El socialismo vasco y los intelectuales
Critica el autor los prejuicios expresados y descalificaciones vertidas desde las orillas de la pol¨ªtica contra la nueva ejecutiva del PSE.
En ning¨²n momento me gust¨® la amalgama preelectoral, previa a las elecciones del 13- M, que enlazaba y mezclaba los idearios, programas y parroquias del PP y el PSE sirvi¨¦ndose de eslabones intermedios, normalmente personas pertenecientes al vasto e impreciso territorio de la intelectualidad. Ya antes, algunas plataformas intentaron, de manera encomiable, acrisolar conjuntamente todas las voces. De este modo surgieron foros y esp¨ªritus cuyo objetivo no era favorecer la acci¨®n pol¨ªtica tradicional sino, de alg¨²n modo, suplantar a las formaciones pol¨ªticas conformando ese espacio et¨¦reo en el que pesc¨® votos el PP con gran habilidad.
Algunos de los intelectuales que impulsaron esas v¨ªas fueron incluso elegidos por el presidente Aznar para ocupar puestos de responsabilidad en ¨¢reas de la Administraci¨®n como cultura y asuntos sociales, para las que los conservadores no cuentan con figuras representativas. Algo m¨¢s hizo Aznar por enrarecer la pol¨ªtica y provocar confusi¨®n en la sociedad vasca: nombrar a un destacado socialista, ex ministro adem¨¢s, como Defensor del Pueblo. Ahora, pasado el tiempo y conocida la evoluci¨®n de los acontecimientos, se va descubriendo el maquiavelismo de Aznar, que disfraz¨® de apertura democr¨¢tica e integraci¨®n lo que era una estrategia para debilitar al socialismo vasco -y por ende al socialismo espa?ol-, y sentar sus reales en la pol¨ªtica e instituciones vascas de la mano de un Mayor Oreja, a la saz¨®n mejor valorado que el propio presidente. ?Lo entendieron as¨ª los intelectuales?
Porque lo que comenz¨® siendo una respuesta a la brutalidad del asesinato de Miguel Angel Blanco por ETA, termin¨® siendo un dispositivo de acoso al nacionalismo, auspiciado por el flagrante y peligroso desatino del PNV cuando propici¨® e impuls¨® el Pacto de Estella. En aquel momento, ni el PNV ni el lehendakari merec¨ªan otra cosa que el descr¨¦dito, pero los tiempos fueron trayendo nuevos acontecimientos: nuevos asesinatos, ataques a la Ertzaintza, cerco a los jueces, periodistas y empresarios, aumento de la lucha callejera, desestabilizaci¨®n de las instituciones, abandono de muchos cargos p¨²blico amenazados, etc.; en suma, el caos. Esta situaci¨®n, que a¨²n perdura, requiere mucha imaginaci¨®n, mucho esfuerzo y, sobre todo, mucha cordura.
El cambio experimentado en el PSE con la elecci¨®n de Patxi L¨®pez como nuevo secretario general supone el abandono del frentismo como f¨®rmula, la destrucci¨®n de las trincheras y la distensi¨®n pol¨ªtica, tan necesaria para resolver entre los dem¨®cratas la barbarie que nos aflige. Pero para nada supone debilidad ni volver la cara ante el problema que m¨¢s nos debe preocupar, que es la ausencia de paz y libertad.
Quienes desde sus p¨²lpitos y altares medi¨¢ticos y de los otros, est¨¢n haciendo circular esas falsedades, ni siquiera han le¨ªdo o escuchado uno s¨®lo de los discursos de Patxi L¨®pez. El t¨¦rmino 'intelectual', con que se califican algunos comentaristas, tertulianos o portavoces de sus propias grandezas, exige razonamientos y reflexiones serias antes de verter las opiniones. Resultan inquietantes y descorazonadoras las m¨²ltiples descalificaciones y expresiones despectivas sobre Patxi L¨®pez vertidas por quienes formaron la corte de intelectuales de Mayor Oreja y Redondo, s¨®lo unas horas despu¨¦s de que llegara a la secretar¨ªa general. Resultan alarmantes porque, adem¨¢s, coinciden con las declaraciones hechas por Mayor Oreja e Iturgaiz, aunque los pol¨ªticos no hayan usado t¨¦rminos despreciativos.
Que la izquierda atraviesa una profunda crisis es evidente, pero es igual de evidente que los intelectuales (la intelectualidad) tambi¨¦n la atraviesan. Su papel, en todo caso, debiera ser aportar ideas y esfuerzos al socialismo vasco, que, mal que les pese, es la ¨²nica fuerza pol¨ªtica que a¨²na tradici¨®n, democracia, lucha, experiencia y responsabilidad. Lo mejor para el futuro es que cada formaci¨®n pol¨ªtica democr¨¢tica ocupe su espacio natural e ideol¨®gico. Si as¨ª lo hacen quedar¨¢ patente ese espacio de defensa de la vida, la libertad y la convivencia en el que tenemos que coincidir todos. ?Alguien cree que Patxi L¨®pez no est¨¢ junto a todos los dem¨®cratas en ese preciso espacio compartido?
Si por algo se caracteriz¨® el 'bienio negro' (as¨ª lo llam¨® Redondo en m¨²ltiples ocasiones) anterior a las elecciones del 13 de mayo fue porque unos se empe?aron en apagar todas las luces y otros se empe?aron en que no se encendiera ninguna nueva luz.
Josu Montalb¨¢n es portavoz del PSE-EE en las Juntas Generales de Vizcaya.
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