El pausado ritmo de Schlesser
El dise?ador espera a tener 12 tiendas para replantearse el negocio
Dice que cada paso que se da en el negocio de la moda es muy costoso, as¨ª que ?ngel Schlesser ha recorrido su camino despacito desde 1984, y no lo ha acelerado hasta el a?o 2000, cuando decidi¨® impulsar la apertura de tiendas. El dise?ador, nacido en Santander, pero con su segundo apellido alem¨¢n -que ha tomado para su marca-, abrir¨¢ en septiembre su s¨¦ptimo establecimiento en Espa?a y tiene su meta en la docena. 'Entonces', dice, 'me tendr¨¦ que replantear la estrategia. Y hay dos caminos. O ampliar la gama de productos para seguir creciendo en el mercado nacional o emprender la internacionalizaci¨®n', ahora pr¨¢cticamente inexistente en el segmento de la ropa, aunque venda sus art¨ªculos de perfumer¨ªa en 56 pa¨ªses.
La empresa factur¨® el a?o pasado 3,6 millones de euros, y para este ejercicio a?o pev¨¦ rozar los cinco millones
Schlesser ha llegado a la moda desde un mundo tan alejado de la pasarela y el glamour como el Derecho y la banca. Y ha conseguido situar su marca en el mismo segmento que otros dise?adores espa?oles que dirigen su producci¨®n, preferentemente, a una mujer urbana, entre los 25 y los 45 a?os, y profesional. Lo ha hecho, como ¨¦l dice, 'pausadamente'. Empieza en el negocio en 1984 -'pero sab¨ªa tan poco que entonces ni siquiera pon¨ªa etiqueta a la ropa'-, y en 1996 abre su primera tienda en Madrid, una ciudad a la que se siente pegado y donde acaba de hacer su ¨²ltima inversi¨®n, unas oficinas de 500 metros cuadrados. De sus talleres salen al a?o 35.000 prendas de fabricaci¨®n cien por cien nacional, que van a la b¨²squeda de clientes bien en las tiendas, a medias entre propias y en r¨¦gimen de franquicia, bien en los m¨¢s de 60 puntos de venta o los 18 corner que tiene en El Corte Ingl¨¦s.
Un socio industrial
Schlesser factur¨® el a?o pasado 3,6 millones de euros. Para este a?o pev¨¦ rozar los cinco millones y 5,9 en 2003, cuando las previsiones para el n¨²mero de tiendas alcanzan las nueve, y los puntos de venta, los 70. El negocio es casi en su totalidad -el 99%- de su propiedad y no se plantea para nada la posibilidad de dar entrada a un socio financiero, pero s¨ª a uno industrial. 'Lo he pensado mil veces, lo he tanteado, pero no ha llegado a cuajar nada', admite.
Hasta ahora, y de cara a cumplir el objetivo de las 12 tiendas, Schlesser ha financiado su crecimiento con recursos propios. Y, como dice no tener prisas, mantiene que no necesita un socio financiero, una figura que opina le provocar¨ªa m¨¢s inconvenientes que ventajas, pero s¨ª se muestra abierto a alguien que aporte valor a?adido al negocio, y no s¨®lo financiaci¨®n. 'Lo dem¨¢s, al menos mientras sea peque?o', dice, 'no me interesa'.
Schlesser afirma no tener muy definida de antemano su pol¨ªtica de inversi¨®n -'vamos viendo las oportunidades'-, pero s¨ª cree que se puede crecer s¨®lo en el mercado nacional, aunque ampliando la gama de productos. De momento, adem¨¢s de la ropa, tiene una l¨ªnea de perfumes, que supone ya la mitad de la factauraci¨®n, y de bolsos, y pr¨®ximamente sacar¨¢ al mercado gafas con su marca. Para el a?o que viene, las previsiones apuntan a la marroquiner¨ªa y la ropa para el hogar. 'Pero con los complementos', dice, 'existe un problema importante y es el de la distribuci¨®n'.
Para este dise?ador, los males del sector en general son dos: la falta de infraestructura industrial y la falta de calidad en la fabricaci¨®n que incluye la dificultad para encontrar trabajadores cualificados. A?ade uno m¨¢s, las dificultades que existen muchas veces para la financiaci¨®n de proyectos.
Schlesser, que entr¨® en la moda femenina despu¨¦s de que las mujeres le pidieran faldas para acompa?ar a sus chaquetas masculinas, dice odiar el adorno excesivo. Y, en realidad, odia lo excesivo en general. 'Es muy cauto', dice uno de sus directivos. Cauto en la expansi¨®n del negocio -'hasta que no asiento un proyecto no empiezo otro'- y cauto en su expresi¨®n. 'Es que', dice, 'doy muchas vueltas a las cosas'.
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