El 'lunes negro' de Ericsson
La multinacional sueca intenta buscar una explicaci¨®n y una salida a la crisis de ventas que atraviesa
Ericsson, la multinacional sueca de las telecomunicaciones, procura evaluar las consecuencias del terremoto causado por la presentaci¨®n de las cifras correspondientes al primer trimestre del a?o en curso, el pasado lunes, y reacomodar la carga del barco escorado para intentar enderezar el rumbo. Un empe?o que no parece demasiado f¨¢cil.
Las contradictorias declaraciones de los directivos sobre los resultados esperados contribuyen al desplome de sus acciones
Toda Suecia sigue con ansiedad los acontecimientos que vive Ericsson, consciente del significado de esta empresa, tanto para el conjunto de la econom¨ªa como para muchos de sus ciudadanos que, de directa o indirectamente dependen de ella. Ericsson es en la actualidad para este pa¨ªs, algo similar a lo que era Volvo en los a?os setenta. La crisis se ha desatado al conocerse las p¨¦rdidas de 402 millones de euros (3.700 millones de coronas suecas) registradas durante el primer trimestre de este a?o, provocada por una dram¨¢tica ca¨ªa de las ventas.
El Gobierno ha nombrado una comisi¨®n de crisis para analizar la situaci¨®n del consorcio y, eventualmente, adoptar medidas para apuntalarlo. El dram¨¢tico anuncio de la supresi¨®n de 20.000 puestos de trabajo, la mitad de ellos en Suecia, en los pr¨®ximos dos a?os, adquiri¨® dimensi¨®n real cuando esta misma semana la empresa comenz¨® a llamar en las diversas f¨¢bricas que tiene en el pa¨ªs, a los empleados y representantes sindicales, para darle nombre y rostro a la amenaza gen¨¦rica de los despidos.
Con el agravante para los despedidos de que esta vez las condiciones econ¨®micas para los afectados ser¨¢n bastante m¨¢s rigurosas que anteriormente, porque, seg¨²n alega la empresa, la situaci¨®n obliga a ello (una de las observaciones de algunos analistas para explicar las actuales dificultades de la empresa, es de que no ha sido lo suficientemente radical a la hora de suprimir puestos de trabajo).
El Gobierno no ha ocultado su preocupaci¨®n, no s¨®lo por las consecuencias sociales de la situaci¨®n del consorcio, por su peso en el conjunto de la econom¨ªa del pa¨ªs sino tambi¨¦n por su posici¨®n como una de las empresas l¨ªderes en el mercado mundial de las telecomunicaciones, que ha sufrido una notoria desmejora tras los datos recientes.
El valor de las acciones de la empresa sigui¨® cayendo durante la semana en la Bolsa de Estocolmo al tiempo de que importantes inversores internacionales, como Morgan Stanley, y firmas burs¨¢tiles subvaloraban cada acci¨®n de Ericsson en aproximadamente un 40% hasta situarlo en 20 coronas respecto a las 35 que ten¨ªa.
Asimismo, el instituto de valoraci¨®n de cr¨¦dito Standard & Poor's decidi¨® incluir a Ericsson en la condici¨®n de 'vigilancia especial', a los efectos de su colocaci¨®n en la calificaci¨®n de solvencia de cr¨¦dito. Dicha calificaci¨®n es importante por su influencia en los costos de la empresa en la eventualidad de contraer pr¨¦stamos.
No todos los inversores coinciden, sin embargo, y algunos sostienen que esa subvaloraci¨®n de Ericsson supone una visi¨®n de corto plazo, que lo que est¨¢ influyendo con mayor peso es la incertidumbre en el sector de las telecomunicaciones que en estos momentos es generalizado. Estos analistas sostienen que la esperada mejor¨ªa, va a llegar, tal como sostiene Kurt Hellstr?m, y simplemente se ha postergado en el tiempo.
M¨¢s que el sombr¨ªo factor de las cifras de p¨¦rdidas, lo que ha contribuido al desconcierto es lo contradictorio de los pron¨®sticos formulados por directivos, que hace pocos meses anunciaban un cambio positivo en la curva de las p¨¦rdidas para este a?o y ahora se anuncia que las p¨¦rdidas continuar¨¢n durante al menos parte del pr¨®ximo. Casi todos los datos presentados en el balance del trimestre resultaron peores de lo que se hab¨ªa pronosticado.
La posici¨®n respecto a los sistemas m¨®viles en los que Ericsson ha tenido un punto fuerte, se debilit¨® en el ¨²ltimo a?o y en cambio los tel¨¦fonos m¨®viles, la pesadilla del consorcio, ha logrado al menos equilibrarse, despu¨¦s de la fusi¨®n con la japonesa Sony.
No obstante los datos precedentes, y como una demostraci¨®n de la confianza en el futuro de Ericsson, que no todos comparten, la empresa anunci¨® una nueva emisi¨®n de acciones por un valor de 30.000 millones de coronas y una pol¨ªtica ofensiva, no s¨®lo en el terreno de la investigaci¨®n, sino expansiva con la adquisici¨®n de nuevas empresas. Todo un confuso panorama como puede apreciarse.
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