La recesi¨®n que nunca existi¨®
Los expertos abandonan el miedo a la recesi¨®n y comienzan a temer pr¨®ximas elevaciones de los tipos de inter¨¦s
?Hubo realmente recesi¨®n en Estados Unidos tras el 11 de septiembre? Los ¨²ltimos datos, con un impresionante e inesperado crecimiento econ¨®mico del 1,7% en el cuarto trimestre de 2001 siembran dudas entre los analistas. No es la ¨²nica muestra de la mejora, aunque todav¨ªa queden nubarrones en el horizonte. Pero los mercados se preparan para lo mejor y, a pesar de que el paro no amaina, la mayor¨ªa de los analistas precide elevaciones de tipos de inter¨¦s en un futuro cercano para evitar un calentamiento excesivo.
La mayor¨ªa de los expertos son optimistas, frente a unos pocos que afirman que el modelo basado en el consumo no da m¨¢s de s¨ª
Algunos comentaristas piensan que para el verano de 2003 los tipos habr¨¢n subido hasta el 5% a base de saltos de un cuarto de punto
Una larga serie de datos econ¨®micos positivos y manifestaciones verbales en consonancia, no la menor de ellas salida de los labios de Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, han creado la expectativa de que la recesi¨®n de Estados Unidos es cosa del pasado, lo que de ser cierto convertir¨ªa a la contracci¨®n iniciada el pasado mes de marzo en la m¨¢s ligera en d¨¦cadas. En la transici¨®n hacia el crecimiento s¨®lido no faltan las incertidumbres y la recuperaci¨®n no est¨¢ garantizada.
La mayor¨ªa de los economistas optan por el optimismo ante un pu?ado que hacen notar que el actual r¨¦gimen basado en el consumo no da m¨¢s de s¨ª y que la necesaria inversi¨®n de capitales y bienes de equipo no se deja ver porque las condiciones todav¨ªa no est¨¢n maduras.
El producto interior bruto (PIB) de la primera econom¨ªa del mundo creci¨® en el ¨²ltimo trimestre del a?o pasado, en pleno choque por los ataques del 11 de septiembre, un 1,7%, cifra cuya confirmaci¨®n sorprendi¨® al propio Departamento de Comercio, que en una primera estimaci¨®n hab¨ªa apuntado a un aumento de apenas el 0,2% para el periodo septiembre-diciembre.
Tendencia s¨®lida
La sorprendente tendencia al alza ha seguido en el primer trimestre del a?o en curso, para el que los analistas vaticinan un crecimiento de entre el 3%, de que hablan los cautos, y el 6% de Merrill Lynch. Este banco de negocios est¨¢ tan convencido de lo s¨®lido de la tendencia que acaba de subir medio punto su estimaci¨®n para el conjunto de 2002, que deja ahora en el 3,2%, no tan deslumbrante como las tasas de los euf¨®ricos a?os noventa, pero muy positiva a la luz del 1,2% de crecimiento del PIB el pasado a?o. Los sabios del FMI aventuraban para este a?o a EE UU un crecimiento del 0,7%.
La econom¨ªa crece, la producci¨®n aumenta, el consumo se mantiene, la inflaci¨®n sigue contenida y, en consecuencia, la confianza se dispara. De febrero a marzo, el ¨ªndice de confianza de los consumidores dio un salto de proporciones no vistas desde hac¨ªa 11 a?os, tan inesperado que fue calificado de incre¨ªble por algunos economistas, que ve¨ªan en ese dato motivos para pensar que Greenspan hab¨ªa sido excesivamente cauto al advertir que la incipiente recuperaci¨®n ser¨¢ modesta, porque tampoco fue fuerte la contracci¨®n.
'Cuando los consumidores se sienten a gusto, compran mucho de todo', advert¨ªa un economista. Los consumidores, adem¨¢s, creen que dentro de seis meses habr¨¢ m¨¢s empleo (por ahora, las perspectivas son de empeoramiento) y m¨¢s dinero en los bolsillos. Y en este esquema optimista poco influye el ¨²ltimo dato de la tasa de desempleo, que subi¨® en marzo hasta el 5,7%, dos d¨¦cimas m¨¢s que en el mes anterior. Ya vendr¨¢n tiempos mejores.
La producci¨®n creci¨® en marzo a una tasa para la que s¨®lo hay precedentes en 1987. El pasado mes fue el segundo consecutivo en que el ¨ªndice de producci¨®n estuvo por encima del 50 que marca el umbral entre contracci¨®n y expansi¨®n, algo que no ocurr¨ªa desde el verano del 2000. 'Es otra se?al de que la recesi¨®n ya ha sido superada y que debemos esperar un crecimiento vigoroso de la econom¨ªa', comenta Mark Vinter, un economista de Wachovia Securities.
Lo que est¨¢ haciendo el sistema es reponer los inventarios agotados a precios de saldo en los meses finales del a?o, cuando la tasa de consumo aument¨® un 6,1%. Algunos analistas subrayan que la producci¨®n del primer trimestre ser¨¢ responsable de la mitad del crecimiento estimado del PIB y, aun reconociendo que ¨¦ste pueda subir de forma notable, se preguntan qu¨¦ va a pasar en el segundo trimestre.
'La cuesti¨®n es qu¨¦ va a ocurrir luego', dec¨ªa Bill Cheney, economista jefe de John Hancock Financial. 'El temor es que el crecimiento vuelva a tasas de entre el 1% y el 2% porque no hay aumento de beneficios'. Hay acuerdo en que lo que se necesita para que la recuperaci¨®n sea s¨®lida es un incremento en el gasto de capital. Greenspan lo ha dicho, como tambi¨¦n ha dicho que no lo ve venir.
A pesar de lo expansivo de muchos datos, los beneficios empresariales siguieron cayendo en el ¨²ltimo trimestre, lo que explica el distinto modo en que economistas y directivos de las corporaciones ven la recuperaci¨®n. Para los economistas la marcha es positiva cuando el PIB crece de forma sostenida, mientras que los empresarios hablan de recuperaci¨®n si alcanzan ventas y beneficios que les hacen pensar en nuevas inversiones y ampliaci¨®n del negocio. Ahora mismo, los gestores no est¨¢n seguros de que la recuperaci¨®n haya llegado para quedarse con el vigor necesario y, como las tasas de beneficio siguen deprimidas, no se sienten en disposici¨®n de invertir. Adem¨¢s, en la pasada d¨¦cada euf¨®rica se invirti¨® tanto que la actual demanda de bienes se cubre s¨®lo con el 75%-80% de la capacidad productiva disponible, por lo que tampoco hace falta contratar personal.
Factores de incertidumbre
La evoluci¨®n de la inflaci¨®n y de los tipos de inter¨¦s introducen otros factores de incertidumbre. La Reserva Federal se?al¨® el mes pasado que los riesgos de la econom¨ªa est¨¢n ahora equilibrados entre la debilidad y la inflaci¨®n. Muchos analistas interpretaron ese diagn¨®stico como una velada insinuaci¨®n de que el pr¨®ximo movimiento de los tipos de inter¨¦s ser¨¢ al alza para contrarrestar un eventual despunte inflacionario. La inflaci¨®n del a?o pasado alcanz¨® un modesto 1,6% y est¨¢ ahora en una tasa interanual del 1,1%, sin precedentes en 30 a?os. El propio Greenspan anunci¨® a los congresistas que este a?o no pasar¨ªa del 1,5%, por lo que no hay indicios s¨®lidos de que a corto plazo vayan a subir los tipos. Anthony Santomero, presidente de la Reserva Federal de Filadelfia, ha hecho saber que la Fed tiene mucho margen de tiempo para tomar decisiones porque la inflaci¨®n est¨¢ bajo control y su colega de Dallas, Robert McTeer, asegura que 'no hay ninguna prisa' por elevar el precio del dinero.
Si la inflaci¨®n sigue controlada cabe esperar contenci¨®n en los tipos, aunque los m¨¢s optimistas se?alan que el precio de referencia al 1,75% est¨¢ en las cotas m¨¢s bajas habidas en 40 a?os y que, por ello, no tendr¨ªan efectos da?inos incrementos que los propios mercados ya dan por descontados. Algunos comentaristas piensan que para el verano de 2003 los tipos habr¨¢n subido hasta el 5% a base de cautos saltos de un cuarto de punto.
En medio de la ambig¨¹edad propia de un periodo de transici¨®n, es muy minoritaria la creencia de que el pa¨ªs vaya a sufrir una recesi¨®n en dos fases, que tras un periodo de crecimiento que ser¨ªa un espejismo (los meses actuales) se volver¨¢ a una temporada de contracci¨®n. S¨®lo el 9% de los economistas consultados en una reciente encuesta lo cre¨ªan posible, frente a m¨¢s del 75% que creen superado tal peligro. Tras darse a conocer el lunes los datos sobre los incrementos en la producci¨®n industrial y en la construcci¨®n, la idea dominante en los economistas es: 'Nos encontramos ante una recuperaci¨®n bastante s¨®lida'.
Un riesgo petrolero demasiado lejano
Alan Greenspan ha dejado fuera de sus ¨²ltimas intervenciones p¨²blicas las alusiones al riesgo econ¨®mico de choques inesperados, como nuevos ataques terroristas. Pero otros economistas no se olvidan de los imponderables, en particular la end¨¦mica volatilidad de Oriente Pr¨®ximo. David Wyss, economista jefe de Standard & Poor's, dice: 'En condiciones normales no veo riesgo de recesi¨®n, a no ser que haya alg¨²n nuevo choque en la econom¨ªa, como una subida en el precio de petr¨®leo u otro ataque terrorista'. Sadam Husein ha propuesto esta semana un embargo petrolero contra los pa¨ªses que apoyan a Israel en su actual ofensiva contra Palestina. Su propuesta fue acogida con extrema frialdad entre quienes deb¨ªan secundarla y Estados Unidos jale¨® tal desaprobaci¨®n como garant¨ªa de que no habr¨¢ represalias de ese tenor. El embajador norteamericano en Arabia Saud¨ª subray¨® que Riad no s¨®lo no puede permit¨ªrselo sino que lleg¨® en su d¨ªa a la conclusi¨®n de que el embargo de 1973 fue contra sus propios intereses. Para mayor confianza, Rusia, aliado ahora de Estados Unidos, se ha convertido en el primer productor de crudo del mundo. El r¨¦gimen de Bagdad est¨¦ en el punto de mira de Washington que espera tener preparada una estrategia de acoso y derribo para finales de a?o. William Wolman, una firma regular en BusinessWeek, se?alaba hace unos d¨ªas que 'si se mira al pasado, el aumento de los gastos de defensa no ha sido bueno para el d¨®lar. No lo fue en Vietnam, ni antes con la guerra de Corea, ni lo fue con el despliegue de Reagan ni lo ser¨¢ ahora'. Wolman cree que la campa?a contra el terrorismo de George Bush tendr¨¢ efectos inflacionistas y contribuir¨¢ a un d¨¦ficit cuya financiaci¨®n empujar¨¢ hacia arriba a los tipos de inter¨¦s.
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