriere della Sera el 20 de septiembre de 2001. 'El presidente del Consejo, que es un primus interpares y coordina la actividad de los dem¨¢s ministros, tiene la obligaci¨®n moral de abstenerse cuando se ponen sobre la mesa decisiones que tambi¨¦n podr¨ªan afectar a sus intereses. Yo lo hice as¨ª durante mi Gobierno y hoy me comportar¨ªa igual'.
Seguramente Berlusconi est¨¢ hablando de otro Gobierno, porque el suyo hizo exactamente lo contrario. Clemente Mastella cont¨® que cuando el Gabinete tuvo que deliberar sobre los tel¨¦fonos m¨®viles en ausencia de Berlusconi, que se hab¨ªa alejado para evitar un conflicto de intereses, los tres ministros que estaban presentes adjudicaron la concesi¨®n a la Omnitel de De Benedetti. Pero cuando luego se lo comunicaron a Berlusconi, ¨¦ste se puso furioso, porque nunca ha tolerado al ingeniero. Con la ley Tremonti actu¨® peor todav¨ªa, como veremos a lo largo del libro. Por no hablar del decreto Biondi, que imped¨ªa la detenci¨®n de delincuentes de guante blanco precisamente cuando estaba a punto de ser detenido Paolo Berlusconi.
Europa es otro mundo
Exportar a Berlusconi a otros pa¨ªses no dejar¨ªa en buen lugar a Italia, desde luego. Los peri¨®dicos y televisiones que no quieran a nuestro pa¨ªs lo tendr¨ªan f¨¢cil para echarnos en cara su gran curr¨ªculo judicial.
De hecho, Berlusconi est¨¢ encausado tambi¨¦n en Espa?a (otro pa¨ªs de sus sue?os: ?el modelo Aznar!) por fraude fiscal y ha tenido que depositar una considerable cantidad en concepto de fianza. ?l afirma que Baltasar Garz¨®n (el juez que encaus¨® a Pinochet) y Jim¨¦nez Villarejo (el fiscal general anticorrupci¨®n) no son m¨¢s que marionetas en manos del pool antimafia de Mil¨¢n. Pero seamos serios. ?Es posible que alguien como Garz¨®n se deje influir por cuatro magistrados italianos? Y adem¨¢s, Garz¨®n no es la ¨²nica autoridad judicial extranjera que est¨¢ interesada en los delitos de Berlusconi.
Basta leer la requisitoria inglesa de lord Justice Simon Brown, representante de la Reina, a prop¨®sito de los papeles ingleses de Fininvest. (...) Y cuando de Madrid o Londres pasamos a Alemania, las cosas no mejoran mucho para el hombre de Arcore.
El 9 de julio de 1998, tras la condena en primer grado por las comisiones entregadas a la Guardia de Finanzas (delito que luego prescribi¨® en apelaci¨®n), el Suddeutsche Zeitung de M¨²nich escrib¨ªa lo siguiente: 'Que la permanencia (de Berlusconi) en pol¨ªtica sea considerada como algo normal ser¨ªa un fen¨®meno inconcebible en Inglaterra, en Alemania, en Am¨¦rica . Berlusconi es una contradicci¨®n que ninguna otra democracia de la Uni¨®n Europea debe soportar . Ser¨ªa realmente parad¨®jico que un imputado ya condenado intervenga en la reforma del ordenamiento jur¨ªdico'.
Ser¨¢ parad¨®jico para los alemanes. Pero para muchos italianos resulta hoy normal¨ªsimo.
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