Victoria Camps reclama una vuelta al talante ¨¦tico y moral de Aranguren
La fil¨®sofa pronuncia tres conferencias en la Residencia de Estudiantes
La catedr¨¢tica de Filosof¨ªa Moral de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, Victoria Camps (Barcelona, 1941), abri¨® ayer las XI Conferencias Aranguren en la Residencia de Estudiantes. La primera mujer que protagoniza este ciclo quiso recordar al profesor fallecido en 1996 y reivindic¨® un regreso a la identidad moral, a la ¨¦tica como car¨¢cter, al concepto del 'talante' arangureniano como ant¨ªdoto contra la 'desmoralizaci¨®n y la pasividad'.
Antes de dictar (ayer, hoy y ma?ana, a las 19.00) sus tres ponencias sobre Teor¨ªa y pr¨¢ctica de la ¨¦tica en el siglo XXI, que llevan los t¨ªtulos En busca del bien com¨²n, La motivaci¨®n moral y La ¨¦tica frente a los fanatismos, Victoria Camps record¨® que si la ¨¦tica es la disciplina filos¨®fica de la que m¨¢s se habla fuera de la filosof¨ªa, se debe en gran medida al prestigio que dio a esa materia el profesor Jos¨¦ Luis L. Aranguren: '?l empez¨® a hablar de ¨¦tica en un momento en que nadie hablaba de eso. Supo ir m¨¢s all¨¢ de la moral tomista en la que se educ¨®, absorbi¨® muchas ideas de fuera y dio a la ¨¦tica una dimensi¨®n internacional, p¨²blica, que suscit¨® el inter¨¦s de la gente'.
Inter¨¦s que hoy es en gran parte olvido, a?ade. '?ste es un pa¨ªs muy injusto con sus maestros, pasa p¨¢gina enseguida, olvida f¨¢cil. Nos gusta m¨¢s lo de fuera, nos enorgullecemos poco de lo nuestro. Tanto que, en Filosof¨ªa, muchos alumnos no saben hoy qui¨¦n fue Aranguren'.
Quiz¨¢ para remediar eso, la fil¨®sofa, senadora con el grupo socialista entre 1993 y 1996, trata de alejar su discurso de la especulaci¨®n te¨®rica. 'Si hablamos de ¨¦tica, hablamos de pr¨¢ctica. Y los obst¨¢culos para que la ¨¦tica sea realmente pr¨¢ctica son una de las cuestiones fundamentales cara al siglo XXI. Por un lado, hay una tendencia a convertir la moral en derecho, a judicializar la moral, a que el discurso moral acabe siendo discurso jur¨ªdico. Quiz¨¢ porque la moral p¨²blica se basa hoy en los derechos fundamentales, en el derecho a la libertad, y eso supone la ausencia de otro contenido. Por eso hace falta recuperar una moral personal, una identidad moral, eso que Aranguren llamaba el talante: la ¨¦tica como car¨¢cter, el inicio de la ¨¦tica como forma del car¨¢cter'.
Contra esto, explica Camps, juega tanto 'el temor a dar contenido a la ¨¦tica, a definir la moral, a expresar lo que est¨¢ bien, como la falta de entusiasmo', aquella 'desmoralizaci¨®n' que Aranguren import¨® de la jerga deportiva. 'La actividad pol¨ªtica, la pol¨ªtica de partidos, contribuye a la falta de coraje ciudadano, a la desmovilizaci¨®n de la gente, que asiste indiferente a las violaciones y corrupciones de la ¨¦tica o al lenguaje de buenas intenciones y buena voluntad'.
Despu¨¦s de pasar una larga temporada en Estados Unidos ('ten¨ªa un a?o sab¨¢tico y s¨®lo aguant¨¦ tres meses') estudiando el estado de la bio¨¦tica, lo que dio origen al libro Una vida de calidad (Cr¨ªtica), Camps cree que 'los intereses son los que son y Estados Unidos lo domina todo'. Y aunque asegura que la figura del intelectual comprometido ya no existe, s¨ª ve un rayo de esperanza: el movimiento antiglobalizaci¨®n. 'Es muy positivo porque surge desde la base. Pero debe ayudarnos a reflexionar, no pervertirse, convocar a debate p¨²blico todas las visiones del mundo y las posibles respuestas'.
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