Conflictos de inter¨¦s
La oferta de servicios de las 'big five' complica su actividad auditora
Las empresas de servicios profesionales se han convertido en gigantes mundiales de varias patas que ofrecen casi de todo a sus clientes: auditor¨ªa, asesor¨ªa legal y financiera, consultor¨ªa y hasta recursos humanos. La tendencia es a separar los negocios de auditor¨ªa y consultor¨ªa para evitar conflictos de inter¨¦s, pero son pocas las que han llevado la separaci¨®n hasta el final.
El mercado espa?ol de consultor¨ªa crece el 19,8%, pero en las grandes firmas que a¨²n no lo han separado super¨® el 30%
Andersen cobraba m¨¢s de Enron por otros servicios que por revisarle las cuentas. Se trata de un ejemplo extremo, pero no hay duda de que la independencia de un auditor choca con este tipo de relaci¨®n. La Uni¨®n Europea (UE) ya se plantea una separaci¨®n m¨¢s tajante entre ambos negocios que, seg¨²n Gil Gidr¨®n, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Consultor¨ªa y socio de Accenture, 'son profesiones incompatibles'.
En Espa?a, al menos formalmente, las big five ya lo han hecho y sus consultores y auditores pertenecen a empresas distintas. PricewaterhouseCoopers, que prepara la salida a Bolsa de su l¨ªnea de consultor¨ªa, y Deloitte & Touche, que anunci¨® su intenci¨®n de venderla, aseguran que existen diques adicionales, como la separaci¨®n f¨ªsica o la existencia de comit¨¦s para resolver conflictos de intereses. KPMG decidi¨® separar ambos negocios para preservar la independencia de los auditores hace un par de a?os y hoy 'forman parte de redes internacionales diferentes', explica M? Eugenia Fern¨¢ndez-Villar¨¢n, socia de la firma.
Las otras dos grandes siguieron el mismo camino. Ernst & Young vendi¨® su l¨ªnea de consultor¨ªa a Cap Gemini en 2000, el mismo a?o que los consultores de Andersen, hoy Accenture, ganaron la independencia. Este ejemplo es significativo porque fueron los socios de consultor¨ªa, una divisi¨®n m¨¢s rentable que la entonces Arthur Andersen, los que decidieron dejar la firma. Tardaron tres a?os.
La mayor¨ªa de las firmas no se propone renunciar de forma absoluta a la consultor¨ªa, sino a aquellos servicios que plantean conflicto, como puede ser la implantaci¨®n de grandes sistemas inform¨¢ticos. Una raz¨®n de peso es el potencial de crecimiento de ambos negocios. La auditor¨ªa movi¨® en Espa?a el a?o pasado 712 millones de euros, frente a los 2.470 millones de euros que factur¨® la consultor¨ªa, seg¨²n DBK. Ese an¨¢lisis constata un crecimiento del 19,8% de este negocio, frente a un 15% de la auditor¨ªa. En PWC, Deloitte y Andersen tambi¨¦n crece m¨¢s el ¨¢rea de consultor¨ªa, siempre por encima del 30%, si bien s¨®lo en la primera factura m¨¢s.
Hay otra raz¨®n, que explica el socio de una firma: 'Existen servicios que son necesarios para realizar una auditor¨ªa hoy', como la validaci¨®n de sistemas inform¨¢ticos. El problema es cuando el volumen de ingresos por cuestiones que nada tienen que ver con la auditor¨ªa se dispara. La ley s¨®lo proh¨ªbe al auditor ofrecer servicios que afecten a la contabilidad de la empresa cliente.
Las grandes aseguran que en Espa?a no es habitual compartir clientes entre l¨ªneas. Pero un inversor no puede saberlo, ya que no tienen por qu¨¦ detallar lo que cobran por otros servicios a sus clientes de auditor¨ªa. La UE baraja esta medida para impedir un nuevo Enron, pero es posible que sea el mercado quien imponga la separaci¨®n antes: el SCH ya ha anunciado que no contratar¨¢ a su auditor, Andersen, otros servicios.
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