La memoria recuperada

Decenas, centenares de documentos (manuscritos, grabados, planos, fotograf¨ªas, ejemplares de prensa hist¨®rica) han sido restaurados y digitalizados por el Archivo Municipal en el marco de la campa?a Barcelona fem mem¨°ria. El primer objetivo de la iniciativa es el de asegurar, mediante las t¨¦cnicas de restauraci¨®n m¨¢s avanzadas, la conservaci¨®n del documento, y con la posterior digitalizaci¨®n, facilitar su estudio por parte de los investigadores y su consulta por el p¨²blico en general. Para esto ¨²ltimo, muchos de los documentos restaurados podr¨¢n ser consultados pr¨®ximamente y de forma gratuita a trav¨¦s de la p¨¢gina web del archivo municipal (www.bcn.es/arxiu).

La campa?a Barcelona fem mem¨°ria ha sido impulsada por el Instituto del Paisaje Urbano y la Calidad de Vida, la concejal¨ªa de Presidencia y el Instituto de Cultura, y se financia con fondos obtenidos a trav¨¦s del patrocinio empresarial y con los que se prev¨¦ lograr con la puesta en marcha del programa Amics de l'Arxiu Municipal. Cualquier particular, entidad o empresa puede inscribirse en la campa?a y obtener, a cambio de una m¨®dica cuota anual, contrapartidas que van desde la simple invitaci¨®n para participar en visitas comentadas a los archivos municipales hasta la posibilidad de lograr importantes descuentos al utilizar los espacios que se ceden en alquiler para la celebraci¨®n de reuniones, exposiciones u otros actos de ¨ªndole cultural.

Los talleres de restauraci¨®n son como pozos sin fondo: insaciables en sus necesidades pecuniarias para luchar contra los hongos y las tintas ferrog¨¢licas

No es previsible que la campa?a tenga un final, al menos a corto o medio plazo; por importante que sea la respuesta de empresas y ciudadanos se tardar¨¢ a?os en restaurar todos los documentos que lo precisan entre los que se conservan en los 24.000 metros lineales de estanter¨ªas que posee el archivo municipal. Ello es as¨ª no por desidia de los responsables de su conservaci¨®n o por lo inadecuado de los locales que los albergan. Al contrario: la Casa de l'Ardiaca, sede del archivo hist¨®rico de la ciudad, ha recibido en los ¨²ltimos a?os una inversi¨®n milmillonaria para la actualizaci¨®n de sus intalaciones, y la competencia de los profesionales que all¨ª trabajan est¨¢, m¨¢s que probada, fuera de toda duda. Lo que ocurre es que los talleres de restauraci¨®n son como pozos sin fondo: insaciables en sus necesidades pecuniarias para luchar contra la imparable acci¨®n del tiempo, los hongos o las tintas ferrog¨¢licas, cuya acidez origina la perforaci¨®n del papel y, con ello, la ineluctable p¨¦rdida del documento.

A ese final estaban abocados, por ejemplo, los Llibres de deliberacions, que forman parte del fondo del Consell de Cent en el periodo comprendido entre 1301 y 1714. Manuscritos con las citadas tintas ferrog¨¢licas y con las cubiertas de piel gravemente da?adas por el uso ha habido que desmontarlos, tratarlos p¨¢gina por p¨¢gina y volverlos a montar: la operaci¨®n no cuesta menos de 6.000 euros (un mill¨®n de pesetas, aproximadamente) por volumen, lo que da idea de la magnitud de las cantidades necesarias para acometer la restauraci¨®n completa de los fondos del archivo, que atesora la memoria de la ciudad desde la constituci¨®n del primer gobierno municipal, en 1249.

No todos los documentos, claro, exigen la misma inversi¨®n ni tienen que ser objeto de operaciones tan especializadas. En el ¨²ltimo a?o, por ejemplo, se han restaurado y digitalizado una serie de planos realizados por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch para proyectos impulsados por particulares y la colecci¨®n del Diari Catal¨¤ que posee el archivo municipal. Es ¨¦sta una de las pocas colecciones que han llegado a nuestros d¨ªas del que fue el primer diario catal¨¢n editado tras promulgarse la Ley de Prensa de 1879. Se ha tratado tambi¨¦n, en el marco de la campa?a, un gran n¨²mero de grabados, planos y otras im¨¢genes de la ciudad, especialmente de tema mar¨ªtimo y portuario, as¨ª como los libros de actas (entre 1840 y 1897) y los registros de nacimientos, defunciones y matrimonios (entre 1870 y principios del siglo XX) de los antiguos pueblos ahora agregados a Barcelona: Sants, Les Corts, Sarri¨¤, Sant Gervasi, Vallvidrera, Gr¨¤cia, Horta, Sant Andreu de Palomar y Sant Mart¨ª de Proven?als.